INVESTIGADORES
DIEZ Francisco
congresos y reuniones científicas
Título:
Ética y fenomenología del tacto en Paul Ricoeur (publicado ampliado como El momento del tacto en Paul Ricoeur: el fundamento háptico de la ética)
Autor/es:
DÍEZ, FRANCISCO MARTÍN
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; III Jornadas Nacionales de Filosofía del Departamento de Filosofía (UBA).; 2018
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires
Resumen:
El savoir faire de la cultura francesa refiere a un tacto como sensibilidad para el buen gusto, cuya referencia universal se ha hecho reconocida mundialmente en la escena casi teatral de la alta gastronomía, la alta costura y la dulce sonoridad de su lengua. La tradición de la filosofía francesa no ha desdeñado su refinado carácter cultural de procedencia y se ha ocupado de reflexionar sobre él bajo diversas preguntas. Una en particular nos ocupa en este trabajo, quizá la interrogación más elemental: ¿qué es el tacto? La respuestas son innumerables. Se remontan hasta Descartes cuando en su Dioptrique (1637) afirmaba que los ciegos ?ven con las manos?. Luego Diderot en su Carta sobre los ciegos para uso de los que ven (1749), hacía un elogio del tacto como el sentido más profundo y filosófico, y Condillac en su Tratado de las sensaciones (1754), describía la manera en que los diversos sentidos intervienen en el desarrollo del conocimiento humano, dedicándole una especial atención al sentido táctil. Durante el siglo XX, Merleau-Ponty se ocupó de él en Phénoménologie de la perception (1945), Nancy en El sentido del mundo (1993) y Derrida en El tocar, Jean-Luc Nancy (2000), entre muchos otros filósofos franceses que pensaron esa sensibilidad cultural encarnada en el sentido del toucher. Frente a la inmensidad de respuestas, nuestra pregunta guía queda limitada a la obra de Paul Ric?ur. Si bien, de forma explícita, no dedica ningún artículo o trabajo concreto a este sentido, el tacto aparece de modo sutil bajo la sombra de algunos de sus conceptos fundamentales. Por ejemplo, en su petite éthique, formulada en los estudios séptimo, octavo y noveno de Soi même comme un autre (1990), Ric?ur asume como raíz de su concepto central de solicitud (sollicitude) el segundo imperativo kantiano, que alude con ?humanidad? a lo que es digno de respeto en la propia persona y en la del otro. En la conclusión de esa asunción crítica, refiere al tacto de forma inesperada, casi sorpresiva y en apariencia deshilvanada, al decir que: ?No hay camino más corto que éste [la travesía por los conflictos morales del formalismo kantiano] para alcanzar ese tacto gracias al cual el juicio moral en situación, y la convicción que lo anima, son dignos del título de sabiduría práctica.? (?Soi? 280). Como un auténtico destello, la fugaz pero significativa mención se opaca pronto. Sin embargo, parece mantenerse resonando en sordina hasta el final de la obra, cuando el tacto resurge en la pregunta por la ontología. Ric?ur asume allí la herencia fenomenológica de Maine de Biran y Husserl, para quienes constituye el sentido primordial en la percepción del cuerpo propio y del mundo. ¿Existe un vínculo entre ambas menciones? ¿El sentido ético, que metafóricamente Ric?ur parece atribuirle al tacto, tiene algún relación de fundación en la primordialidad del tacto fenomenológico? ¿Qué antecedentes operan allí más allá de los asumidos expresamente?En razón de estas preguntas que genera su particular uso, en el punto I de este trabajo, examinaremos el momento de ese pequeño resplandor en la obra citada. Aunque no constituya un concepto fundamental de su ética -por lo cual quizás ha sido poco trabajado por sus principales críticos e intérpretes- en la inesperada referencia ric?uriana al tacto operan antecedentes muy antiguos que entraman su uso. Exploraremos esos supuestos en el punto II. Finalmente, en el punto III, indagaremos cómo la herencia fenomenológica del tacto abre un campo operativo que conduce más allá de su ética tardía y extiende un camino regresivo hasta sus primeras obras fenomenológicas. Transitaremos, entonces, una doble vía larga, que va desde la ética a las raíces de una ontología, atravesando el itinerario particular de una obra (Soi même comme un autre), para ponernos luego de regreso a través de su reflejo invertido (desde las raíces fenomenológicas a la ética), atravesando el itinerario total de la obra ric?uriana. Esta larga aventura desde la metaforicidad del tacto hasta su literalidad fenomenológica, intentará atestar, de otro modo, esa cualidad del savoir faire de la cultura filosófica francesa.