IADO   05364
INSTITUTO ARGENTINO DE OCEANOGRAFIA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Nuevo proceso erosivo combinado en los acantilados del golfo San Matías (Río Negro).
Autor/es:
SCHILLIZZI, R.A.; SPAGNUOLO, J.O.
Lugar:
Jujuy, Argentina
Reunión:
Congreso; Congreso Geológico Argentino; 2008
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
Las costas acantiladas constituyen extensas expresiones morfológicas que representan gran parte del frente marítimo del golfo San Matías (Río Negro). El conocimiento del origen de los acantilados y fundamentalmente de los procesos evolutivos que los afectan es motivo de diversos estudios en todos los litorales del mundo que los poseen. Los cambios que se suceden en estos frentes se vinculan muchas veces con la acción antrópica pero son las causas naturales las que más influyen en su deterioro. Asimismo,  los acantilados son las geoformas cuaternarias que se hallan más expuestas a rápidas y notables modificaciones (Rice, 1983). En la región de la Patagonia argentina, Schillizzi et al. (2006) enumeran ocho procesos que intervienen en el modelado actual de los acantilados presentes entre las desembocaduras de los ríos Negro y Chubut. Así, entre las principales causas de erosión, se mencionan las vinculadas directamente a efectos marinos como la remoción de partículas por olas y las que sufren acción indirecta del mar tal el caso del flujo de materiales por humectación-desecación debido a la acción del rocío marino. También, los autores señalan aquellos procesos que se vinculan a efectos eólicos-gravitacionales como la deflación sobre planos verticales y sobre planos inclinados; los que combinan la acción de la gravedad con el aporte de aguas meteóricas (movimientos de masas, carcavamientos con avalanchas y caída de bloques) y aquellos donde se sinergia la acción marina con la fuerza de gravedad y que fueron definidos como combinación de caída de bloques con remoción de partículas. La acción del conjunto de agentes y procesos que intervienen en el modelado de las costas acantiladas patagónicas y su distribución areal son detallados por Schillizzi et al. (2003 a, b). En el presente estudio se determina un nuevo modelo erosivo (Fig. 1) observable en la costa norte del golfo San Matías en cercanías de la desembocadura del río Negro (41° 03´ 65´´ y 62° 50´ 27´´). En este sector, el acantilado presenta una orientación general N 60°. A lo largo de aproximadamente diez kilómetros con dirección al Sudoeste se manifiestan las señales de este modelo de erosión. Los vientos dominantes en el área son del Oeste y Noroeste con velocidades medias que llegan a superar los 30 km/h. Por su parte, las precipitaciones son inferiores a los 200 mm anuales (Servicio Meteorológico Nacional, 1992). Este tipo de destrucción del frente acantilado se define como de erosión combinada: fluvio-eólico-gravitacional. Para que se produzca este efecto, es necesaria la presencia de dos niveles superiores integrados fundamentalmente por, el superior, limos arenosos calcáreos y otro infrayacente de grava arenosa. Este último nivel, posee espesores inferiores a un metro. Por su parte, los limos arenosos calcáreos constituyen la cima del acantilado y suelen presentar cárcavas en forma de “v” (erosión retrocederte) cuyos vértices llegan a interesar hasta el nivel de grava arenosa. Estas escotaduras, son ocasionadas por efecto de aguas meteóricas provenientes de circunstanciales escurrimientos que descubren y debilitan a ambos niveles cuspidales del acantilado. La presencia dominante de intensos vientos que soplan desde el continente en forma transversal a la costa constituye un factor fundamental en el proceso erosivo ya que su continua acción provoca el movimiento de la arena que rellena los espacios porales existentes entre la grava. Una vez  que la arena es removida, las psefitas sin sustento, comienzan a caer por el vértice de las escotaduras. Este proceso es de tal intensidad y permanencia en el tiempo que llega a crear un surco con forma de media caña vertical. Esta acanaladura, atraviesa todo el frente acantilado y por ella se desliza la grava  que finalmente se acumula al frente de la pared acantilada constituyendo una rampa de psefitas. El material, una vez acumulado al pie del acantilado es removido, de manera ocasional, por la acción de las olas de tormentas que llegan a afectar la base del acantilado. De este modo, este sedimento ingresa en el balance sedimentológico de las playas. El proceso descrito constituye un modelo de erosión incipiente, el cual en ciertas circunstancias que dependen fundamentalmente del entorno fisiográfico y que asimismo se ven potenciadas por las debilidades sedimentológico-estructurales que pueda presentar el acantilado, al combinarse con otros modelos erosivos llega a conformar un importante factor en las modificaciones costeras.