INVESTIGADORES
BRITES Walter Fernando
libros
Título:
Implementación de políticas habitacionales sin componentes sociales. El análisis de un caso testigo?.
Autor/es:
BRITES WALTER FERNANDO
Editorial:
Eumed
Referencias:
Lugar: Málaga, España; Año: 2010 p. 123
ISSN:
978-84-693-5817-7
Resumen:
El libro aborda el análisis de la experiencia del conjunto habitacional Itaembé Miní de la ciudad de Posadas (Argentina), en tanto un emblemático caso testigo, que evidencia la emergencia de incrementadas carencias en el plano colectivo de un conjunto habitacional construido por el  Istituto Provincial de Desarrollo Habitacional. La falta de cobertura en servicios públicos esenciales como: agua potable, transporte, centros de salud, escuelas, alumbrado, saneamiento básico y espacios comunitarios, entre otros, no solo derivaron en un entorno deteriorado, sino que señalaron los puntos críticos de unas políticas habitacionales poco sustentable. La forma en como se construyó el conjunto habitacional estudiado además, pone de manifiesto que diseñar e implementar eficientistas políticas de viviendas concebidas únicamente como casa-objeto que focalizan su atención sobre necesidades habitacionales mínimas y no incorporan articuladamente los componentes sociales y urbanos, acarrean en el corto o largo plazo ?altos costos? para las administraciones gubernamentales que deben cargar con múltiples problemas y, consiguientemente con la ineludible responsabilidad de solucionarlos. Situación que en otras palabras, parece dar vida a aquel clásico aforismo: ?lo barato sale caro?. Las experiencias de los programas habitacionales desarrollados por el Instituto Provincial de Vivienda en Itaembé Miní, han sido propuestas tecnocráticas que simplificaron la importancia del hábitat. Para que las viviendas se integren a un barrio deben estar dotadas de bienes y servicios de consumo colectivo (infraestructura, así como de equipamiento comunitario). A nivel social, los conjuntos habitacionales deben posibilitar a cada familia satisfacer estas necesidades, en condiciones básicas, pero no mínimas. Cuestiones que inicialmente no estuvieron previstas en el diseño de las políticas; por ello en complejo Itaembé Miní el denominado plan de desarrollo habitacional se desvió de su objetivo, desatando una situación desventajosa y forzada para las familias; en donde los costos residir en un barrio con carencias urbanas quizás superaron los beneficios de una nueva vivienda. La política de vivienda como parte del paquete de política social, supone considerar junto a la vivienda, la cohesión, la integración social, la salud, la educación, el trabajo, los espacios públicos, los servicios urbanos, el ambiente y en general todos aquellos componentes que posibilitan el desarrollo de estilos de vida colectivos anclados territorialmente. Es decir, deben contemplar soluciones socio-habitacionales integrales incorporando la importancia de los componentes sociales y la dimensión del habitar. En el conjunto habitacional estudiado, la concurrencia de varios procesos de gestión organizativa han contribuido a la apertura de espacios de deliberación y ampliación de las oportunidades para el análisis y evaluación vecinal de los problemas desencadenados por estos programas habitacionales. La realización de mítines, asambleas barriales, la participación en consejos, presentación de propuestas, firmas de petitorios, presentación de amparos judiciales y, hasta eventuales protestas y movilizaciones vecinales, etc., constituyen un conjunto de situaciones que pueden interpretarse como instancias derivadas de la discusión-evaluación de los programas implementados. Ello señala que además de beneficiarios, los actores sociales, interactúan, se organizan, interpretan, evalúan y replantean los actos de gobierno, tomando decisiones colectivas y significativas para influenciar en la re-elaboración de los complejos habitacionales en tanto lugares de vida. En este sentido, la incorporación progresiva de componentes sociales y urbanos, en la dimensión del habitar, ha implicado una sostenida lucha reivindicativa de vecinos organizados a lo largo y a lo ancho del conjunto habitacional. Así, en la investigación hemos considerado que las diferentes prácticas organizativas y reivindicativas gestadas en el plano colectivo de los barrios; han nacido de las dificultades que permanentemente debieron enfrentar las familias para satisfacer el problema de las carencias de servicios urbanos y socio-comunitarios. La dimensión colectiva de los reclamos por servicios e infraestructura se expresó a nivel barrial, ámbito en el que las organizaciones barriales y las demandas colectivas han desempeñado un importante papel. De estas acciones barriales dependió, en la mayoría de los casos, la provisión de servicios e infraestructura comunitaria. Esas acciones además fueron vistas por los actores (destinatarios de las políticas) no como simples demandas dirigidas hacia el Estado, sino como componentes esenciales y faltantes en el diseño de las políticas habitacionales.