BECAS
RAMIREZ DarÍo Alejandro
congresos y reuniones científicas
Título:
ANÁLISIS INTERDISCIPLINARIO DE UN COPROLITO PROVENIENTE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO PUEBLO VIEJO DE TUCUTE (1000-500 AÑOS C14 AP), JUJUY
Autor/es:
DARÍO ALEJANDRO RAMIREZ; ALDANA TAVARONE; DIEGO MARTÍN BASSO
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina; 2019
Resumen:
En el presente trabajo se realizó un abordaje interdisciplinario para el estudio de un coprolito proveniente de un espacio entre viviendas del sitio arqueológico Pueblo Viejo de Tucute, ubicado en la Puna jujeña (Albeck 2010). Inicialmente, la muestra se midió (3,20 cm de longitud), pesó (1,60 g) y fotografió (Figura 1), antes de su procesamiento. Se trabajó en el Laboratorio de Paleogenética del IDACOR bajo condiciones estrictas para evitar contaminación con material genético moderno. Se fraccionó el coprolito y se tomó una porción interna de aproximadamente 200 mg para análisis moleculares, otra fracción se empleó para el análisis de microrrestos vegetales, mientras que el resto fue destinado al análisis paleoparasitológico. Para el análisis de microrrestos vegetales, se observaron 8 preparados mediante microscopía óptica, los cuales revelaron la presencia de silicofitolitos de afinidad graminoide, diatomeas, hifas de hongos, granos de polen y tejidos vegetales. Asimismo, se lograron identificar granos de almidón de morfología poligonal y circular. Para el reconocimiento y cuantificación de los elementos, se utilizó un microscopio petrográfico Nikon Eclipse E 200 con cámara digital incorporada. Cada preparado fue escaneado con aumento de 400X. Para la descripción de la variabilidad fitolítica se utilizó una clasificación ad-hoc demorfotipos fitolíticos definidos sobre la base de los descriptores y clasificaciones morfológicas previas, siguiendo el ICPNWG (2005) y las pautas clasificatorias de Korstanje y Babot (2007) y Giovanetti y colaboradores (2008). Las descripciones de los granos de almidón se realizaron siguiendo las pautas y atributos cuali-cuantitativos propuestos por el ICSN (The International Code for Starch Nomenclature) (2011).Para el análisis paleoparasitológico, se rehidrató la submuestra en una solución de fosfato trisódicoacuoso al 0,5% durante 72 hs (Callen y Cameron 1960) a 4ºC, seguido de una concentración mediante sedimentación espontánea (Lutz 1919). Se emplearon 200 μL del material sedimentado para el montaje de preparados, los cuales fueron observados con un aumento de 100X en un microscopio óptico biológico trinocular Labklass XSZ 107 CCD y fotografiados a 400X. La identificación de los parásitos hallados se hizo en base a las características morfológicas y morfométricas reconocidas, tomándose las medidas con el software IS Capture versión 3.5.9. El análisis evidenció la presencia de estructuras coincidentes con huevos de helmintos. Un elemento fue identificado como huevo de Toxocara sp., el cual presenta forma circular, color marrón, pared externa gruesa y dimensiones de 90 x 86,42 μm. Por otra parte, se hallaron 18 elementos de forma ovoide y paredes translucidas, midiendo 48,23-56,32 μm (promedio de 50,70 μm) x 28,40-32 μm (promedio de 29,94 μm), sugestivos de huevos de Physaloptera spp. Asimismo, fue identificada una estructura similar a un huevo de ascarídido, la cual presentaba pared gruesa y ligeramente mamelonada y color pardo, midiendo 51,15 x 22,58 μm. Tres huevos de estrongílidos, posiblementeancilostomídeos del género Uncinaria, fueron hallados, midiendo 56,76-76,83 μm (promedio de63,64 μm) x 30-37,42 (promedio de 32,93 μm). Otros elementos similares a huevos de nematodos no identificados fueron observados.Finalmente, para los análisis paleogenéticos se realizó extracción de ADN de la muestra siguiendo el protocolo descripto por Iñiguez et al. (2003), y se procedió a amplificar mediante PCR trazas de ADN antiguo de tres parásitos de distribución cosmopolita que usualmente infectan al hombre (Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura y Enterobius vermicularis), lo cual arrojó resultados negativos. Además, se intentó determinar un posible origen humano del coprolito, mediante amplificación por PCR y secuenciamiento de la Región Hipervariable I del ADN mitocondrial humano (ADNmt). La detección de ADNmt de un linaje no americano sugiere dos posibilidades: 1) que se trate de un coprolito humano perteneciente a un individuo nativo americano, pero cuyo ADN original sea escaso y/o esté degradado, quedando enmascarado por ADN moderno contaminante; 2) que se trate de un coprolito animal contaminado con ADN humano moderno. La alta presencia de contenido vegetal observado en el coprolito indicaría que pertenece a una especie de dieta herbívora u omnívora, lo cual, sumado a la presencia de parásitos de los géneros Toxocara y Physaloptera, que infectan comúnmente a cánidos, permite sugerir que el coprolito pertenece a un zorro, cuya especie Lycalopex culpaeus andinus (zorro andino) se encuentra presente en la Puna. Este posible origen zoológico del coprolito será confirmado mediante análisis paleogenéticos.La co-existencia de humanos y animales en el sitio arqueológico Pueblo Viejo de Tucute evidenciaría los riesgos a infecciones por parásitos, tanto casos de falso parasitismo como de zoonosis parasitarias, a los cuales habrían estado expuestas estas poblaciones humanas en el pasado. En este sentido, el hombre puede verse infectado por Toxocara sp., dando lugar a la aparición de la condición conocida como larva migrans, causante de migraciones de larvas de esta especie por el organismo humano, el cual no es su huésped definitivo. Esto genera desde leves perturbaciones inflamatorias y alérgicas, hasta daños graves en órganos como los ojos y el cerebro (Acha y Szyfres 2003; Atías 1998). Por su parte, la infección por ciertas especies de ancilostomídeos puede generar graves cuadros de anemia (Atías 1998), mientras que Physaloptera spp. puede infectar al hombre causando diarrea, vómitos y úlceras (Cleeland et al. 2013; Makki et al. 2007). De las especies de helmintos halladas en este trabajo, Physaloptera spp. es la que presenta menos reportes en la literatura paleoparasitológica, hallándose sólo cinco registros de este parásito infectando tanto a cánidos como a humanos en el pasado (Cleelandet al. 2013; Fugassa et al. 2006, 2007; Makki et al. 2017; Sianto et al. 2014).En base a la evidencia, se discutirá en torno a las interpretaciones de los hallazgos realizados y suspotencialidades para la reconstrucción del escenario paleoambiental, así como también sobre lasventajas y limitaciones de las técnicas empleadas.