Fertilización de la soja en la región pampeana semiárida.

BREVEDAN, R.E.; MIRASSÓN, H.; PALOMO, I.R.; FIORETTI, M.; BAIONI, S.; HERRADA, A.

Ambiente Natural, Campo y ciudad, estrategias de uso y conservación en el sudoeste bonaerense.

UNS

Lugar: Bahía Blanca; Año: 2007; p. 133 - 142

La soja es el cultivo de más rápida adopción y expansión en la historia de la agricultura argentina. De una producción de 59.000 t en la campaña 1970/71 se llegó a 38.300.000 t en la campaña 2004/5. De tal forma se convirtió en el principal producto agrícola del país. La superficie sembrada en la provincia de Buenos Aires es de 3,3 millones de ha y una producción de 10 millones de toneladas con un rendimiento promedio superior a los 3,07 t ha-1. La concreción de ese área se debe, en parte, a los fuertes incrementos de siembra en zonas más marginales, como las del sur del área pampeana. La cantidad de nutrientes removidos por el grano a esos niveles de rendimiento son equivalentes a aproximadamente 80 kg de nitrógeno (N), 8 kg de fósforo (P) y 7 kg de azufre (S) por tonelada de grano producido (Anon., 1999). Además de esos nutrientes la planta requiere otros, como potasio, calcio y magnesio así como micronutrientes, que son extraídos en menor medida. Desde el punto de vista de la fertilidad, para mantener o aumentar el nivel actual de productividad de la soja, es necesario el reaprovisionamiento de esos nutrientes en el suelo. La demanda máxima de nutrientes ocurre en el período que se extiende entre la floración y el llenado de grano. En ese período Hanway y Weber (1971) encontraron una tasa de acumulación de 3,57 kg ha-1 día-1 de N y  0,32 kg ha-1 día-1 de P. En este trabajo vamos a considerar los requerimientos específicos de fertilidad en relación al nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S). que ayudarán a lograr una producción sustentable de la soja en el SO bonaerense.