IMBIV   05474
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE BIOLOGIA VEGETAL
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Bases para la domesticación de especies nativas: un modelo a partir de la flora medicinal de la Provincia de Córdoba (Argentina)
Autor/es:
BARBOZA, G. E., OJEDA, M. & GOLENIOWSKI, M.
Lugar:
Lima, Perú
Reunión:
Conferencia; 3º Congreso Internacional de Plantas Medicinales; 2007
Resumen:
BASES PARA LA DOMESTICACIÓN DE ESPECIES NATIVAS: UN MODELO A PARTIR DE LA FLORA MEDICINAL DE CÓRDOBA (ARGENTINA)   Gloria E. Barboza, Marta Ojeda &  Marta Goleniowski   A partir de la Convención sobre Diversidad Biológica (1992), se ha acentuado el interés por parte de las organizaciones no gubernamentales e instituciones del estado (nacional, provincial y municipal) en los temas ambientales que involucran la conservación y el manejo de la diversidad biológica, siendo entonces primordial y estratégico el conocimiento de esta biodiversidad. Las primeras acciones se centraron en el establecimiento de un Plan de Acción Mundial de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, de fundamental importancia ya que constituyen la base biológica de la seguridad alimentaria mundial.   Sin embargo, ya en 1988, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) dieron a conocer las  denominadas “Directrices Internacionales sobre Conservación de Plantas Medicinales”, suscriptas en Tailandia. El lema es “Salvar Plantas para Salvar Vidas”, en el que se afirma la importancia de las plantas medicinales y se hace un llamamiento a las Naciones Unidas y a sus organizaciones especializadas y Estados Miembros, así como a otras organizaciones internacionales, para que participen en la conservación de dichas plantas.   Las plantas son utilizadas con fines curativos desde hace milenios en todas las culturas. El renovado interés por las plantas medicinales se manifiesta en el estudio y el empleo de la medicina tradicional en la asistencia médica, y en el reconocimiento de la importancia que tienen las plantas medicinales para los sistemas sanitarios ante la posibilidad de utilizarlas en la atención primaria de salud, principalmente en los países en desarrollo.   El empleo de las plantas como medicamentos se basa en el supuesto de que siempre se podrá disponer de plantas. Si se los utiliza de manera apropiada, estos recursos no tienen por qué agotarse, ya que no habría incompatibilidad entre la conservación y la utilización. No obstante ello, no se puede garantizar la disponibilidad de las plantas debido a las amenazas que suponen la demanda creciente, la explosión demográfica y la destrucción masiva de los hábitat de gran riqueza vegetal tales como los bosques tropicales, los humedales, los ecosistemas mediterráneos y de zonas áridas, entre otros.   Se estima que ca. el 25% de todas las medicinas modernas son derivados directamente o indirectamente de Plantas Superiores. En Argentina, como en muchos otros países, tanto grupos humanos indígenas como las poblaciones rurales recurren a los vegetales de su entorno para encontrar la materia prima para sus medicinas. En la mayor parte de los países ni siquiera se ha hecho un inventario completo de plantas medicinales. Casi todo lo que se sabe sobre su empleo está en manos de las sociedades tradicionales, cuya propia existencia se ve actualmente amenazada. Y esa información no se ha recopilado casi nunca de manera sistemática. Pero además de la identificación y selección de plantas medicinales para su empleo por los servicios sanitarios, cabe la posibilidad de que las plantas constituyan un reservorio inagotable para descubrir y aislar componentes químicos con potenciales acciones farmacológicas.   Muchas plantas medicinales están hoy amenazadas de extinción o de graves pérdidas genéticas, pero no se dispone de información detallada a este respecto. En el caso de la mayor parte de las especies de plantas medicinales en peligro, no se ha adoptado ninguna medida de conservación. En los bancos de genes, por ejemplo, apenas hay material procedente de ellas.     Situación en Argentina sobre las plantas medicinales.- Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el número de plantas medicinales rondaría los 20.000 y unas 4.000 son ampliamente utilizadas. En Argentina, del total aproximado de 10.000 especies de Plantas Vasculares (Zuloaga et al. 1999), unas1.500 tienen atribuidas propiedades medicinales (IQUIMEFA, 2006). La realidad productiva de las especies medicinales en nuestro país está asociada a prácticas de extracción masiva del vegetal impulsadas por una demanda del mercado que intenta cubrir la carencia de materia prima bajo cualquier premisa (acopiador como actor principal, generalmente ligado a un eslabón más elevado en la cadena, lo que conlleva a que los eslabones inferiores queden relegados en forma permanente). Esta situación genera un continuo incremento en la intensidad del disturbio ocasionado por el hombre sobre las poblaciones de las especies explotadas, atentando contra el uso sostenido del recurso a mediano plazo.   