¿Por qué los planes de ahorro no ahorran? La Física como base para un plan energético sustentable

A.D. GONZÁLEZ

Buenos Aires

Congreso; Reunion Anual Asociación Física Argentina; 2008

Uno tras otro, los programas de ahorro de energía en Argentina fracasan. En sus contenidos predominan acciones dirigidas a cambios de hábitos del usuario, y casi nada sobre mejora tecnológica para aumentar la eficiencia. La energía sólo puede “ahorrarse” si las recomendaciones se basan en los principios físicos que regulan su transferencia y posible acumulación. Un ejemplo en zona fría: el consumo de gas natural en la ciudad de Bariloche es elevadísimo. Los materiales y técnicas de construcción no son adecuados para zona fría, y los calefactores de tiro balanceado tienen eficiencia térmica entre 40% y 60%; i.e., entre el 60% y el 40% de la energía provista por el gas natural se deriva al exterior por chimenea. En zona cálida, el problema espejo es el acondicionamiento de aire en verano: sin mejora térmica en los cerramientos el aumento en artefactos conduce a consumos eléctricos insostenibles. Entonces, la enorme magnitud de transferencia de energía al exterior no puede  compensarse con recomendaciones sobre hábitos del usuario. Un plan de ahorro sustentable debe ser una consecuencia de un programa de eficiencia energética. Las experiencias de más de cincuenta años en el norte de Europa demostraron que el ahorro derivado del aumento de eficiencia puede alcanzar cerca del 70% del consumo sin pérdida de confort; mientras que las acciones basadas en cambios de hábitos, si funcionaran, no superarían el 10%.