El "problema" del trabajo en el agro. Lecciones y lecciones

GUILLERMO NEIMAN

El crecimiento de la agricultura argentina. Medio siglo de logros y desafíos

Editorial Facultad de Agronomía

Lugar: Buenos Aires; Año: 2010; p. 401 - 418

Este artículo revisa, para el caso argentino, las características de la ocupación en el agro atendiendo a su evolución reciente y a las condiciones que hacen al funcionamiento de los mercados de trabajo y a la situación de los trabajadores en sus distintas categorías. Se sostiene que el “problema” del trabajo en el agro argentino se ha venido modificando tanto por los procesos de reestructuración que atraviesan algunas de sus principales producciones como por nuevos comportamientos de las empresas y de otros agentes que participan de los mercados de trabajo, lo cual pasa a incidir finalmente sobre las oportunidades, condiciones y posibilidades de los trabajadores involucrados. Actualmente, los modelos productivos correspondientes a los complejos agroindustriales basados en sistemas de calidad y fuertemente integrados a los mercados mundiales, actúan condicionando en varios niveles los comportamientos de la demanda de trabajo así como los tipos de trabajadores resultantes y, por lo tanto, tornando más complejo el funcionamiento mismo de los mercados de trabajo. En principio, la organización del trabajo agroindustrial busca “alinear” de manera efectiva los requerimientos agronómicos con los industriales para el logro del producto final y, en última instancia, para satisfacer las demandas de los mercados de consumo. En este contexto, a los efectos de dar respuesta a estas exigencias de los cultivos, la disponibilidad de mano de obra adquiere un carácter crítico principalmente para asegurar volumen, oportunidad y organización. Si bien puede aceptarse como una condición histórica del trabajo en la agricultura, la “flexibilización” de las relaciones y de los mercados de trabajo es una tendencia que se acentúa en los últimos años. Esta flexibilidad puede referirse tanto a la organización del trabajo y de la producción al interior de los establecimientos y estar asociada a sus estrategias productivo-organizacionales, como a las condiciones imperantes en los mercados de trabajo y a las posibilidades que estos brindan, por ejemplo, de contratar y despedir trabajadores prácticamente sin restricciones. En este sentido, los procesos de reestructuración social y productiva influyen sobre el funcionamiento de los mercados de trabajo, las condiciones de ocupación y los tipos de trabajadores involucrados; también se verán afectadas las relaciones laborales, el reclutamiento de trabajadores y la gestión de la mano de obra.