ESTRATEGIAS CRONOTERAPEUTICAS CONTRA LA OBESIDAD

LÓPEZ, M.; ALFONSO, J; NAVIGATORE FONZO LS,; ANZULOVICH AC

San Luis

Jornada; XXII Jornadas Cuidemos Nuestro Mundo; 2018

Proyecto CNM de la Universidad Nacional de San Luis

ESTRATEGIAS CRONOTERAPEUTICAS CONTRA LA OBESIDADLopez Mariana, Alfonso Javier, Anzulovich Ana, Navigatore Fonzo LorenaLaboratorio de Cronobiología, IMIBIO-SL (CONICET-UNSL), FQByF (UNSL). E-mail:lnavigatore@unsl.edu.arLa obesidad constituye uno de los problemas de salud pública más relevantes de este siglo debido a su alta incidencia a nivel mundial, así como, a la elevada carga socioeconómica que conlleva para la sociedad en general. Según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 1900 millones de adultos tienen sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones son obesos. En nuestro país, el 60% de los argentinos tienen sobrepeso y la prevalencia de obesidad pasó del 14,6% registrado en 2005, al 18% en 2009 y el 20,8% en 2013. La OMS ha declarado a la obesidad y al sobrepeso una epidemia mundial.La etiología de la obesidad es multifactorial, e incluye factores genéticos, ambientales, del ritmo de vida y dietéticos, donde las dietas hipercalóricas juegan un rol central en el desarrollo de la enfermedad. Recientes estudios han relacionado la homeostasis metabólica con el reloj circadiano a nivel molecular, fisiológico y comportamental. Todos los seres vivos, desde las bacterias hasta los humanos, exhiben una clara organización temporal en su conducta y en los procesos fisiológicos, bioquímicos y metabólicos, que se manifiesta en los ritmos biológicos. Los ritmos que presentan una periodicidad cercana a las 24 horas son conocidos como circadianos (del Latín ?circa?:cerca, ?diem?:día). En mamíferos los ritmos circadianos son controlados por el reloj maestro localizado en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, quien es responsable de la generación y mantenimiento de dichos ritmos en todo el cuerpo. La alternancia luz-oscuridad ambiental entrena a este reloj maestro, ajustándolo a un ciclo de 24hs, éste domina los ciclos de sueño-vigilia, la temperatura corporal y la secreción de melatonina. Por el contrario los ciclos de ayuno-alimentación entrenan los relojes periféricos, los cuales dominan los procesos fisiológicos como el metabolismo de glucosa, lipídico, la secreción hormonal, la respuesta inmune entre otros. El reloj central sincroniza a los relojes periféricos presentes en el resto de órganos y tejidos del organismo, a través de señales neurales y humorales.A nivel celular, los ritmos circadianos son creados por una compleja interacción entre varios factores de transcripción (los heterodímeros BMAL1:CLOCK y PER:CRY), que constituyen la maquinaria molecular central del reloj celular, y un circuito accesorio constituido por RORα y REVERB.Como es sabido factores tales como el trabajo nocturno o en turnos rotativos, el jet lag, alteraciones en los patrones de sueño y de los ritmos de ayuno y alimentación, aumentan la prevalencia de la obesidad. Por lo que la aplicación de terapias cronobiológicas podría ser adecuada para el tratamiento de este desorden metabólico. En este contexto, la melatonina es una opción crono terapéutica importante, ya que por su capacidad para resetear al reloj circadiano presente en el nucleosupraquiasmático (NSQ) puede restablecer la fase y la amplitud de los ritmos circadianos alterados en esta enfermedad. Así, la administración exógena de melatonina antes de acostarse simula la señal natural del cuerpo que es de noche y ejerce efectos directos sobre la expresión de genes del reloj en el NSQ. Del mismo modo, asegurar la oscuridad durante la noche y luego aplicar luz de alta intensidad en la mañana tiene efectos similares en el sistema circadiano. Recientes investigaciones realizadas por Chaix y su grupo (2014) demostraron que la corrección del tiempo de alimentación en ratones alimentados con una dieta rica en grasas redujo la aparición de la obesidad. Además del horario de las comidas, su composición podría ser un factor clave que contribuye, según el caso, a la sincronización o disrupción del reloj circadiano. Los estudios realizados por Morris y col (2012) reportaron que ratones con acceso restringido a la fructosa sólo durante el período de luz (período de reposo de los animales nocturnos), aumentaron su peso corporal y mostraron un incremento significativo del tejido adiposo blanco, y de los niveles de insulina y leptina, en comparación con los ratones con acceso restringido a fructosa durante la noche. Adicionalmente, se observó que ratas con acceso diurno a agua azucarada y a una dieta con alto contenido de grasa, experimentaron un aumento de peso corporal mayor que las ratas expuestas a una dieta isocalórica pero con acceso nocturno al azúcar, lo que indica que el momento en que se administra el azúcar es importante para la homeostasis del peso corporal (la Fleur y col., 2014). De manera interesante, los estudios realizados por Iwanaga y col., (2005) demostraron que la infusión parenteral de glucosa durante la fase de luz en ratas macho de la cepa Wistar produjo un corrimiento de fase en los niveles de expresión de ARNm de Per2 en el sistema nervioso central y en el hígado, en direcciones opuestas. Esto indicaría que la glucosa es capaz de afectar diferencialmente los relojes centrales y periféricos. Por lo que la administración de una dieta normocalórica con una distribución temporal de macronutrientes de tal forma que contenga los carbohidratos durante el día y las proteínas en la fase de reposo, podría contribuir al restablecimiento de los ritmos alterados en la obesidad.En consecuencia, la administración de melatonina en combinación con la exposición terapéutica de luz brillante durante la mañana (9:30 -10:30 a.m) y la administración de una dieta con base cronobiológica proporcionaría un tratamiento ideal para la restauración de ritmos circadianos alterados en la obesidad, constituyendo una estrategia cronoterapéutica no farmacéutica para el tratamiento de pacientes obesos.