INVESTIGADORES
CONCHEYRO Graciela Andrea
congresos y reuniones científicas
Título:
El patrimonio geológico y paleontológico de la Cuenca James Ross, Antártida
Autor/es:
CONCHEYRO, A.; LIRIO, J.M.
Lugar:
San Martin de los Andes
Reunión:
Simposio; I Simposio Argentina de Patrimonio Geologico, Geoparques y Geoturismo; 2013
Resumen:
La Antártida con una superficie de 14.000.000 km2 es el continente que posee mayor altura media, el clima más frío y más seco. Constituye la principal reserva de agua potable del planeta, carece de habitantes nativos y permaneció como tierra incognita hasta el siglo XIX. Casi el 98% de su superficie está cubierta por hielo y nieve, y las áreas libres de hielo del continente se sitúan en su extremo norte, en coincidencia con el sector antártico argentino, donde se han registrado los mayores gradientes de calentamiento de los últimos 50 años. En el noreste de la península antártica se localiza la cuenca James Ross, conocida cuenca sedimentaria de retroarco, única por sus rocas y fósiles, la que debe ser considerada como patrimonio geológico y paleontológico de nuestro país. Esta cuenca situada en alta latitud austral posee una sedimentación que excede los 6000 m de espesor e incluye sedimentitas marinas jurásicas a paleógenas (145 a 30 millones de años). La geología de esta cuenca, conocida desde inicios del siglo XX, resulta singular por la variedad de rocas sedimentarias y volcánicas reconocidas en la zona, que representan variados ambientes deposicionales y geotectónicos (Rinaldi et al, 1978; Elliot, 1988; Marenssi et al, 1998, Olivero, 2012). Se reconocen secuencias sedimentarias marinas coronadas con basaltos y hialoclastitas. El patrimonio paleontológico de la cuenca James Ross es muy vasto. El primer registro paleontológico del continente Antártico corresponde al capitán Carl A. Larsen (1892- 93), quién también halló madera petrificada en la isla Marambio (Stilwell y Long, 2011). Durante la larga estadía de la expedición sueca a la Antártida (1901-03), comandada por el Dr. Otto Nordenskjöld y con la participación del Alférez Sobral, se realizaron importantes estudios geológicos, geofísicos y paleontológicos, con el hallazgo de gran cantidad de flora y fauna fósil que permitió comprobar los grandes cambios climáticos y ambientales que sufrió el continente antártico. Entre los más relevantes se reconocieron pingüinos cenozoicos de 2 m de altura, fragmentos de ballenas, bivalvos pectínidos de edad pliocena (3,65-2,8 millones de años) alojados en el "Conglomerado con Pecten" y estos últimos sugerirían la existencia de aguas relativamente cálidas en Antártida hasta el Plioceno (Gazdzicki y Webb, 1996). El primer hallazgo de dinosaurios en Antártida se situó en la isla James Ross y correspondió a un anquilosaurio (Olivero et al., 1991), y en la isla Vega los restos de un hipsilofodonte y un hadrosaurio (Case et al., 2000). También en estas islas se han hallado numerosos reptiles marinos: plesiosaurios, mosasaurios, tortugas y aves y numerosos invertebrados y flora fósil de edades cretácicas (70-65 millones de años). La Isla Marambio ha sido referida como la piedra de roseta de la paleontología antártica, o un santuario paleontológico. Allí afloran sedimentitas cretácicas y cenozoicas portadoras de abundante flora y fauna fósil, entre los que se pueden mencionar: amonites, bivalvos, gastrópodos, equinodermos, decápodos y braquiópodos, tiburones, peces teleósteos, tortugas, plesiosaurios, aves (incluidos pingüinos gigantes y los más antiguos), mamíferos marinos (incluida la ballena más antigua) y marsupiales primitivos, foraminíferos, dinoflagelados y nanofósiles calcáreos (Reguero et al., 2002, Concheyro et al, 1991). En esta isla se ha localizado mediante la distribución estratigráfica de megafaunas, microfaunas y microfloras, la existencia del límite Cretácico Paleógeno, él que es confirmado a través de la fuerte extinción observada en amonites, foraminíferos planctónicos y nanofósiles calcáreos (Huber, 1988). La Cuenca James Ross fue afectada por intenso vulcanismo durante los últimos 10 millones de años y permitió la intercalación de numerosos depósitos glacimarinos fosilíferos, situados principalmente en la isla James Ross, Marambio y Cockburn, los que contienen valiosa información sobre la evolución de la calota de hielos antartica (Caramés y Concheyro, 2013). La expedición sueca que permaneció en la Antártida dos años, utilizó como alberge una casa prefabricada, la que fuera comprada en Suecia y ensamblada en el extremo norte de la isla Cerro Nevado. Se la considera como una de las construcciones en pie más antiguas del continente antártico, la que es mantenida anualmente por la República Argentina, y declarada Monumento Histórico Nacional. Dicha construcción forma parte del patrimonio histórico antártico y es visitada anualmente por numerosos turistas. El Tratado Antártico y el Protocolo de Protección Ambiental (o Protocolo de Madrid), en vigencia desde 1998, designa a la Antártida como una "reserva natural dedicada a la paz y a la ciencia" y procura proteger el medio ambiente antártico. La implementación del protocolo permite conservar áreas desconocidas para el público en general, tales como las de la Cuenca James Ross, que constituyen un verdadero patrimonio geológico y paleontológico de nuestra región más austral.