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La estructura del cerro La Chilca comprende varios sistemas de falla sobreimpuestos, reactivados en distintos tiempos de la historia geológica3. Algunas de estas fallas controlaron el emplazamiento de diques traquíticos4, vetas de calcita y diques de brecha carbonática1,2. La Traquita La Flecha (208 ± 5 Ma2) intruye en forma de diques y filones capa a calizas ordovícicas de la Formación San Juan y sedimentitas carbonífero-pérmicas de la Formación Jejenes. Malisia (2018) describe que los diques traquíticos principales están emplazados en fallas de rumbo 110° con buzamientos de 5° y 87° hacia el S y hacia el N; y subordinadamente se encuentran diques intruyendo a fallas conjugadas de rumbo 55° y 330° que buzan hacia el N y el S con ángulos que van desde 20° hasta 90°. La cinemática general es normal-dextral y en menor medida inversa. Localmente y sobreimprimiendo a los diques de rumbo 110°, afloran zonas de cizalla frágil de 40 cm de espesor, con contactos netos. La roca corresponde a una brecha de falla foliada con estructuras S-C, sin desarrollo de matriz. Los clastos de composición traquítica tienen morfología sigmoidal y tipo pez delimitada por los planos de ruptura. En algunos casos se observaron también brechas de falla cohesivas con clastos angulares de traquita y matriz oscura de grano fino, cementadas por óxidos ferruginosos. Estas estructuras están orientadas de forma conjugada. El primer conjunto está orientado con rumbo entre 40° y 58° (plano C) y ángulo de buzamiento de 68° y 73° hacia el NO y muestra evidencias de cinemática sinestral. El segundo conjunto tiene rumbo 145° y ángulo de buzamiento de 65° hacia el SO y muestra evidencias de cinemática dextral. En ambos casos la cinemática está evidenciada por estructuras S-C donde el ángulo entre los planos S y los planos C varía entre 5° y 10°. Malisia (2018) concluye que los diques principales y conjugados se emplazaron siguiendo estructuras formadas bajo un régimen extensional durante el Triásico. De acuerdo a los datos expuestos, las zonas de cizalla frágil que sobreimprimen los diques de Az 110° evidencian la reactivación de las estructuras conjugadas que alojaron parte del material magmático. Estas zonas de cizalla responden a esfuerzos no coaxiales que generan mecanismos de deformación por cizalla simple en niveles superiores de la corteza y son atribuibles a la deformación durante el ciclo andino en la región.

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