INVESTIGADORES
OIBERMAN Alicia Juana
capítulos de libros
Título:
Prologo -
Autor/es:
OIBERMAN ALICIA
Libro:
Nacer y Pensar- Aplicacion
Editorial:
Ediciones Ciipme-Conicet
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2008; p. 5 - 13
Resumen:
Disponer de instrumentos para la evaluación de diferentes aspectos del desarrollo motor y cognitivo, desde los primeros meses de vida del niño, es de vital importancia para todas las escuelas psicológicas de la primera infancia. Desde hace muchísimos años se utilizan los baby tests, que marcaron un hito en la medición del desarrollo del niño pequeño. Estos evalúan el desarrollo psicomotor en cuatro áreas: motricidad, coordinación, lenguaje y social. Si bien estas escalas de evaluación del desarrollo psicomotor han llenado un importante vacío en el diagnóstico, tratamiento y prevención en salud mental infantil, las mismas no contemplan adecuadamente el desarrollo cognitivo de niños muy pequeños. Es a partir de los años 60, cuando surge un interés por la elaboración de instrumentos que permitan verificar las observaciones que Piaget describiera en sus estudios sobre el desarrollo intelectual temprano. Piaget tiene una concepción constructivista del desarrollo cognoscitivo del ser humano. Dentro de esa perspectiva, el período que va del nacimiento hasta la adquisición del lenguaje, es el de la construcción de la inteligencia en un plano sensorio-motor a través de las acciones y de los sentidos. En sus libros Psicología de la Inteligencia (1973) y La Construcción de lo Real en el Niño (1963) expuso su teoría del período de la inteligencia sensorio-motriz y la subdividió en seis estadíos. Se distinguen dos grandes períodos en el desarrollo de la inteligencia: antes y después de la constitución de la función simbólica (o semiótica), apareciendo esta última entre los 16 y 20 meses. El primer período se denomina la inteligencia sensorio-motriz, que es la capacidad de resolver los problemas a partir de actividades en las que intervienen sobre todo la percepción, las actitudes, el tono y los movimientos sin evocaciones simbólicas, es decir, antes de la aparición del lenguaje verbal. Dentro de este período sensorio-motriz, el niño poco a poco  comienza a relacionar objetos y actos, distinguiendo los medios de los fines, dándose cuenta de los resultados obtenidos y utilizando hacia el fin de ese período, procesos de inferencias.