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En el debate sobre la causalidad se articulan dos problemas: el problema metafísico (cuáles son las condiciones de la causalidad en el mundo) y el problema epistemológico (cómo conocemos lo que se da en la realidad y cómo identificamos una genuina relación causal). Las distintas ponencias que participarán de esta Mesa mostrarán cómo el problema metafísico y el problema epistemológico de la causalidad se entrelazan con una constelación de temas clásicos de la historia de la filosofía: el origen del mal, la relación mente-cuerpo, el sentido de la historia y la posibilidad del conocimiento humano. La reflexión sobre la eficacia causal de las causas segundas y su difícil conciliación con la omnipotencia causal de Dios, asumida como principio, genera como una de sus más relevantes consecuencias la necesidad de delimitar cuáles son los efectos que deben atribuirse a la acción humana y cuáles a la acción divina. Así, una serie de preguntas aparecen como centrales: ¿Cuál es la causa del mal? ¿Qué rol causal juega el cuerpo como sujeto de conocimiento y como agente de las acciones humanas? ¿Cómo se da la relación entre la mente y el cuerpo? ¿Si el hombre es responsable de sus acciones, en qué sentido debemos entender el poder de la providencia divina? ¿Cómo podemos justificar nuestras ideas sobre la causalidad en la naturaleza? Los diferentes trabajos que aquí presentamos tendrán como ejes algunas de estas preguntas. Para responderlas se ocuparán de analizar la posición de distintos exponentes de la filosofía medieval y de la filosofía moderna: Agustín de Hipona, Escoto Eriúgena, René Descartes, Nicolás Malebranche, David Hume y Giambattista Vico. Con ello, intentaremos ofrecer una serie de estudios que nos sirvan para comparar las distintas perspectivas y para situarlas en el contexto de los debates teológicos y filosóficos en los que se produjeron, de las redes culturales que los rodearon y condicionaron.

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