Impacto del calentamiento regional sobre el régimen de los ríos de alimentación nival en la Argentina

LASCANO, M.E.; VILLALBA, R.

Mendoza, Argentina

Congreso; XX Congreso Nacional del Agua (CONAGUA 2005); 2005

Uno de los grandes desafíos que enfrenta la comunidad científica es lograr un mayor entendimiento de los cambios ambientales en la Cordillera de los Andes. Este estudio evalúa cambios en los ciclos anuales de escurrimientos de los ríos andinos en relación a las fluctuaciones en las temperaturas durante el siglo XX. Se examinaron los cambios porcentuales en la contribución anual de los derrames mensuales de los ríos San Juan (1909-2002), Mendoza (1910-2001), Atuel (1906-2002), Neuquén (1903-2002), Limay (1903-2002), Futaleufú (1948-2003) y Santa Cruz (1955-2002). En los Andes Centrales se observaron tendencias positivas (o crecientes) en la contribución mensual de los derrames para los meses de invierno y primavera. Las más importantes se registraron para octubre en el río San Juan, noviembre en el Mendoza y noviembre (p<0.01) y diciembre (p<0.05) en el Atuel. Por el contrario, los meses de verano presentaron tendencias negativas (o decrecientes) en la contribución mensual de los derrames, particularmente en febrero (p<0.01) para el San Juan, enero (p<0.05) y febrero (p<0.01) para el Mendoza, y en el caso del Atuel para el acumulado de enero a marzo (p<0.01). Los aumentos en la contribución mensual para los ríos norpatagónicos se registraron en los meses de invierno y comienzos primavera, siendo significativos para el acumulado de junio a agosto (p<0.01), y para septiembre (p<0.01) en el Neuquén y para el Limay, y septiembre (p<0.05) y octubre (p<0.01) para el Futaleufú. Se registraron disminuciones significativas de la contribución mensual para los meses de noviembre a marzo en el Neuquén, de enero a marzo en el Limay y en enero para el Futaleufú, o sea los meses posteriores al pico estival o primaveral. Finalmente, en el río Santa Cruz se registran tendencias positivas desde julio a febrero (enero, p<0.05) y negativas desde marzo a junio. La mayoría de estos cambios estuvieron asociados con temperaturas regionales mas altas en las últimas décadas de siglo XX que actuaron alterando la relación entre precipitación liquida/sólida durante el invierno y/o adelantando la fusión nival en primavera o verano.