ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La pueblada de Villa Quinteros (Tucumán): desocupación, resistencia y liderazgo sacerdotal
Autor/es:
SANTOS LEPERA, LUCÍA; SANCHEZ, IGNACIO
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Jornada; A 50 años del Cordobazo. Repensando el ciclo de protestas obreras, rebeliones populares e insurrecciones urbanas; 2019
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba
Resumen:
El trabajo propone una perspectiva local para estudiar a la comunidad de Villa Quinteros, de 7000 habitantes, situada en el departamento de Monteros, al sur de la provincia. El pueblo, ubicado en una tradicional zona de cultivo de caña de azúcar, comenzó a languidecer en agosto de 1967 a través de un convenio celebrado por el dueño del ingenio San Ramón, Simón Padrós, con el gobierno nacional por el cual se comprometía a cesar la actividad de la fábrica, vender sus cupos de producción y desmantelarla. El establecimiento cerró sus puertas sin abonar salarios e indemnización a su personal, tampoco saldó sus deudas con los cañeros, con los proveedores y la comuna. Al año siguiente se desmanteló el ingenio, lo que aventó las expectativas de su funcionamiento.Villa Quinteros quedó a expensas de las promesas del gobierno y recibió como compensación empleos precarios del Operativo Tucumán, básicamente trabajos de pico y pala en lugares distantes, que no reconocían ningún derecho laboral y garantizaban sólo 10 días de trabajo al mes. Las fábricas prometidas sólo otorgaron ocupación a 300 trabajadores, mínimo paliativo para una desocupación que rondó las 3000 personas. La Comisión Pro-Defensa de Villa Quinteros se formó tardíamente en 1969, luego de infructuosas y reiteradas reuniones del cura párroco con el gobernador Avellaneda para solicitar la radicación de nuevas industrias. La particularidad de esta pueblada reside en el protagonismo que asumió el cura párroco Fernando Fernández, quien encabezó las acciones de los vecinos ante el desmoronamiento de la villa que perdió servicios básicos como luz y salud debido al cierre del ingenio. La reacción de la población estalló en abril de 1969 cuando resistió un violento embate de la policía federal, que dispersó la movilización apostada a la vera de la ruta a la espera del paso del gobernador. Con látigo y cachiporras entró a la casas de los vecinos, incluso a la iglesia local. El posterior acto de desagravio de la villa y la iglesia, organizado por una treintena de sacerdotes contó con la presencia del obispo Juan Carlos Ferro. Tales acciones no detuvieron el éxodo de sus habitantes y la disgregación de la comunidad.