Evolución geomorfológica de la bahía de San Antonio (Río Negro): su importancia para el registro de ocupaciones humanas

KOKOT, ROBERTO; FAVIER DUBOIS, CRISTIAN MARIO

La Plata

Congreso; IV Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología; 2009

Asociación Argentina de Cuaternario y Geomorfología

En la bahía de San Antonio afloran depósitos marinos que evidencian cambios del nivel del mar ocurridos durante el Cuaternario. Dichos depósitos incluyen antiguas líneas de costa sobre las cuales se han desarrollado ocupaciones humanas que se remontan al menos a unos 6000 años atrás. Este trabajo forma parte del relevamiento del área costera según subsidio Ubacyt X110, mientras que los aspectos de interés arqueológico se desarrollaron en forma conjunta en el marco del proyecto PICT 38264. A través de estudios interdisciplinarios se determinó la evolución del área costera en la localidad de San Antonio Oeste y zonas aledañas. Los datos geológicos y geomorfológicos fueron obtenidos a partir de reconocimientos en el terreno y de la interpretación de imágenes satelitales y fotogramas. También se efectuaron dataciones radimétricas a partir de moluscos encontrados en las terrazas marinas de acumulación, que permitieron datar la secuencia evolutiva. En este marco, los estudios arqueológicos han provisto numerosas edades obtenidas en conchales antrópicos desarrollados sobre terrazas holocenas y pleistocenas. Interesa evaluar los escenarios costeros correspondientes a cada período de ocupación, por lo que los estudios en curso involucran la reconstrucción de la configuración de la costa desde el máximo transgresivo del Holoceno medio hasta la actualidad. En relación con las unidades geológicas reconocidas, aflora en el área la Formación Baliza San Matías constituida por conglomerados con matriz arenosa, gravas y valvas de pelecípodos con estratificación gruesa. El tamaño de las gravas varía entre 5 y 15 cm y el cemento es calcáreo de color castaño amarillento. Hacia el este se encuentra la espiga de punta Villarino, área formada por depósitos de cordones litorales compuestos por arena mediana y gravas. Hacia el oeste, la espiga de punta Delgado, también constituida por depósitos de cordones litorales gravoarenosos con porcentaje variable de conchillas. Estos depósitos son conocidos como Formación San Antonio. Entre ambas espigas, el área costera de la bahía de San Antonio está compuesta por depósitos de planicie de mareas arcillo arenosas. Hacia el norte, fuera de la planicie de mareas actual, se hallan depósitos de cordones litorales. El área es conocida como terraza de San Antonio Oeste indicando que tiene forma de lengua y está ubicada en la zona norte del golfo San Matías. La faja costera está cubierta por depósitos de dunas móviles de hasta 10 m de altura en los que suele hallarse evidencia arqueológica. A unos 10 km al SO los depósitos marinos yacen sobre una superficie de erosión labrada en rocas del Terciario. Estos depósitos están compuestos por arena, grava y cascajo de rocas principalmente porfíricas, a veces cementados por carbonato de calcio. Poseen una abundante fauna de bivalvos y la altitud de la terraza se halla entre 10 y 12 metros. Feruglio afirmó que todas las especies pertenecen a formas que viven en el mar adyacente, que por ello y por la baja posición altimétrica fue asignada al Holoceno. En las proximidades de San Antonio Oeste, dataciones anteriores y las realizadas en este proyecto dan edades que permiten adjudicar esta terraza al Pleistoceno. En los trabajos mencionados se descartaba la edad pleistocena argumentando  que las muestras datadas estaban ambientalmente contaminadas. Los datos obtenidos durante nuestros estudios y las relaciones de campo permiten aseverar en principio, que dichos depósitos son pleistocenos. Gran parte de los afloramientos costeros están cubiertos por depósitos eólicos y depósitos coluviales constituidos por gravas, arenas, limos y arcillas no consolidados. A partir de los datos geológicos y geomorfológicos fue posible la realización de un mapeo de detalle del área que permitió reconstruir la secuencia evolutiva a partir de una antigua línea posiblemente pleistocena, otra holocena y la actual. Este marco permitirá evaluar de qué manera las modificaciones en la morfología costera y sus ambientes asociados han repercutido en la ocupación humana de esos espacios a lo largo del tiempo.