INVESTIGADORES
ALLEGRI Ricardo F.
congresos y reuniones científicas
Título:
Demencia. Factores de Riesgo
Autor/es:
ALLEGRI RF
Lugar:
Cali, Colombia
Reunión:
Conferencia; VIII Congreso Colombiano de Neurología; 2007
Institución organizadora:
Sociedad Colombiana de Neurología
Resumen:
El deterioro cognoscitivo leve que define un síndrome de declinación cognitiva mayor que la esperada para la edad y que no interfiere significativamente las actividades de vida diaria ha sido extensamente discutido en la literatura. En este contexto los trastornos conductuales como síntomas iniciales de demencia han pasado sistemáticamente desapercibidos. A partir de esto en nuestro grupo se desarrolló un trabajo con el objetivo de evaluar si los sujetos con presencia inicial de trastornos cognitivos o conductuales representan una “población en riesgo de demencia degenerativa”, determinar si hay subpoblaciones, estudiar las características de la conversión y determinar los factores de riesgo. Fueron estudiados 301 pacientes (edad 72.2±8.1 años; 58% mujeres, escolaridad 12 años, evaluación cognoscitiva MMSE 27/30, estadio CDR 0,5/3) que habían comenzado progresivamente con un síndrome cognitivo o conductual sin afectación significativa de las  actividades de vida diaria. A partir de su cuadro de inicio fueron divididos en 239 con deterioro cognitivo leve, 45 con deterioro conductual leve y 17 con psicosis tardía. A todos se les completo un examen neuropsiquiátrico, una batería neuropsicológica, laboratorio y neuroimágenes.  En el primer año de seguimiento rotaron a demencia el 16%, a los dos años el 36% y a los tres años el 47% de los sujetos en riesgo de demencia. Los pacientes con deterioro cognitivo leve, tuvieron comorbilidades como hipertensión arterial y dislipemia. El examen neurológico fue normal, en la evaluación neuropsicológica predominaron los trastornos de memoria, a nivel neuropsiquiátrico se encontraron síntomas conductuales y los exámenes complementarios fueron normales. Los deterioros conductuales leves y las psicosis tardías tuvieron mayores dificultades laborales y en la resolución de situaciones, comorbilidades como hipertensión arterial y antecedentes familiares frecuentes. El examen neurológico mostró frecuentemente reflejos arcaicos y signos extrapiramidales,  en la evaluación neuropsicológica alteraciones atencionales y ejecutivas, y ya en las neuroimagenes había signos focales. Entre los síntomas conductuales en los deterioros conductuales leves predominaron la desinhibición, la irritabilidad, la depresión y la apatía y en las psicosis tardías las ideas delirantes, los comportamientos nocturnos, la desinhibición, y la depresión.  Con respecto a la evolución, en el primer año rotaron a demencia el 13% de los deterioro cognitivos leves, el 8% de los deterioros conductuales leves y el 65% de los pacientes con Psicosis. A los tres años habían rotado el 40% de los deterioros cognitivos leves, el 60% de los deterioros conductuales leves y el 100% de los pacientes con psicosis. La mayoría de los deterioros cognitivos leves rotaron a demencia de tipo Alzheimer, los deterioros conductuales leves y las psicosis tardías a demencia frontotemporal.  Los factores de riesgo de los que rotaron a Alzheimer fueron la escolaridad menor de 12 años, el MMSE menor de 27, la denominación menor de 51, el CI global menor de 111, la edad mayor de 75años, la inactividad laboral, la presencia de intrusiones y los antecedentes de alucinaciones, que explican el 69.2% de la variabilidad de rotación. Los factores de riesgo de los que rotaron a demencia frontotemporal fueron la escolaridad menor de 12 años, la presencia de reflejos arcaicos, una TSH elevada, la presencia de antecedentes de ideas delirantes, de depresión y de desinhibición, que explican el 71% de la variabilidad de rotación.   Conclusiones: del total de 301 individuos seguidos en la cohorte con trastornos cognoscitivos o conductuales, 124 (41.2%) convirtieron a demencia sugiriendo la existencia de una población en riesgo de demencia degenerativa. Existen tres subpoblaciones de pacientes en riesgo de demencia degenerativa, el clásico deterioro cognoscitivo leve, el deterioro conductual leve y la psicosis tardía con características y evolución diferenciales (no existen reportes en la literatura de estos dos últimos tipos).  Los pacientes con deterioro cognoscitivo leve, se asocian con hipertensión arterial y dislipemia, el examen neurológico es normal, en la evaluación neuropsicológica predominan los trastornos de memoria y los exámenes complementarios son frecuentemente normales. La mayoría que rotaron lo hicieron hacia demencia de tipo Alzheimer. Los pacientes con deterioro conductual leve tienen dificultades laborales y en la resolución de situaciones, se asocian frecuentemente a hipertensión arterial,  y uno de cada cinco tienen antecedentes familiares. El examen neurológico presenta frecuentemente reflejos arcaicos, en la evaluación neuropsicológica hay alteraciones atencionales y ejecutivas, y en algunos en las neuroimágenes comienzan a aparecer signos focales. La mayoría que rotaron lo hicieron hacia demencia frontotemporal. Los pacientes con psicosis tardías tienen dificultades laborales y en la resolución de situaciones, se asocian a hipertensión arterial y dislipemia, y la mitad consumen antipsicóticos. El examen neurológico presenta frecuentemente patología (reflejos arcaicos, y signos extrapiramidales), en la evaluación neuropsicológica hay alteraciones atencionales y ejecutivas y en algunas neuroimágenes hay signos focales. La mayoría que rotaron lo hicieron hacia demencia frontotemporal. Los factores predictivos de conversión a demencia tipo Alzheimer (predominan los relacionados a la reserva cognitiva funcional) fueron diferentes a los predictivos de demencia frontotemporal (predominan los factores neuroconductuales). Finalmente, los datos presentados destacan la necesidad de que el médico asistencial reconozca la existencia de una “población en riesgo de demencia degenerativa” y  extienda el criterio no solo a los deterioros cognoscitivos sin también a los trastornos conductuales de inicio tardío. Por otra parte detectar los factores de riesgo o protección como desarrollar el concepto de reserva cognitiva permite actuar en políticas de prevención en Salud Publica.