CICTERRA   20351
CENTRO DE INVESTIGACIONES EN CIENCIAS DE LA TIERRA
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
El continente de Gondwana a traves del tiempo
Autor/es:
BENEDETTO, J.L.
Editorial:
Academia Nacional de Ciencias
Referencias:
Lugar: Córdoba; Año: 2010 p. 384
ISSN:
978-987-98313-7-3
Resumen:
PREFACIO. La Geología Histórica abarca, ni más ni menos, la historia de la Tierra desde su nacimiento como planeta hasta el tiempo presente. Relatar esta historia en un curso universitario no es una tarea sencilla, más aun si al comienzo se repasan las distintas herramientas disponibles para reconstruir los tiempos pasados, sean éstas de carácter paleoclimático, paleoambiental, paleogeográfico, geocronológico o de otra índole. En este libro destiné el primer capítulo para reseñar estos aspectos, aunque posiblemente hubieran merecido un desarrollo bastante más extenso. Si bien algunas cuestiones teóricas o metodológicas se analizan con mayor detalle al abordar temas específicos (por ejemplo, los mecanismos involucrados en la ruptura continental se comentan en relación con la separación de África y Sudamérica), esto no evitará que el lector interesado deba acudir a libros de estratigrafía, geodinámica, etc. para ampliar estos temas. En ese capítulo inicial expongo con cierto detalle la historia del descubrimiento de la deriva continental, que es la historia de Alfred Wegener, de Gondwana y de la geología de su tiempo, y también es la historia que le sucedió, la de los descubrimientos y síntesis brillantes que culminaron conel alumbramiento de la teoría de la tectónica de placas. Aun cuando un docente logre condensar esta historia de 4000 millones de años en algunos meses de clase sin granjearse el odio de los alumnos, subsiste un escollo difícil de sortear: la falta de libros de texto adecuados para complementar y ampliar la información de un curso estándar. Quiero aclarar rápidamente que en el mercado latinoamericano se dispone de algunos libros de Geología Histórica de excelente nivel y, posiblemente, más pedagógicos que este. El hecho de que en su mayoría estén escritos en inglés no debería representar un obstáculo insalvable para un estudiante universitario de los últimos años de la carrera. Lo que sí constituye un inconveniente serio es el gran espacio que en esos textos se destina a la evolución geológica de América del Norte o Europa occidental (según los autores) en detrimento de los ‘continentes del sur’. De acuerdo a mi experiencia docente es difícil generar interés en un tema determinado si no se presentan ejemplos concretos de la geología local o regional, en nuestro caso de América del Sur, y luego se los relaciona con otros fenómenos que acontecieron a escala continental o global. Es por ello que en este libro abordé la historia geológica de la Tierra desde la perspectiva de la evolución del continente de Gondwana, lo cual no implica subestimar eventos importantes como la orogenia Caledónica o la evolución de los Alpes o los Apalaches. Dado que la dinámica terrestre opera globalmente, los enfoques ‘desde el norte’ y ‘desde el sur’ no son antagónicos sino absolutamente complementarios. Por eso una de mis mayores preocupaciones a la hora de desarrollar los distintos temas fue tratar de encontrar un equilibrio entre ambas perspectivas. Por otra parte, no solamente la geología ‘gondwánica’ necesita de cierta reivindicación. Hay varias regiones extragondwánicas, tales como Siberia, China, Indochina y Europa oriental a las que normalmente se le dedica poco o ningún espacio en los textos de Geología Histórica, razón por la cual incluí referencias sobre estas áreas. La organización del libro es la usual en esta temática. Se exponen los distintos períodos geológicos por orden cronológico y, en cada uno de ellos, se discuten los criterios utilizados para definir sus límites, la paleogeografía global, los caracteres paleoclimáticos más salientes, la geología de las áreas ‘clásicas’ (que son también las más conocidas), la de las menos ‘clásicas’ y, finalmente, se realiza un análisis más detallado de la estratigrafía, fósiles y evolución tectónica de Gondwana. Dado que estoy más familiarizado con la geología