INVESTIGADORES
GUERESCHI Alina Beatriz
congresos y reuniones científicas
Título:
Prolongación del lineamiento Transbrasiliano en Argentina y su control sobre el magmatismo cámbrico y devónico de las Sierras Pampeanas Orientales
Autor/es:
MARTINO, ROBERTO DONATO; GUERESCHI, ALINA BEATRIZ; SIGISMONDI, MARIO; CARIGNANO, CLAUDIO ALEJANDRO
Lugar:
San Juan
Reunión:
Simposio; XV Reunión de Tectónica; 2012
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
En las Sierras Pampeanas Orientales, principalmente en las Sierras de Córdoba, en la Sierra Norte y en su continuación hacia el noreste en las Sierras de Ambargasta y Sumampa, yacen dos de los mayores batolitos conocidos en el ámbito pampeano: Achala y Sierra Norte-Ambargasta. El batolito de Achala está formado por intrusiones monzograníticas calcoalcalinas a alcalicálcicas discordantes que cortan nítidamente, tanto a la foliación regional S2 de gneises y migmatitas de grado medio a alto, de edad proterozoica superior-cámbrica inferior, como a fajas de deformación dúctil de edad ordovícica. La edad de cristalización es de 379 ± 4 Ma. Se trata de un magmatismo aluminoso tipo A y su geoquímica indica mezcla de materiales mantélicos y fusiones corticales derivadas de la deshidratación de biotita (Lira y Kirschbaum 1990, Rapela et al. 2008 y bibliografía citada en ambos trabajos). El batolito de Sierra Norte-Ambargasta está formado por intrusiones granitoides calcoalcalinas (Proterozoico superior-Eopaleozoico) que alojan grandes colgajos de un complejo localmente metamorfizado por contacto e integrado por rocas paraderivadas de grado bajo (pizarras, filitas y esquistos), medio (anfibolitas, mármoles y gneises) y alto (migmatitas y gneises calcosilicáticos). Las edades de estas metamorfitas están poco constreñidas pero han sido asignadas al Precámbrico superior. También se reconocen sedimentitas relictuales de cuencas fanerozoicas sin metamorfizar, a modo de colgajos o dispuestas en depresiones invertidas tectónicamente (von Gosen y Prozzi 2010 y bibliografía citada allí). La faja de deformación dúctil Sauce Punco, de naturaleza transcurrente dextral y de probable edad cámbrica temprana, afecta a la parte central de la Sierra Norte y la divide en dos ambientes tectomagmáticos bien diferenciados (Martino et al. 1999). Cartográficamente, ambos batolitos se expresan con formas romboidales en planta, con límites netos con las metamorfitas encajonantes o por fallas locales, y están separados entre sí por el valle de Dean Funes, coincidente con el lineamiento homónimo. La dirección principal de alargamiento es N 20°, con valores largo/ancho de 0,4 (100 x 40 km, 4000 km2 área aflorante) para el batolito de Achala y de 3,6 (180 x 50 km, 9000 km2 de área aflorante) para el batolito de Sierra Norte-Ambargasta. La prolongación hacia el noreste de las Sierras de Ambargasta y Sumampa, coincidente con la dirección de alargamiento de ambos batolitos, se hace por el subsuelo a través de la denominada Dorsal de Charata, Alto de Las Breñas o Alto Pampeano-Chaqueño. Esta dorsal, de unos 500 km de largo, llegaría hacia el norte hasta la provincia de Formosa. A su vez, limita una amplia depresión que se abre hacia el este, de rumbo noreste y de casi 200 km de ancho, que se prolonga hasta el Alto de Asunción en Paraguay, alto que hace de margen oriental de dicha depresión. Este límite coincide también con el borde oeste de las coladas de basaltos de Serra Geral-Paraná. A lo largo de esta depresión, se reconocen la cuenca eopaleozoica de Las Breñas y el principal depocentro de las cuencas del Paleozoico superior (Chebli et al. 1999). Un hecho llamativo es que las edades de los eventos magmáticos que han producido ambos batolitos difieren en aproximadamente 150 Ma, lapso durante el cual habría habido un control tectónico único para estos dos magmatismos mayores tan extendidos, sugiriendo su emplazamiento en una zona de debilidad cortical común. Se postula que esta zona sería el efecto de la actividad tectónica del lineamiento Transbrasiliano (LTB) a estas latitudes, sobre todo de su margen noroccidental. El lineamiento Transbrasiliano es considerado una megazona de sutura de escala continental, de rumbo NNE, que alcanza hasta 350 km de ancho en la parte central de Brasil (Feng et al. 2007; Cordani y Texeira 2007; Cordani et al. 2010; Fairhead 2003, 2012) . El extremo noreste del lineamiento se extiende hasta la costa atlántica brasilera. A esa latitud, se resuelve en una serie de ramificaciones, posiblemente estructuras en flor, en la provincia de Borborema. Hacia el sudoeste, se conoce su desarrollo a lo largo de Paraguay. No se conoce con precisión su prolongación en territorio argentino, aunque han sido propuestas algunas alternativas (Fairhead 2003, 2012). Esta megazona de sutura habría estado activa desde el Arcaico, con reactivaciones más evidentes desde el periodo Paleozoico hasta el presente (Carrari Chamani et al. 2009). El margen noroeste del lineamiento presenta sismicidad y movimientos recientes. Este lineamiento se correlaciona con el lineamiento Kandi-Sobral que se extiende desde Benín a Argelia en el continente africano. Integrado a lo largo de toda su extensión, abarcaría más de 4500 km de largo (Attoh y Brown 2008, Fairhead 2012). Otros posibles controles del lineamiento Transbrasiliano sobre la geología en territorio argentino, además del magmatismo mencionado más arriba, serían el emplazamiento de rocas alcalinas devónicas (comenditas) en la Sierra de Sumampa (Lira et al. 2005), la anomalía gravimétrica del margen occidental de las Sierras de Córdoba y la profunda depresión del Valle de Conlara (Miranda e Introcaso 1996). Notablemente, una de las fábricas metamórficas más penetrativa regionalmente en la Sierra de San Luis posee orientación N 20º, mientras que, en las Sierras de Córdoba, esa es la orientación de una de sus fábricas relícticas (Dalla Salda 1987, Martino 1988). De acuerdo con lo expresado, el lineamiento Transbrasiliano se extendería entre Sudamérica y Africa (LTB rama Charata, LTB propiamente dicho en Brasil y lineamiento Kandi-Sobral en Africa) por más de 5000 km, abarcando una faja, en algunos lugares como en la zona central de Brasil y en Argentina, de aproximadamente 350 km de ancho.