INVESTIGADORES
MARI Oscar Ernesto
libros
Título:
José Conrado Castells y su Obra de Gobierno en el Chaco (1933-1938)
Autor/es:
MARI, OSCAR ERNESTO
Editorial:
IGHI-CONICET Impresora Nordeste
Referencias:
Lugar: Resistencia; Año: 1998 p. 93
Resumen:
Con posterioridad a la revolución del 6 de septiembre de 1930 y hasta principios de la década del cuarenta, el Territorio Nacional del Chaco estuvo administrado por gobernadores de tendencia conservadora en razón de haber sido designados por los presidentes que, situados en esa línea de pensamiento, dirigieron por entonces los destinos del país.             Fue este un período muy interesante en la vida del Chaco en virtud de los cambios que se manifestaron tanto en su dimensión económica, social, y aún política.             En  lo que concierne a los dos primeros ámbitos, son suficientemente conocidas las transformaciones que propició el auge del cultivo algodonero al impulsar un fuerte crecimiento productivo y poblacional, atrayendo con ello un importante volumen de capitales y fuertes contingentes inmigratorios. Durante este lapso el Chaco llegó a ubicarse entre las jurisdicciones más prósperas del país, superando económica y poblacionalmente inclusive a antiguas provincias argentinas.             En lo que respecta al orden político, este ascendente proceso fue coincidente con el resurgimiento en el Territorio de diversos movimientos cívicos que estuvieron dirigidos a conseguir alguna de las formas de autonomía previstas por la ley 1532, y sobretodo a lograr la designación de gobernadores nativos o por lo menos suficientemente ligados a esta jurisdicción.               Particularmente este último objetivo constituía una antigua aspiración de buena parte del pueblo territoriano debido al deficiente desempeño de los últimos funcionarios enviados por el gobierno nacional, algunos de los cuales supieron adquirir triste notoriedad durante la década del veinte.             Si bien los esfuerzos que se realizaron para obtener la representación en el Congreso, una Legislatura propia o la posibilidad de participar en elecciones presidenciales no lograron resultados satisfactorios, tuvieron sin embargo relativo éxito las demandas exigidas en torno a la designación de gobernadores que conocieran la problemática territoriana. Por su parte, los distintos mandatarios que se alternaron en el Poder Ejecutivo de esta época también se manifestaron predispuestos a considerar los anhelos locales respecto al último requerimiento, y en tal sentido puede decirse que en este período pudo observarse un mayor cuidado en la selección de los gobernadores para el Chaco. Así, durante la mayor parte de esta etapa y a diferencia de épocas anteriores, los chaqueños tuvieron la posibilidad de gozar de funcionarios afincados en este suelo  y hasta se llegó a contar por primera vez con un gobernador  nacido y arraigado en el Chaco, como fue el caso del doctor Gustavo R. Lagerheim  (1938-1941).             De los cinco gobernadores que se desempeñaron en el Chaco durante este período, dos provinieron de las provincias vecinas de Corrientes y Santa Fe, y tres estaban aquí radicados y poseían sólidos sólidos vínculos en este Territorio. Fueron precisamente estos últimos quienes completaros sus mandatos o se mantuvieron por mayor tiempo y de manera continua  en el cargo.             A su vez, éstos gobernadores locales se destacaron sobre los funcionarios forasteros, quienes, por los ya tradicionales compromisos políticos, habían recalado en la gobernación por breve tiempo durante los primeros meses de esta década.             En efecto; gobernadores como Juan S. Mac Lean (1931-32); José C. Castells (1933-1938) y el nombrado Gustavo Lagerheim constituyeron un ejemplo de laboriosidad y compromiso con su comunidad, y se caracterizaron por llevar adelante administraciones tan dinámicas como eficaces, en manifiesto contraste con las abúlicas o controvertidas gestiones tan comunes de sus predecesores.             De estos tres funcionarios, sin duda alguna la figura más sobresaliente fue la del doctor José Conrado Castells, no solamente por sus distinguidas condiciones personales, sino también por su prolongada y fructífera labor al frente de la gobernación, y además, por la influencia que mantuvo en el quehacer público chaqueño aún después de concluir su mandato.             Sus dos períodos consecutivos de gestión revistieron particularidades atípicas para el Chaco dada la profusa tarea que llevó adelante, y es posible asegurar que en ninguna otra administración  de la etapa territoriana pudo igualarse el nivel y la multiplicidad de iniciativas que impulsó este dinámico gobernador.             Dotado de una preparación que excedía a su cargo y de una admirable capacidad de trabajo, supo vincularse hábilmente con las más altas autoridades nacionales y ampliar de esa manera el estrecho radio de acción al que por entonces estaba circunscripto un gobernador de Territorio.             Su visionario pensamiento, complementado con una fluida sociabilidad, le permitieron además relacionarse fácilmente con los más importantes grupos empresarios nacionales y extranjeros, de los cuales consiguió atraer inversiones para este suelo que desde hacía tiempo había adoptado como propio.             Fue un gobernador que hizo mucho por el Chaco y su obra consta sobradamente tanto en la documentación oficial como en fuentes periodísticas. Por ello, y porque es éste un tema que esperaba ser estudiado, surgió la necesidad de un trabajo que permitiese un conocimiento más acabado de lo que a nuestro juicio constituyó una de las gestiones más relevantes de la época territoriana.             Desde luego, el presente no será más que un modesto aporte que en modo alguno agota las posibilidades de examinar la figura y la acción de una de las personalñidades más atractivas e influyentes de este período, de quien la memoria colectiva aún conserva el recuerdo de una frase que él mismo acuñara y repitiera sintetizando en cierto modo su vocación de progreso: ¡Hay que hacer Chaco!.