ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Los inventarios en aprietos: ¿Cómo opera lo patrimonial en los Museos Comunitarios? (desde un caso en Catamarca, Argentina).
Autor/es:
HAEDO, AGUSTINA; KORSTANJE, MARÍA ALEJANDRA; VEGA, MARINA SOLEDAD
Lugar:
Madrid
Reunión:
Congreso; Congreso Internacional ?The Museum for all people: Art, Accesibility and Social Inclusion?.; 2019
Institución organizadora:
Comunidad de Madrid y Fondo Social Europeo
Resumen:
Los inventarios en aprietos: ¿Cómo opera lo patrimonial en los Museos Comunitarios? (desde un caso en Catamarca, Argentina)M. A. Korstanje , M.S Vega y A. Haedo ?(?) pero es que así me recuerdo y les recuerdo que la cultura es un puente para todos, encima de calendarios y fronteras, y como tal debe ser defendida. Así decimos y nos decimos no a la hegemonía cultural, no a la homogeneidad cultural, y no a cualquier forma de hegemonía y homogeneidad?. (Subcomandante Marcos, 12 de marzo del 2001)IntroducciónEl patrimonio, lo patrimonial son conceptos muy discutidos en el presente de las comunidades indígenas y rurales del Noroeste argentino. No obstante, es aun difícil concebir un museo sin un patrimonio. La experiencia de talleres nacionales e internacionales que hemos realizado en Tucumán (Argentina) y Exeter (UK) buscó ofrecer un espacio reflexivo para desarrollar conceptos y herramientas de análisis (y articulación) a investigadores con larga trayectoria en el NOA, pero en el marco de la discusión continental y global sobre los procesos de ?re-emergencia? étnica. Los discursos dominantes buscan ?pruebas? para negar el derecho indígena a través de la prehistoria y la historia, generalmente caracterizadas por ricos palimpsestos de movilidad y cruzamientos culturales. Esto a su vez fuerza a las comunidades indígenas a jugar un rol esencialista, lo cual crea una trampa simbólica de la cual no pueden escapar sin dañar incluso su estrategia en los reclamos por el territorio.Es parte de esta paradoja que las comunidades soliciten la concreción de ?museos? para legitimar sus espacios de autonomía, cuando la idea de museo es profundamente y principalmente europea. Es así como se cae en trampas discursivas a las que, como investigadores científicos que acompañamos las reivindicaciones indígenas, debemos estar alertas para no cristalizar estructuras tóxicas y nuevas dentro de las comunidades.Nos interesa particularmente evaluar aquí esta situación en relación a la concepción de patrimonio cultural de los pueblos originarios y rurales de montaña (que no se auto adscriben como ?indígenas?) en su conflicto por el reconocimiento del mismo ante los estados provincial y nacional, instituciones, y opinión pública. A partir del trabajo de investigación arqueológica de un grupo de universitarixs argentinxs en una zona de escasa cohesión comunitaria (Valle de El Bolsón, Dpto. Belén, Catamarca, Argentina), nos propusimos colaborar en un museo que contribuyese a expresar materialmente la memoria y su proceso de construcción en un espacio comunitario. Presentamos aquí los fundamentos de este planteo, los avances del mismo en torno a las capacitaciones, y algunas ideas iniciales sobre cómo lograr una plena participación de la comunidad en la toma de decisiones.El problemaParte de la problemática, desde nuestros propios intereses como científicos, surge de la necesidad tanto de hacer efectiva la devolución a la comunidad de los resultados de las investigaciones arqueológicas, como de respetar la norma legal que nos indica regresar los materiales recuperados en las investigaciones a la Pcia. de Catamarca. Ante esta circunstancia el planteo fue, ¿a quién entregamos dichos materiales? La legislación indica que la devolución es la Provincia, pero si no existe un museo local, sin duda los mismos serán centralizados en la capital provincial, donde además no serán valorados del mismo modo que en la comunidad local y sigue siendo una herramienta de despojo del estado por sobre las comunidades. Por ello (entre otras inquietudes que no entran en esta ponencia), el Museo Rural Comunitario del valle de El Bolsón se inició en el diálogo entre el equipo de arqueólogxs -bajo la dirección de una de nosotras- y las familias donde habíamos pernoctado, vivido y entrado en contacto mientas trabajábamos