IDEAN   23403
INSTITUTO DE ESTUDIOS ANDINOS "DON PABLO GROEBER"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Análisis de las estructuras pre-diagenéticas presentes en los depósitos del Mioceno Inferior del cabo Ladrillero, cuenca Austral, Tierra del Fuego
Autor/es:
TUDISCA, E.P.; GHIGLIONE, M.C.; PAZOS, P.
Lugar:
Neuquén
Reunión:
Congreso; XVIII CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO; 2011
Resumen:
Las Capas del Cabo Ladrillero, del Mioceno Inferior, afloran en el cabo homónimo ubicado sobre la costa atlántica de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Estas capas forman parte del Grupo Cabo Domingo (Malumián y Olivero, 2006) y corresponden a las secuencias cuspidales del relleno de la cuenca de antepaís Austral.    En este trabajo se presenta el análisis estructural de este intervalo con el objetivo de brindar nuevos aportes a la evolución tectono-sedimentaria de la cuenca. Se ha puesto especial énfasis en el estudio de las estructuras pre-diagenéticas ya que el mismo permitió establecer el campo de esfuerzos prevaleciente para el Mioceno Inferior y el régimen tectónico reinante.    Estas capas se depositaron en un paleoambiente marino somero ubicado por encima de la lisoclina (Tudisca y Pazos, 2008). El sector inferior es indicativo de una tasa de sedimentación elevada y resedimentación, y forma parte de depósitos característicos de flujos gravitacionales, generados colapsos en un frente deltaico y redepositados en un prodelta. En niveles estratigráficos suprayacentes continúa la depositación en subambientes de un delta (prodelta, frente deltaico distal y planicie deltaica subácuea), conformando un arreglo de facies estrato creciente y progradante (Tudisca y Pazos, 2008). Estructuralmente, las capas se encuentran dispuestas subhorizontales o con una leve inclinación de hasta 5° y se hallan atravesadas por intrusiones de diques clásticos o exhiben areniscas deformadas que están relacionadas con lineamientos, escarpas y fallas sinsedimentarias.    Según la medición de azimut y espesor de 160 diques clásticos aflorantes en la plataforma de abrasión marina, se identificaron dos familias de orientaciones preferenciales formando un ángulo de 86 grados entre sí, que indican un marcado control tectónico. La familia A presenta un espesor sumado de 581 cm y un azimut medio a los 92°, y la familia B, con azimut medio a los 6°, posee un espesor sumado de 281 cm (Fig. 1).    Teniendo en cuenta la orientación preferencial de los diques y la mecánica de formación de fracturas, pueden asumirse dos fracturamientos preferenciales en las Capas del Cabo Ladrillero, que han permitido el ascenso por licuefacción de la arena: fracturas orientadas prácticamente E-O (azimut de 92°) y fracturas orientadas aproximadamente N-S (azimut de 6°). Estas se podrían corresponder con las fracturas de cizalla de Riedel R y R´, causadas por la imposición de un sistema transcurrente de orientación ESE-ONO (Fig. 1). De esta manera, el esfuerzo principal máximo δ1 sería la bisectriz entre R y R´, disponiéndose horizontalmente y con una orientación NE-SO, y el esfuerzo principal mínimo δ3 la bisectriz obtusa también dispuesto horizontalmente y con orientación NO-SE. La separación que existe entre R y R’ es mayor a 60° y esto podría deberse a la aplicación de una gran deformación continua y persistente en el tiempo (Twiss y Moore, 1998).    Esta distribución de esfuerzos (Fig. 1), donde los esfuerzos compresivos máximos y mínimos se encuentran horizontales y el esfuerzo compresivo intermedio es vertical, se corresponde con un sistema de fallas de tipo transcurrente.    Los lineamientos, las escarpas y las fallas sinsedimentarias detectadas, conforman otro tipo de evidencias de que existieron procesos de sedimentación sinorogénica en este ambiente tectonicamente activo. Los lineamientos se distinguieron a partir de la observación de fotografías aéreas e imágenes satelitales (Fig. 1) y se concluyó que estarían asociados a la mecánica transcurrente imperante. Además, analizando la geometría de los estratos en los acantilados, se identificaron superficies escarpadas que podrían haberse iniciado como fallas sinsedimentarias y que están relacionadas con los lineamientos detectados y con los procesos de colapsos gravitacionales mencionados. La geometría resultante hace referencia a cuerpos canalizados, pero en este caso podrían estar controlados por labios hundidos de pequeñas fallas normales que permitieron el establecimiento de un corredor sedimentario. La existencia de estas geometrías es aún discutida.    Considerando que los colapsos gravitatorios y la resedimentación de frentes deltaicos en sistemas antiguos, pueden estar relacionados con tectonismo activo y sismicidad durante la sedimentación (Nemec et al., 1988), se concluye que las Capas del cabo Ladrillero corresponden a un sistema deltaico con direcciones de flujo E-O, según la presencia de turboglifos (Tudisca, 2009), desarrollado bajo un régimen tectónico transcurrente con una posible componente distensiva. Debe tenerse en cuenta que como los estratos que conforman el Grupo Cabo Domingo se horizontalizan a medida que aumenta la distancia con respecto al frente orogénico, en el momento de la depositación de las Capas del Cabo Ladrillero, el régimen compresivo ya habría cesado y el frente orogénico ya se habría fosilizado en la localidad de Punta Gruesa (Ghiglione, 2002).