El panorama es aún más crítico en el norte y centro de Argentina donde: a) se concentra la mayor diversidad de especies; b) habitan especies raras; c) algunas especies son sobre-explotadas; d) hay destrucción del hábitat; e) existe disminución de la diversidad genética en poblaciones de algunas especies. En otras palabras, existen especies amenazadas.   A nivel nacional, no existe actualmente una política de estado para el manejo sustentable de los recursos naturales. Esto deviene no sólo en una sobreexplotación de las especies y un empobrecimiento de los ecosistemas, sino en una menor calidad de vida de los pobladores. Desde el punto de vista de la conservación, la pérdida de la agro-biodiversidad, que comprende genes, especies y ecosistemas, se ha acentuado en las últimas décadas debido al uso cada vez más intenso de los recursos naturales y al mal manejo de los ambientes. En la actualidad, la utilización del germoplasma local tiende a ser en buena medida extractiva sin considerar la vulnerabilidad del mismo y sub-utilización del potencial genético. La producción de cultivares domesticados necesarios para abastecer un mercado cada vez más demandante en cantidad y calidad, requiere, sin duda, de un sistema eficiente de regeneración. Así, es fundamental la protección de la biodiversidad con instrumentos apropiados de gestión de los recursos naturales, a través de la implementación de estrategias que armonicen el desarrollo productivo y la protección de los recursos.   Teniendo en cuenta estas premisas y a fin de contribuir en parte a la Estrategia Global para la Conservación Vegetal (EGCV) y, en particular a las directrices para la Conservación de Plantas Medicinales, se planteó este proyecto interdisciplinario, en el cual cada grupo de investigación que lo integra resulta una pieza fundamental para alcanzar dichos objetivos.   Flora Medicinal de Córdoba: Bases para la domesticación de especies nativas.- Este proyecto integrado demuestra que las plantas medicinales pueden constituir un buen ejemplo para el desarrollo de una cadena de valores con criterios de desarrollo sostenible ambiental, que permita optimizar el aprovechamiento de los recursos naturales asociados a nuestra biodiversidad, preservarlos de su extinción y permitir el desarrollo socio-económico de muchos pequeños productores rurales.   Los objetivos planteados fueron:   1. Comprender y documentar la diversidad de las especies medicinales de la Provincia de Córdoba. Este propósito está estrechamente relacionado con el estudio de los conocimientos tradicionales sobre el empleo de plantas en la asistencia sanitaria. Para utilizar y conservar eficazmente las plantas medicinales, es esencial conocer con precisión cuáles son las especies de interés, cuáles son sus nombres correctos y dónde crecen. A la fecha no existe ninguna lista mundial aceptada de las ca. 20.000 o más plantas medicinales (fide OMS) que se utilizan hoy en día. La correcta identificación de las plantas es primordial en este sentido, por lo que cualquier programa que se inicie sobre el uso y la conservación de plantas medicinales debe comprender un mecanismo de conservación de muestras de herbario que permita identificar las plantas medicinales del país, precisar su distribución y evaluar su escasez o abundancia. Así surgió el relevamiento de la flora medicinal autóctona de esta región, lográndose un inventario provisional ilustrado y actualizado (Barboza et al., 2006), como paso previo para la realización de una lista completa a nivel nacional (Ver detalles en diagrama de flujo). Este tratamiento taxonómico, comprende la descripción de 669 taxones (Pteridófitas, Gimnospermas, Monocotiledóneas y Dicotiledóneas), distribuidos en 106 familias de Plantas Vasculares. Se incluyen descripciones de familias, géneros, especies y taxones infraespecíficos, claves dicotómicas, distribución geográfica y hábitat, ejemplares de referencia, usos y parte usada de la especie medicinal, constituyentes químicos y actividad biológica. Toda esta información está acompañada por una profusa iconografía de 451 láminas (casi el 70 % de la flora medicinal de Córdoba). Una segunda tarea es identificar las plantas medicinales silvestres que se encuentran amenazadas, a fin de poder asignarles un lugar prioritario en los programas de conservación. Argentina carece de una Lista Roja, si bien en el listado existente en el ámbito global figuran 91 especies de nuestra flora (UICN, 2006), entre las que se destaca una de naturaleza medicinal que se encuentra en peligro crítico (Araucaria angustifolia). A pesar de ello, cada país o región en particular puede determinar o estimar qué plantas medicinales están amenazadas o en riesgo, ya que dichas plantas suelen conocerse mejor en el campo y en el comercio que otras especies. Para Córdoba, se ha realizado un trabajo en un área geográfica pequeña determinándose cuáles son las especies medicinales para las que hay que establecer prioridades de conservación (Martínez et al., 2006). De esta manera, se apunta al segundo objetivo de este proyecto.   