De Benjamin a Marcuse: Lecturas en torno a Para una crítica de la violencia, de Walter Benjamin

EMMANUEL TAUB; ALEXÁNDER HINCAPIÉ GARCÍA; PABLO OYARZÚN ROBLES; SEBASTIÁN TOBÓN VELÁSQUEZ; JOSÉ MANUEL ROMERO CUEVAS; MANUEL REYES MATE; JUAN DAVID PIÑERES SUS; TOMAS BOROVINSKY

Editorial Bonaventuriana

Lugar: Medellín; Año: 2019 p. 164

978-958-8474-79-3

?De Benjamin a Marcuse. Lecturas en torno a Para una crítica de la violencia de Walter Benjamin?, es una investigación que responde al esfuerzo de intelectuales, académicos y profesores de España, Argentina, Chile y Colombia, en la que se constata la (in)actualidad del filósofo judeoalemán. De Benjamin se podrían decir muchas cosas, una de ellas, al parecer, es que ha superado la prueba del tiempo. Su (in)actualidad no se explica por el recurso de las modas intelectuales, desesperadas por encontrar una mercancía más para el consumo de la empobrecida vida académica. En vida, Walter Benjamin fue un viajero, después de muerto, la obra continúa su propio viaje ¡No exageramos! El viaje fue una constante en la vida de Benjamin; de hecho, su muerte se produce en Port Bou, frontera entre Francia y España, en un viaje que debía conducirlo hasta Nueva York. En efecto, viajar no fue para Benjamin la actividad del snob que imagina conocer el mundo y dominarlo solo por recorrerlo. Benjamin no pronunció jamás algo que convalidara un tipo de autoridad cultural a propósito del viaje concebido meramente como entretenimiento burgués. Por ello indicaba que conocer una ciudad no podía darse sin perderse en ella y sin moverse al lado de sus desarrapados. Fiel a su método, en las cosas abandonadas o en las declaradas sin valor, percibía las claves para su pensamiento. En lo despreciado Benjamin encontró la fuerza vital y moral de su lucha intelectual y política. Así, viajar significaba cruzar fronteras, examinar las bases por defender en Europa, movilizar las fuerzas corporales, activar la escritura, explorar el riesgo y, como queda expresado en su muerte, intentar ponerse a salvo. Gershom Scholem sostiene que Freud, Kafka y Benjamin no se llevan a engaños. Ellos saben que son y no son alemanes. Son judíos en los que se actualiza la huella de la extranjería y la sombra que tanto ayer como hoy, acosados nuevamente por los nacionalismos, se cierne sobre la diferencia.