INVESTIGADORES
PETRULEVICIUS Julian Fernando
congresos y reuniones científicas
Título:
Insectos fósiles de Nuestra América: avances y soberanía en la patria grande
Autor/es:
PETRULEVICIUS J. F.
Reunión:
Congreso; VIII EARTH SCIENCE CONVENTION; 2019
Resumen:
Los insectos fósiles en Nuestra América tienen un registro extraordinario desde el Carbonífero Inferior al Cuaternario. Más allá de la completitud del registro poseemos yacimientos excepcionales con compresiones, réplicas e impresiones en sedimentos, icnofósiles, encapsulaciones en cherts e inclusiones en ámbar. Abreviando, se encuentran insectos y sus huellas en sedimentos Paleozoicos del Carbonífero Inferior (AR), Superior (AR, BR), y Pérmico (AR, BR). Insectos del Mesozoico en el Triásico (AR, CH, BR), Jurásico (AR) y Cretácico (AR, CH, BR, CO). En el Cenozoico, del Paleoceno (AR), Eoceno (AR, CH, BR), Oligoceno (AR, BR), Mioceno (AR, BR) y Cuaternario (AR, CH, BR). Insectos incluidos en ámbar del Mioceno temprano (MX, RD), Mioceno tardío (PE) y Cuaternario (CO). Entre este extenso registro podemos detallar lagerstatten con entomofaunas que se destacan asimismo por su importancia biogeográfica o evolutiva. En el Paleozoico los episodios glaciales del Serpujoviense de La Rioja, Argentina, presentan la entomofauna voladora más antigua del mundo. Las protolibélulas de Guandacol Tupacsala niunamenos Petrulevičius y Gutiérrez, 2016, Argentinala cristinae Petrulevičius y Gutiérrez, 2016 (Fig. 1.; alas derechas coloreadas, cabeza y abdomen interpretadas) y Kirchnerala treintamil Petrulevičius y Gutiérrez, 2016 son las más basales y tenían 6 alas. Estas libélulas habitaban lagos glaciares en altas latitudes del Sur a 325 Ma. En el Mesozoico se destaca el chert del Jurásico Superior de Santa Cruz, Argentina, con artrópodos conservados tridimensionalmente por una rápida silicificación en charcos someros de sistemas termales. Organismos acuáticos en posición de vida, artrópodos articulados u órganos como ojos compuestos de insectos (Fig. 2) de c. 150 Ma. El Cretácico Inferior de la formación Santana, Brasil, (120 Ma) tiene una diversidad muy importante de insectos, peces y dinosaurios. Los fósiles se encuentran conservados en goetita (Fig. 3; Cordulagomphus primearensis Petrulevičius y Martins-Neto, 2007) y con detalles de organelas subcelulares producto de una fosilización instantánea. Las entomofaunas del Paleógeno están muy bien representadas en localidades del Eoceno de la Patagonia con una secuencia de paleolagunas volcánicas de 54, 52, 48 Ma que presentan un registro único de insectos, entre ellos familias endémicas de libélulas y sus puestas de huevos en el mesófilo de hojas (Fig. 4). Es destacable la conservación de abejas con granos de polen adheridos luego de la colecta en flores del Eoceno. En el Neógeno encontramos ámbares de conservación destacable, con detalle micrométrico de las estructuras del exoesqueleto. Ámbares del Mioceno inferior de México (Fig. 5; Nogodina chiapaneca Solórzano Kraemer y Petrulevičius, 2007) y República Dominicana (20 Ma) registran una diversidad muy rica de especies y comportamientos. El recientemente descubierto ámbar peruano del Mioceno superior (10 Ma) es prometedor, con una entomofauna algo más moderna y probablemente habitante de una selva amazónica primigenia (Fig. 6; Sycorax peruensis Petrulevičius et al., 2011). Ya en el Cuaternario el copal de Colombia tiene una conservación exquisita de insectos que son especies recientes (Fig. 7; Coccoidea ♂) pero también se han encontrado especies nuevas que podrían haber sido extintas recientemente o no haber sido aún registradas entre la fauna actual. El conocimiento del patrimonio fósil como propiedad del Estado es parte fundamental del desarrollo científico soberano de la patria grande que necesita de programas para su protección, estudio y conservación.