BECAS
RIGUETTI Facundo Javier
congresos y reuniones científicas
Título:
HUELLAS DE ICLA: NI ORNITISQUIAS NI CRETÁCICAS, QUIROTEROIDES TRIÁSICOS.
Autor/es:
SEBASTIÁN APESTEGUIA; FACUNDO RIGUETTI; PAOLO CITTÓN; GONZALO VEIGA; DANIEL POIRE; GERARDO ZACARÍAS; THIERRY SEMPERE; SILVINA DE VALAIS
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; Jornadas de Investigación Universidad CAECE; 2018
Institución organizadora:
Universidad CAECE
Resumen:
En el marco del proyecto de investigación ?Huellas de dinosaurios acorazados en el desierto de La Puerta, Bolivia", financiado por la RR 418/17 de la Universidad CAECE, se ha realizado un viaje al sinclinal de Incapampa, en las cercanías de Icla, Bolivia. De allí se conoce una sucesión de huellas fósiles asignadas a dinosaurios tireóforos de la Fm. La Puerta por Apesteguía y Gallina (2011). La asociación original tenía como dato curioso la total ausencia de dinosaurios saurópodos, muy comunes en los ecosistemas cretácicos de Sudamérica, El nuevo estudio ha corroborado la presencia de al menos dos morfotipos. El primero, asignado originalmente a tireóforos, pertenece al grupo de los quiroteroides, es decir, a arcosauromorfos cuadrúpedos, ya reconocidos en el área por C. Meyer y T. Sempere (Bertrand et al., 2014). Las huellas quiroteroides fueron especialmente estudiadas en el presente viaje, y serían de las más grandes conocidas para su tipo. Uno de los taxones reconocido en la publicación original, asignado a anquilosaurios, representa una variación extramorfológica (artefacto de preservación) del quiroteroide. El otro morfotipo, de rastrilladas bípedas y huellas tridáctilas, podría corresponder a un dinosaurio terópodo, y fue reconocido en el viaje de 2010 por medio de tres ejemplares. Estos icnotaxones se asocian al Triásico, lo que coincide con una datación de Bertrand et al (2014) para el conocido como Basalto de Entre Ríos, asociado a las formaciones Ipaguazú y Tapecuá. Sin embargo, mientras que la primera es predominantemente lacustre, la segunda es más eólica. En Ruditayoj, la formación portadora de las huellas está caracterizada por cuerpos arenosos potentes con estratificación entrecruzada de gran escala que se asocian con la migración de dunas eólicas, entre las que se intercalan depósitos tabulares de menores dimensiones de origen subácueo y que representan la acumulación a partir de corrientes fluviales no encauzadas de naturaleza efímera. La alternancia de estos dos tipos de depósitos sugiere un cambio de alta frecuencia en las condiciones climáticas y períodos de expansión del sistema eólico que alternaban con períodos más húmedos con mayor influencia fluvial. Al menos en Ruditayoj, los niveles con huellas se asocian a estos momentos de mayor humedad en el ambiente y han sido preservados debido a la acumulación de material fino en condiciones de baja energía, que impidió el retrabajo de los niveles portadores de los rastros. Mientras que la datación y concordancia icnológica nos muestra que la asociación corresponde al Triásico la litología muestra que no se trata de la Fm. La Puerta ni Ipaguazú, sino de la Formación Tapecuá, del Triásico subandino. El reconocimiento de las huellas del Palmar de Tunasniyoj y de Ruditayoj como una asociación de huellas triásicas no solo involucra un cambio en el reconocimiento de los taxones involucrados sino también representa uno de los campos icnológicos más antiguos de Sudamérica y uno de los más importantes por su extensión areal.