CEPAVE   05420
CENTRO DE ESTUDIOS PARASITOLOGICOS Y DE VECTORES
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Control biológico de plagas
Autor/es:
SÁNCHEZ, N.E.; GRECO, N.M.
Libro:
Ecología y Ambiente
Editorial:
Hermes Ediciones
Referencias:
Lugar: Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Año: 2013; p. 377 - 386
Resumen:
El control biológico de artrópodos plaga mediante enemigos naturales (EN), tales como parasitoides, depredadores y patógenos se basa en el uso de estos organismos, comúnmente llamados ?benéficos?, para reducir las poblaciones de una plaga a densidades por debajo del nivel de daño económico. Esta estrategia de control es ampliamente usada en el manejo de plagas desde fines del siglo diecinueve, habiéndose controlado exitosamente 165 especies (van Lenteren 2011). Los parasitoides son insectos que parasitan a artrópodos, consumiendo todo o parte del cuerpo del hospedador, y en esta interacción el resultado siempre es la muerte del mismo. Pueden ser solitarios o gregarios, según se desarrolle una o más de una larva del parasitoide por individuo y endo o ectoparasitoides. Se caracterizan porque cada individuo completa su desarrollo en un único hospedador. Los adultos son de vida libre, alimentándose de polen, néctar o fluidos del cuerpo del hospedador. Las hembras oviponen en distintos estados de desarrollo del hospedador (huevo, larva, pupa o adulto, según la especie) de los cuales se alimentan sus larvas, y luego empupan dentro o fuera del mismo. La mayoría de los parasitoides pertenecen a los órdenes Hymenoptera y Diptera. Los EN depredadores son artrópodos (insectos, ácaros y arañas) que atacan a artrópodos, consumiendo todo o parte del cuerpo de los mismos, y atacan numerosas presas a lo largo de su vida. Tanto los juveniles como los adultos se alimentan de esta manera, pudiendo consumir distintos estados de desarrollo de sus presas, aunque en algunos casos son depredadores en estado larval mientras que el adulto puede alimentarse de néctar o polen. En esta interacción también el resultado es la muerte de la presa. Pertenecen a muchos órdenes de insectos tales como Coleoptera, Neuroptera, Hymenoptera, Diptera, Hemiptera y Odonata (Hajek 2004, Jervis 2005). Los patógenos (virus, bacterias, hongos, protozoos, nematodos) causan enfermedades agudas y fatales a sus hospedadores y pueden ser muy efectivos como agentes de control. La infección por la mayoría de los patógenos ocurre cuando el hospedador ingiere partes de la planta u otro alimento contaminado con el patógeno. En el caso de algunos hongos y nematodos pueden también penetrar por los espiráculos o directamente a través del tegumento (Bellows y Fisher 1999). Los programas de control biológico de una plaga deben basarse en sólidos conocimientos ecológicos, ya que cuando el hombre utiliza esta herramienta está manejando las interacciones entre distintos componentes del agroecosistema. En este sentido, es importante reconocer la complejidad de estos sistemas e identificar los aspectos claves de las interacciones tróficas que contribuyen al éxito del control, y/o que implican un riesgo para especies no perjudiciales (Bigler 2008). Las características físicas y químicas de las plantas hospederas de las plagas, así como su distribución espacio-temporal, pueden favorecer la presencia y el desarrollo de las poblaciones de EN, brindando alimento y/o refugio, y por lo tanto aumentar su efectividad como agentes de control (Barbosa y Benrey, 1998). Por otra parte, algunos EN pueden controlar a la plaga pero afectar negativamente a organismos no perjudiciales y especies benéficas, tales como insectos polinizadores y otros parasitoides y depredadores. La competencia entre EN y la depredación intragremio son fenómenos que también influyen en el resultado del control biológico cuando se utilizan varias especies o se introducen EN exóticos (Brodeur y Boivin 2006). Varios atributos de los EN han sido tradicionalmente considerados importantes para que éstos resulten efectivos. En el caso de los depredadores y parasitoides se pueden mencionar la tasa de ataque, el comportamiento de búsqueda, la amplitud de la dieta y la sincronía espacial y temporal con la plaga.