INVESTIGADORES
HECKER Yanina Paola
congresos y reuniones científicas
Título:
SEROPREVALENCIA Y TRANSMISIÓN DE TOXOPLASMA GONDII EN UNA MAJADA OVINA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA
Autor/es:
MOGABURU F.; ARMENDANO J.; CORA J.; FLORES C.; HECKER Y.P.; GUAL I.; CANO D.; UNZAGA JM; PARDINI LL; VENTURINI MC; MOORE D.P.; CANTÓN G.
Lugar:
Salta
Reunión:
Seminario; 9no Seminario de la Fundación "Charles Louis Davis" en Argentina-7ª Reunión del Foro Permanente de Educación de la Patología Veterinaria; 2015
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias agrarias y Veterinarias Universidad Católica de Salta. Campus Castañares
Resumen:
Introducción: En la última década, la explotación ovina en Argentina se ha encontrado frente a un nuevo y auspicioso escenario. No obstante, la información respecto a las causas de pérdidas reproductivas en esta especie es escasa, entre ellas figura la toxoplasmosis. Es una enfermedad zoonótica causada por el protozoario Toxoplasma gondii, estimándose responsable de la pérdida del 1 a 2 % de los corderos nacidos anualmente a nivel mundial. La amplia difusión de la enfermedad se debe al gran número de hospedadores intermediarios que posee y las diversas vías de transmisión. En la mayoría de los países del mundo se han identificado ovinos infectados, sin embargo la seroprevalencia en ovinos de Argentina ha sido apenas explorada. El objetivo de este estudio fue evaluar la seroprevalencia de T. gondii en una majada ovina de la provincia de Buenos Aires, estimándose además los mecanismos de transmisión evaluando el status serológico de ovejas y sus corderos en un estudio longitudinal. Por último, se intentó identificar tejidos infectados recolectados durante la faena de un cordero seropositivo a T. gondii.Materiales y métodos:Se realizó un estudio de cohorte sobre una majada ovina de raza Texel, perteneciente a la reserva ganadera N°8 de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Balcarce, desde noviembre de 2014 hasta marzo de 2015. Para el estudio de la seroprevalencia en adultos se seleccionaron 130 ovejas de 3 (n: 29), 4 (n: 35), 5 (n: 29), 6 (n: 17) y 12 (n: 20) años de edad. En el análisis de la transmisión se utilizaron 117 corderos machos y hembras hijos de 109 de estas ovejas (101 de parición simple y 8 de parición doble). Se recolectaron muestras de sangre por punción yugular de las madres (por única vez a los 65 días de finalizada la parición) y de sus corderos entre los 65 ? 125 días post parto (M1), repitiéndose a los 60 (M2) y 90 (M3) días posteriores al primero. Las muestras fueron evaluadas mediante la prueba de inmunofluorescencia indirecta (IFI) con un título de corte de 1:50, empleándose un conjugado anti ? IgG ovina comercial (SIGMA® F5137, St. Louis, EE.UU.) y fueron examinadas en microscopio de fluorescencia a 400x. El criterio de positividad fue cuando se observaban taquizoítos con fluorescencia completa en toda su membrana. La seroprevalencia en adultos fue estimada de acuerdo a la siguiente fórmula: SP (%)= (ovejas positivas a la IFI/total de ovejas analizadas) x 100. La seroprevalencia en función de la edad de las ovejas y el análisis de las vías de transmisión fueron evaluados mediante modelos de regresión logística binaria, empleando el Proc. LOGISTIC del SAS®. A partir de los modelos, se estimó la probabilidad de seropositividad. También se estimó el riesgo relativo de seropositividad mediante el odds ratio (OR). Se obtuvieron muestras de tejidos de un cordero seropositivo (hijo de una madre seropositiva) y fueron agrupadas en pooles de tejidos con (músculos intercostales, trapecio, tríceps, longissimus, semitendinoso, psoas) o sin valor comercial (músculo retrocular, diafragma, masetero, corazón y sistema nervioso central). A partir de las mismas se realizó la PCR para T. gondii (Tox5 y Tox8).Resultados: La seroprevalencia estimada en las madres fue del 10,8% (14/130) (IC95%= 5,4 a 16,1%), observándose un efecto significativo de la edad sobre el porcentaje de seropositividad (P=0,04); animales de 12 años presentaron una probabilidad significativamente mayor de ser seropositivos que aquellos de entre 3 y 5 años (P0,10). La seroprevalencia determinada al M3 de los corderos fue del 4,3% (5/117), observándose un incremento respecto al 1,7% detectado en el M1. A su vez, si bien se detectó un bajo número de corderos positivos, se observó una influencia significativa del status serológico de la madre sobre la seropositividad de los corderos en los M1 (P=0,02; OR: 38,0) y M2 (P=0,02; OR: 12,5), perdiéndose este efecto a partir del M3 (P=0,06; OR 5,3). Debe considerarse, que los corderos positivos en el M1, mantuvieron el status serológico en los M2 y M3. Por el contrario, la edad de las madres, el sexo de los corderos y la interacción entre variables no ejercieron una influencia significativa. Por último, la PCR para T. gondii resultó positiva en los tejidos con valor y sin valor comercial.Discusión:La seroprevalencia encontrada en esta majada fue menor a la detectada en trabajos previos realizados en el país. En coincidencia con trabajos previos la seroprevalencia contra T. gondii aumentó a medida que aumenta la edad de las ovejas, demostrando la relevancia de la transmisión horizontal como mecanismo para aumentar la seroprevalencia en esta especie. A su vez, se encontró una asociación significativa entre la seropositividad de las madres y sus crías al M1 y M2, pudiéndose explicar a través del mecanismo de transmisión vertical. Sin embargo, el porcentaje de esta transmisión fue intermedio con respecto al estimado previamente por otros autores. Si bien el M1 de los corderos no fue pre-calostral, aunque pudo haber ocurrido transmisión horizontal en los primeros meses de vida, esto sería poco factible debido al comportamiento de los corderos al pie de la madre (lactantes). En concordancia con esto, la asociación entre seropositividad de las madres y sus crías tendió a desaparecer en los sucesivos sangrados, debido a la aparición de nuevos corderos positivos hijos de madres seronegativas. Esto sugeriría que ya antes del año de vida la transmisión horizontal comenzaría a adquirir más relevancia, probablemente coincidiendo con la incorporación de forraje en la dieta. El hecho de haber detectado tejidos de valor comercial infectados con el agente, hace indispensable aumentar el conocimiento acerca de esta enfermedad en el país, debido a que el consumo de carne poco cocida es un factor de riesgo para la infección en humanos. Este es el primer estudio evaluando las vías de transmisión del agente realizado en Argentina.