los sitios arqueológicos en sus territorios o cercanías. Cuando en el año 2007, el intendente realiza una Asamblea para decidir con el pueblo en qué querían utilizar los fondos de las regalías mineras (sólo se podían gastar en obras de infraestructura), la población decide que quiere un Museo y se comienza su construcción. El caso sobre el cual analizaremos el rol de lo patrimonial en pequeñas comunidades rurales o indígenas de montaña será analizado, entonces, a partir del caso de un museo comunitario dependiente del municipio local, organizado por la comunidad en conjunto con el grupo universitario, y pensado para la proyección de los jóvenes del lugar. Esta circunstancia nos permite pensar en la real posibilidad de realizar en conjunto con la comunidad, pero partiendo especialmente de sus expectativas de trabajo, de desarrollo y crecimiento, así como sobre temas que quieren incluir, historias que quieren contar, formas de contarlas, intervenciones en su aspecto estético-visual (o no) y técnico.El patrimonio en jaque y los inventarios en aprietosSi un museo comunitario es un espacio de encuentro de formas de conocimiento diferentes (asentados en distintas lógicas), cabe preguntarnos ¿qué actitud adoptar frente a los repositorios de objetos, considerados ?el patrimonio? de ese museo? Esta pregunta se torna válida en razón de que, tradicionalmente la arqueología ha impuesto su propia lógica como una forma de autoritarismo. Las practicas arqueológicas en torno a la relación pasado-presente y su cristalización en discursos, museos, esquemas, historias, éticas, estéticas e incluso épicas ha ido cambiando rápidamente en los últimos años en el noroeste argentino. El poder de la discursividad académica de los arqueólogos puede tener una duración prolongada y consecuencias inesperadas en la vida cotidiana de la gente. Es por ello que el rol de los grupos locales (sean familias, comunidades rurales o comunidades indígenas) en la construcción museológica, textual y educativa del mismo ocupa en este momento un lugar central.Hemos avanzado pues, en esas coneptualizaciones, despojándonos del rol de jueces sobre la discursividad histórica, pero cuando llegamos a la ?materialidad ?viva? y vivida del pasado -conceptos pilares de este modelo que intenta demostrar que no hay primacía del pasado sobre el presente ni viceversa- es aun potente el rol de los conceptos sedimentados como hegemónicos en torno al valor de los objetos. Sin necesidad de caer en argumentos que buscan lazos transcendentales entre pasado y presente?continuidades basadas en rasgos esenciales, romantizaciones de comunidades naturales u orgánicas?es importante considerar que hay una suerte de autonomía empírica, lo que Olivier (2004) llama ?la duración de las cosas?, que es capaz de sorprendernos, más allá de que las interpretaciones que provoquen jamás serán unívocas. Pero no solo se trata de un encuentro entre saberes diferentes, sino fundamentalmente entre sujetos, con necesidades e intereses, y sobre objetos-agentes que operan en ambos inconscientes colectivos.Tomar conciencia de las estructuras de pensamiento prexistentes e nos llevó a pensar en sentidos alternativos para las categorías de museo y patrimonio que permitiera superarlas e involucrar a otros actores. Esto tenía que darse no tanto en la elaboración de un nuevo objeto sino en la construcción de una nueva forma de conocimiento.El consenso comunitario y nuestra propuesta fueron buscar algún modo de retomar el concepto de que el ?museo?-centro cultural sea de la gente y para la gente local. Una idea para ello fue hacer participativa la elección temática para el guion de la muestra. ¿Qué se quiere contar del Bolsón? ¿Qué se puede contar desde la ciencia, desde la experiencia propia de la gente, desde el imaginario colectivo de lo que es o fue importante en El Bolsón, desde lo que se piensa que los demás quieren escuchar del Bolsón, qué se quiere hacer conocer y qué no, etc.? En definitiva, cómo volver a la idea original de que el museo sea un agente activo para la participación y relación de la comunidad con su patrimonio integral. A este efecto se prepararon talleres participativos, donde no quede como organizador ningún grupo en particular, sino como una construcción de todos/as, y en donde sea