de América del Sur – y de Argentina en particular –, y pensando en una mayoría de lectores de habla hispana, he puesto mayor énfasis en la historia geológica de América latina. Como notará el lector al hojear el texto, los fósiles ocupan un lugar importante en cada capítulo. Esto no es casual y se debe, en parte, a que he sido fiel a mi formación como paleontólogo. Pero, principalmente, es porque consideré necesario remarcar la estrecha interrelación que existió desde un comienzo entre la evolución física de la Tierra y la evolución de la biota, además del sinnúmero de aportes de los fósiles a la resolución de problemas no solamente estratigráficos sino también paleoclimáticos, paleoambientales y paleogeográficos. Para quienes no están demasiado familiarizados con los fósiles se incluyen algunos caracteres distintivos e ilustraciones de los grupos más típicos de cada período, preferentemente de formas gondwánicas. Esto, claro está, no pretende suplir la extensa información que se encuentra en los libros específicos de paleontología, paleoecología y evolución. Algo que puede parecer extraño en un libro de texto universitario es la profusión de citas bibliográficas, que suman alrededor de 1000. La finalidad de estas referencias es doble. Por un lado, quise poner en evidencia que cada hipótesis o aseveración está fundada en trabajos científicos publicados y, además, que sobre un mismo tema suele haber ideas contrapuestas. La otra finalidad es que el estilo de redacción sea más afín al de las publicaciones científicas que al de un clásico libro de texto. Si bien esto puede conspirar contra una lectura rápida y fluida, terminará por familiarizar al lector con el lenguaje utilizado en la comunicación científica. Además, estas citas constituyen una primera y rápida opción (la famosa ‘punta del ovillo’) para quienes deseen profundizar algún aspecto específico. Los trabajos citados distan mucho de ser todos los que hay sobre cada tema; solamente figuran los más recientes, los más accesibles y, en particular, los que sintetizan mucha información previa. En ciertos párrafos no se especifican las fuentes para no abusar de la paciencia del lector (¡aprovecho para pedir disculpas a todos aquellos a quienes no cité!). La evolución geológica de Gondwana ha sido el hilo conductor alrededor del cual intenté reunir toda la información a la que pude tener acceso, tratando de conformar un texto más o menos coherente. No se si habré logrado este objetivo, pero me daría por satisfecho si supiera que sus páginas contribuyeron, de algún modo, a despertar (o a consolidar) el espíritu de investigación que está latente en todos los jóvenes que aman las ciencias naturales y las ciencias de la Tierra en particular. Para mi es un honor que la Academia Nacional de Ciencias me haya abierto las puertas de su prestigiosa serie de publicaciones para editar este libro. Justamente fue la Academia la que, en ocasión del centenario de su creación, albergó el Primer Simposio sobre Geología Regional Argentina a raíz del cual se editó un volumen, conocido por todos, en el que se que sintetizó la información geológica de nuestro país disponible para 1969. A esta obra le siguieron los dos volúmenes del 2° Simposio de Geología Regional y otros libros no menos importantes. Finalmente, quisiera agradecer al Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) por el apoyo recibido durante toda mi carrera. Gran parte de los conocimientos que he volcado en este libro son fruto de investigaciones financiadas por el CONICET y también por otras instituciones de promoción científica (FONCYT, Universidad Nacional de Córdoba, entre otras). Agradezco de manera especial a todos mis colegas del CICTERRA (Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra), en particular los del CIPAL (Centro de Investigaciones Paleobiológicas) y de la Cátedra de Estratigrafía y Geología Histórica de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, con quienes he compartido muchos trabajos, discusiones, viajes y aventuras. También vaya mi reconocimiento a todos los que fueron mis alumnos, porque de ellos aprendí muchas cosas, entre ellas, el placer de enseñar. Juan L. Benedetto I