INVESTIGADORES
DEFOSSE Guillermo Emilio
congresos y reuniones científicas
Título:
Ecología y Manejo del Fuego en Ecosistemas Argentinos: Investigación y Resultados 1991-2014.
Autor/es:
KUNST, C.,; DEFOSSÉ, G.E.
Lugar:
Montecarlo
Reunión:
Jornada; IIdas Jornadas Argentinas de Sanidad Forestal; 2014
Institución organizadora:
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca - INTA Montecarlo, Misiones
Resumen:
En el contexto de las ciencias forestales, el fuego fue considerado tradicionalmente como un disturbio que afectaba negativamente los ecosistemas o plantaciones forestales.  Por ese motivo, su estudio fue abordado durante muchos años como parte de la protección forestal, y orientado fundamentalmente hacia su control. El fuego era percibido como un elemento extraño, de origen incierto, que dañaba o destruía el capital forestal que debía protegerse. Esa visión directa, simple, y nada ambigua, proveía de un enemigo contra quien luchar.  Esa simplificación se tradujo luego en políticas de manejo forestal que con el tiempo probaron ser o estar equivocadas. Pero, ¿qué es lo que hizo cambiar esta visión a través del tiempo? Estudios ecológicos revelaron que el fuego es un disturbio natural que ha modelado la estructura y el funcionamiento de muchos ecosistemas terrestres, y que tanto su exclusión como exceso puede tener consecuencias positivas o negativas en el desarrollo de comunidades forestales. ¿Cuál es la visión actual del fuego desde el punto de vista científico e interdisciplinario? El fuego es un disturbio o perturbación que elimina biomasa, pero al mismo tiempo genera condiciones de disponibilidad de recursos (ej. luz solar, agua, temperatura) y por lo tanto oportunidades para el establecimiento de otras especies, promoviendo la diversidad vegetal y animal. En la visión moderna, el fuego es un factor de cambio, y por lo tanto una herramienta válida de manejo de ecosistemas. En nuestro país prevaleció durante mucho tiempo la visión negativa del fuego. Actualmente se ha acercado hacia un enfoque más amplio y, mediante el estudio de su ecología, más proclive al manejo que a su supresión. Informes históricos confirman que el fuego fue un evento común en los ecosistemas argentinos, ampliamente usado por los pueblos originarios para la caza, la agricultura y la guerra. Se estima que su empleo tenía cierta técnica, objetivos, e impactos diversos sobre la vegetación natural: por ej. en el Chaco, su uso promovía pasturas y espacios abiertos donde prosperaba tanto el ganado como la fauna silvestre, mientras que su ausencia prolongada generaba dominancia de leñosas y desaparición de pastizales. Estudios ecológicos sobre el fuego y sus efectos comenzaron en algunas regiones del país entre 1950 y 1960, en los que su uso era habitual como herramienta de manejo (ej. quema de rastrojos agrícolas). A partir de 1990, las investigaciones aumentaron significativamente en el área forestal, incluyéndose sus efectos en plantaciones de pino.  Se comenzaron a utilizar conceptos como modelos de combustible, comportamiento de fuego, generándose información sobre efectos en el suelo, la vegetación natural o reducción de combustibles. Con la creación del Plan Nacional de Manejo de Fuego en 1996, comienzan estudios detallados sobre el clima relacionados con el fuego,  desarrollándose índices de peligro y generando información especializada mediante sensores remotos. Los resultados obtenidos entre 1991 y 2014 en el país confirman que el fuego no debe ser considerado sólo por sus efectos destructivos, sino más bien como una herramienta de gestión que puede favorecer el desarrollo de ecosistemas forestales nativos o implantados.