debatido el eje temático de la muestra museográfica.Una vez inaugurada la muestra museográfica (año xxx), el nuevo desafío es el trabajo en dialogo con los inventarios, las normativas legales, las aspiraciones de cada grupo (incluso lo local no es hegemónico, como han mostrado recientemente observaciones sobre la realización de algunos rituales ancestrales), pero por sobre todo, una pregunta que nos ronda e inquieta ¿a qué fines sirve patriomonializar e, inventariar el ?patrimonio?? Educados como investigadorxs en universidades de corte también europeo, es la vivencia persistente y permanente de comunicarnos cada año en más de una oportunidad con los gestores culturales del museo y la población en general, lo que pone tensión nuestras propias prácticas y creencias de ser virtuosos.Registro y catalogación de los bienes patrimoniales del MRCBLEl trabajo con el grupo social conlleva a crear lazos fuertes de pertenencia y apropiación cultural, intentando impulsar un proceso identitario desde la propia comunidad, no solo en la génesis permanente, en la significación y resignificación de su pasado, sino en la apropiación del espacio físico y como promovedor de nuevas interpretaciones del conocimiento. Por ello, en este museo todas las actividades de investigación, registro audiovisual, histórico y patrimonial, así como las de promoción y museología son realizadas siempre en conjunto con los jóvenes de la región, para los cuales los mismos cuentan con capacitaciones previas.En septiembre de 2018 se realizó un nuevo encuentro con el grupo encargado del MRC para trabajar sobre el registro y catalogación de los bienes patrimoniales en los museos. Se realizaron capacitaciones sobre ?registro y catalogación de colecciones?, en el otro se trabajó sobre las ?fichas? y en el tercero se refirió a ?fotografía documental?. Un pequeño audiovisual sobre fotografía documental y material bibliográfico sobre registro también formaron parte del material. En el taller se hizo entrega de material bibliográfico como tesauros y otros manuales para realizar el registro, inventario, catalogación y manejo de colecciones. Luego de la exposición de los contenidos se realizó una tarea práctica a modo de ejercicio. Posteriormente se analizó, junto con los gestores culturales, cómo se conformó la actual colección que alberga la institución, se revisaron las fichas realizadas por sus antecesores y la documentación necesaria para futuras donaciones de vecinos o instituciones del área.Tomaremos el relato textual de la vivencia de Marina durante las capacitaciones, para analizar el rol de los objetos como patrimonio:Las gestoras culturales mencionaron que la capacitación les resultó interesante, ya que trabajamos sobre el patrimonio y lo de la historia de los objetos, utilizando la metáfora de ?cuidar el fuego, guardar la brasita?, para hacer alusión a los recuerdos y ?avivar el fuego a partir de la brasita? para el trabajo de investigación sobre la memoria, en la búsqueda de esos recuerdos. Se discutió en la importancia del registro para el cuidado de los objetos que están en el museo y de sus historias, para compartir con lxs futurxs gestores (recordar que rotan cada dos años) y/o la comunidad. Buscamos las fichas antiguas y los registros sobre el ingreso de los materiales donados y los prestados (también su egreso). Esto era para comparar las fichas antiguas con la ficha nueva que había simplificado Agustina. Nos dimos cuenta que el registro anterior había quedado incompleto. Y en uno de los folios de las fichas de uno de los objetos prestados había un papelito en el que estaba anotado que la olla de barro había sido ya devuelta, pero no tenía fecha de cuando ni quien lo había devuelto. A raíz de ello me contaron que había una olla de barro que había estado prestada por doña Carolina Alancay (creo que ése era el nombre); la olla era de su mamá. Al tiempo se enteró su hermano y él la quería buscar. Ellas no tenían ningún registro, así que consultaron y Elmer les dijo que esa olla ya la habían devuelto al hermano de Carolina (creo que se llama Antonio), por eso pusieron ese papel en el folio que ya fue devuelta. Pero siguen reclamando la olla. Nunca se registró cuando se hizo la devolución de la olla. Ningún objeto de la muestra está siglado, pero