2. Contribuir a la conservación con eficacia de especies medicinales de la región (conservación in situ) Frente al peligro que produce la sobreexplotación de una especie, son necesarios sistemas de domesticación y/o cultivo asistido de especies nativas, como elemento indispensable para su caracterización, fito-mejoramiento y conservación in situ. La conservación in situ puede conseguirse por dos procedimientos: creando “áreas protegidas” (reservas naturales y parques nacionales) o preocupándose de que el mayor número posible de especies silvestres puedan seguir sobreviviendo en hábitats manejados, tales como granjas y bosques de repoblación.   El primer paso para la conservación es la creación de un banco de germoplasma. A  partir de allí, se inician las tareas para desarrollar una tecnología para la multiplicación de especies medicinales. Sobre la base de selección de especies más presionadas, se están llevando a cabo estudios en representantes de los géneros: Hedeoma, Ambrosia, Larrea y, en particular, en Minthostachys mollis (Kunth) Griseb., “peperina”, especie arbustiva con mayor índice de prioridad de conservación (ICP = 5.38, cfr. Martínez et al., 2006), y totalmente domesticada por el grupo de investigadores a cargo (Ojeda et al., UNC). A fin de proveer una metodología apropiada para su multiplicación, se han puesto a prueba: a. Técnicas de germinación de semillas, mediante distintos tratamientos. Se evalúan el  poder germinativo, ruptura de dormición y el posterior crecimiento de los plantines. El proceso continúa en invernadero, en condiciones controladas de temperatura, humedad y luz; b. Técnicas de multiplicación por esquejes; c. Técnicas de multiplicación rápida in vitro (micropropagación).   Posteriormente a la etapa de multiplicación, sobreviene la transferencia a tierra de los plantines.   Así se generó un modelo de trabajo a seguir con otras plantas nativas mediante la  caracterización de los ambientes en los que crecen naturalmente, evaluación de la germinación y, crecimiento de las plantas en vivero y a campo hasta la generación de los primeros cultivares (Ojeda et al. 2001, 2004).   Una etapa fundamental es la capacitación para la conservación de las especies medicinales amenazadas. Una vez logrado el cultivo (Ojeda et al., 2004), las técnicas más exitosas se transmiten a los pobladores de la zona serrana, con lo que se evita que las especies se sigan extrayendo de su hábitat (Ojeda et al., 2006). Este tipo de cultivo es apropiado para el desarrollo de medianos y micro-emprendimientos.   3. Realizar prospecciones para la recolección y conservación de germoplasma a mediano y largo plazo. En este caso, se han realizado estudios con Hedeoma multiflorum (ICP = 5.19), Lippia turbinata (ICP = 4.04) y Larrea divaricata, generando un banco de germoplasma en base a técnicas desarrolladas “in vitro” (Goleniowski et al., CEPROCOR). Se establecieron protocolos eficientes para la inducción y regeneración de las plantas, lográndose la optimización de la micropropagación con distintas combinaciones y concentraciones de reguladores de crecimiento, o por vía de organogénesis indirecta. Mediante el uso del cultivo in vitro se garantiza una fuente estable y uniforme de principios activos de interés farmacológico en las plantas obtenidas bajo condiciones controladas (Brunetti et al., 2006; Ortiz et al. 2006; Palacio et al. 2006 a, b). Para mantener el germoplasma, un stock de las especies se mantiene en condiciones “in vitro” hasta su aclimatación e introducción en viveros y huertas de cultivo.   Perspectivas futuras Esta experiencia ha permitido sentar algunas bases para lograr un conocimiento cabal de la  flora medicinal de una región, detectar las especies en peligro, proponer mejoras para la conservación de las especies de las comunidades vegetales in situ y complementar con las diferentes estrategias de conservación ex situ, preferentemente en el lugar de origen (protocolos de germinación, cultivo “in vitro” y cultivo en tierra de las especies seleccionadas).   La consolidación de mecanismos de conservación ex situ e in situ de los recursos genéticos de plantas con uso medicinal, sumado a un fuerte componente de capacitación específica permitirá, no solo identificar aquellas prácticas defectuosas, sino tomar intervención directa y decidida en aquellas áreas relacionadas con los actores sociales y los recursos naturales que posibiliten un mínimo de desarrollo sostenible.