INVESTIGADORES
PAGE Carlos Alberto
artículos
Título:
La manzana de la Universidad Nacional de Córdoba y las estancias Jesuíticas. Patrimonioo de la Humanidad
Autor/es:
PAGE, CARLOS A.
Revista:
Todo es Historia
Editorial:
Todo es Historia
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2000 p. 86 - 96
ISSN:
0040-8611
Resumen:
Córdoba ha recibido una de las mayores distinciones y reconocimientos de su historia. Luego de algunos años de intensas gestiones, la UNESCO acaba de anunciar la incorporación a la lista del Patrimonio Mundial de la Manzana de la Universidad Nacional de Córdoba y las Estancias Jesuíticas. En tal sentido cabe recordar que la organización internacional dio a luz en 1972 el documento sobre la protección del patrimonio cultural y natural donde se recomendó que los países miembros identifiquen su patrimonio, confeccionen listas tentativas, lo protejan y conserven. De esta manera quedarían jerarquizados en el contexto mundial una distinguida lista de testimonios que deben cumplimentar una serie de requisitos para ingresar a ella. Entre ellos, los bienes propuestos deben representar una obra maestra del genio creativo, una manifestación de un intercambio considerable de valores humanos durante un periodo o una sociedad determinada, una manifestación cultural específica del desarrollo de la arquitectura, las artes, la planificación urbana, el diseño paisajístico y que constituyan un aporte significativo como un testimonio único o por lo menos excepcional de una tradición cultural, de una civilización que siga viva o que desapareció. Los seguidores de Ignacio de Loyola se instalaron en Córdoba en 1599, eligiendo esta ciudad como verdadera base operativa de sus lucubraciones que rayaban la genialidad humana de su tiempo. Señalaron la ciudad fundada por Jerónimo Luis de Cabrera como centro neurálgico de la legendaria provincia jesuítica del Paraguay, donde sembraron las semillas de la primera universidad Argentina, pero poniendo su corazón en las famosas misiones de guaraníes donde depositarían las esperanzas y el esfuerzo por la construcción de un mundo mejor. En este sentido los jesuitas no sólo contaban con las capacidades necesarias, conocimiento de lenguas indígenas y buena formación teológica, sino que sabían actuar sutilmente entre dos mundos, a menudo enfrentados pero que, por designios de la Providencia, estaban llamados a convivir larga y fructíferamente. Alrededor de la Universidad se instalaron las estancias que sirvieron de sustento económico a su magna empresa educativa y misional, conformando un sistema socio-político y cultural que influyó notablemente en su tiempo, marcando decisivas huellas para un futuro que nunca dejó de desvincularse de la realidad presente. En la actualidad quedan muchos testimonios artísticos y arquitectónicos de un grupo humano que intentó cambiar el mundo, cuyos valores enaltecen y jerarquizan a la humanidad. De allí que los muros de la historia dejan de ser piedras frías para retomar el calor de los profundos significados que encierran. Pues a partir de esta gesta heroica nace el impresionante patrimonio cultural que legaron a los cordobeses y hoy comparten con la Humanidad.