hay una numeración en algunas fichas, tampoco hay fotografías. Por otro lado, comentaron que en el depósito hay una vasija arqueológica que prestó a srita. Marcela para que la exhiban en la muestra. Es una vasija que encontraron mientras estaban realizando unas construcciones en su casa. Ellas le dijeron que todavía no podían exhibirla porque había que buscar la forma de exponerla, así que quedó embalada (con indicaciones que les dio Elmer para eso) y guardada en el depósito. Esto me lo comentaron casi al final, así que no pudimos subir a sacar fotos.Acordamos dos tareas (que tendremos que monitorear):a)Revisar todos los registros que hay de los objetos: fichas, declaración jurada de propiedad, acta de ingreso de objetos donados y actas de ingreso y egreso de objetos prestados. Fijarse cuáles están completas, cuáles incompletas y cuáles faltan completar, de acuerdo a los objetos que están en la muestra y en el depósito. Esto está pensado para tener un estado de situación del registro.b)Hacer todo el registro completo de un objeto: la muyuna que donó doña Martina y de la cual ya conocen información. Esto también implica que busquen información si hace falta, y completen los registros de actas de ingreso de objeto donado, la declaración jurada de propiedad, etc. Como es un ejercicio van a guiarse de los campos de la nueva ficha que hizo Agustina y van ampliar las observaciones con la información de la historia del objeto. La idea de este trabajo es que sepan hacer bien el registro de un objeto (a esto lo tendríamos que revisar en conjunto) y con eso ya puedan completar lo que tengan incompleto o no hayan completado antes. Quizás el trabajo con la fotografía lo puedan completar cuando yo viaje con una cámara y la computadora (no tienen ninguna de estas herramientas para trabajar en el museo en estos momentos).Me parece que sería bueno que se aclare lo de la olla de barro que ya devolvieron, para seguridad de la gente que trabaja en el museo y de quienes quieran prestar objetos.Me surgió la duda de qué hacer con la vasija arqueológica del depósito. ¿Se debería registrar con ficha del INAPL? ¿La srita Marcela debería declararla como colección privada? Nosotrxs podemos hacer ese registro o tiene que ir gente de Antopología de Catamarca? ¿Cómo se gestiona eso? ¿Hay posibilidad de poner una vitrina para su exhibición?Bueno, este archivo lo armé para comentarles un poco cómo fue lo de la capacitación y las preguntas que me surgieron. Quizás podríamos tener una reunión para conversar un poco de estos.Abrazos!ConclusionesCreemos que es indispensable realizar un proceso de investigación permanente junto a la comunidad, capacitarla con las normativas y códigos y motivarla para que asuma su directa responsabilidad en la preservación. Sin embargo, compartir los conocimientos de la metodología museológica implica poder observar y comprender lo que sus propias prácticas indicarían sobre cómo proteger sus bienes culturales. En tanto los objetos en las casas no tienen una trayectoria de exhibición para el goce estético o cultural, sino principalmente de uso (y somos nosotros los que llevamos la idea de que el objeto es ?bonito?, o ?valioso por antiguo o por su historia?, esta concepción choca con la de su ?belleza por utilidad? (oximorón para la filosofía del arte europeo). A su vez, la patrimonialización (y su corolario de fichas, inventarios, fotos y conservación) siempre implica un avance del Estado por sobre lo comunitario, sobre lo familiar y sobre lo individual.Si aceptamos que las comunidades, como creadoras y/o herederas de su patrimonio, deben ser aliadas en las actividades tendientes a su preservación y que poseen la experiencia y capacidad para hacerlo, entonces, podemos considerar a sectores o miembros de la comunidad no sólo como aliados estratégicos, sino también como socios potenciales en el desarrollo de actividades y proyectos conjuntos.Lo importante para la propuesta de generar beneficio a los miembros de las comunidades, es que los individuos involucrados ? como aliados o como socios- perciban entonces algún ?beneficio? (en el sentido andino de reciprocidad) por la preservación de estos bienes separados del mundo de la vida e introducidos en el mundo patrimonial. Aun así, queda mucho para reflexionar al respecto.