INVESTIGADORES
VILLALBA Ricardo
congresos y reuniones científicas
Título:
Cambios climáticos regionales en el contexto del calentamiento global.
Autor/es:
VILLALBA, R.; BONINSEGNA, J.A.
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Congreso; Informe Ambiental 2009; 2009
Institución organizadora:
Secretaría de Ambiente, Gobierno de Mendoza
Resumen:
Si consideramos las variaciones de la temperatura desde el año 1850,momento en el que los registros instrumentales son suficientes para proveer una visión global de sus variaciones, se puede observar un aumento progresivo de la temperatura en el que 9 de los 10 años más calurosos del registro se concentran a partir del 2001. Este aumento de la temperatura global ha sido asociado con cambios climáticos en casi todas las regiones del planeta. En el territorio argentino al pie de los Andes Centrales, el desarrollo socio-económico está fuertemente ligado al clima y su variabilidad, en particular a la nieve que se acumula cada invierno en la Cordillera. El derretimiento del manto nival constituye el principal aporte a la escorrentía regional y proporciona el agua necesaria para el consumo humano, la agricultura, la industria y la generación hidroeléctrica. En base a la elaboración de series regionales de nieve y caudales para los últimos 60 años ha sido posible establecer que entre 1954 y 1968 se registró el período de menores precipitaciones níveas en la Cordillera. A fines de la década de 1970 se inicia un período de 11 años con abundantes nevadas. A partir de 1988, las precipitaciones en la alta montaña han oscilado entre años muy nevadores y años secos o muy secos, sin mostrar una tendencia clara en el largo plazo. Las variaciones en la precipitación han sido acompañadas por aumentos paulatinos de la temperatura, que para el intervalo 1979-2005 han sido estimadas en +0.28 y + 0.23 °C por década, sobre y al pie de la Cordillera, respectivamente. Estos cambios no explicarían totalmente la importante retracción de glaciares documentada en los Andes Centrales durante el siglo XX. Esta retracción es consistente, sin embargo, con registros paleoambientales de largo plazo que muestran la ocurrencia de precipitaciones más abundantes y temperaturas más bajas en el siglo XIX que en el siglo XX.