INVESTIGADORES
BERTERO Hector Daniel
congresos y reuniones científicas
Título:
Quínoas de nivel del mar, ¿resultado de una domesticación independiente?
Autor/es:
H D BERTERO
Lugar:
Iquique, Chile
Reunión:
Congreso; Congreso Internacional de la quínoa; 2007
Institución organizadora:
Universidad Arturo Pratt
Resumen:
Desde varios años atrás, el orígen de las variedades de quínoa bautizadas como de Nivel del Mar atrajo mi curiosidad.  Desde el punto de vista agronómico y fisiológico, este grupo aparece sistemáticamente como el más diferenciado del resto, bautizado como Quínoas Andinas, que incluyen aquellas denominadas como de Altiplano, Salares, Valles y Yungas. El propósito de mi presentación es discutir los argumentos a favor y en contra de la posibilidad de una domesticación independiente, y las posibles vías para resolver esta cuestión. Por una parte, la evidencia basada en el análisis de los patrones de interacción genotipo x ambiente, datos morfométricos y de comparación de isoenzimas, y de caracterización molecular de germoplasma usando diferentes marcadores, conciden en señalar a estos materiales como un grupo separado. La aparente falta de evidencia arqueológica de presencia de quínoa en la zona costera de Perú sugiere que  su adaptación a baja altitud podria haber resultado de un proceso de selección (¿y domesticación?) específico de Chile.  Por otra parte, cuando se analiza la evidencia arqueológica de Argentina y Chile, el hiato geográfico actual entre las Quínoas Andinas y las de  nivel del mar desaparece; además de confirmarse la presencia de este cultivo en ambos países desde varios miles de años atrás, los relatos cercanos a la conquista hablan de un contínuo de cultivos que, a través de los valles regados de Chile al norte de Santiago, o de Cuyo y las Serranías de Cordoba del lado Argentino, conectan ambas regiones. El cultivo de quínoa a alturas menores a los 2000 msm del lado argentino se dio tanto en el valle de Punilla (1000 msm, Córdoba) como en San Javier, una zona húmeda de la provincia de Santa Fé, hasta fines del siglo XVIII. Los recientes avances en estudios arqueológicos y moleculares abren esperanzas de resolver estas dudas.