PERSONAL DE APOYO
BUSTOS Anabella Celeste
congresos y reuniones científicas
Título:
Cuando el cine hace memoria, o ¿cuándo el cine hace memoria? La construcción de la memoria en el cine argentino (período industrial y clásico y panorama contemporáneo)
Autor/es:
BUSTOS, ANABELLA
Lugar:
Capital Federal
Reunión:
Encuentro; I Encuentro de Investigadores de la Carrera de Diseño de Imagen y Sonido?; 2012
Institución organizadora:
Carrera de Diseño de Imagen y Sonido, FADU, UBA
Resumen:
Desde su origen de celuloide corriendo a manivela hasta el actual mestizaje de soportes y formatos que suele participar de su construcción material, el cine no ha dejado de evocar tiempos remotos. Pero, el acto de traer al presente algún acontecimiento del pasado, ¿es razón suficiente para afirmar que el cine construye memoria, cada vez? Incluso varios años antes de haberse constituido como industria, el cine parecía haber olvidado su capacidad de reflexión (sobre sí y sobre el mundo), preso de la potencia de su capacidad referencial, mimética. El cine ha sido tradicionalmente un medio inhabilitado para pensar dice D.Oubiña, y prosigue: como si esa impresionante capacidad analógica que le permite reproducir los hechos bajo la apariencia de que no han sido procesados por ningún lenguaje, a su vez lo condenara al territorio de una pura materialidad.Varias decenas de años después, de cara a las nuevas tecnologías y a la presunta maleabilidad de las imágenes audiovisuales que son producidas y reproducidas por ellas, parecería que el cine asiste a una inquietante oportunidad: la de recuperar la capacidad reflexiva que supo tener en sus orígenes, tensionando los rasgos que lo catapultaron como una máquina de registro hacia el universo del espectáculo. Godard afirma que porque es veo (video en latín) que puedo pensar; pero también, que el video es el instrumento de esa reflexión. O, dicho de otro modo, que el video es el pensamiento del cine. Siguiendo con este razonamiento, y dado que entendemos que -cuanto menos- la memoria supone la actualización de algún fragmento de pasado en el presente del pensamiento, ¿deberíamos afirmar, en términos muy generales, que durante el período clásico argentino el cine no ha hecho memoria (porque no ha pensado)? Asimismo, en el actual panorama de convergencia de medios -y gracias a ello-, el cine (porque ahora puede pensar) ¿puede entonces construir memoria? Dos preguntas centrales subyacen al tema que se propone abordar. Por un lado, ¿cuál es la condición de posibilidad de construcción de memoria? y, por otro lado, ¿de qué manera opera el cine en esa construcción?Entre las varias cuestiones que vinculan a la memoria con las imágenes audiovisuales hay una que parece adquirir especial relevancia: ambas implican una operación con/sobre el tiempo. Al menos, la reactualización en el presente de algún pasado más o menos lejano es un mecanismo que incumbe a ambos fenómenos que, al mismo tiempo portadores de un cierto carácter indicial, nos invitan a indagarlos desde las nociones de historia, narración y relato entendiéndolas como fenómenos tensionados entre lo documental y lo ficcional-.Sobre esta base, el objeto de análisis que se propone es aquella cinematografía argentina que, de manera evidente, evoca o ficcionaliza acontecimientos propios de un tiempo anterior al de su producción. Es decir, se trata de películas que traen al presente de su realización y proyección-, actualizándolo, algún tiempo pasado. Películas que, ellas mismas, se constituyen (presuntamente) como ejercicios de memoria.Pero ni el pasado es siempre el mismo en cada evocación, ni lo es la forma de la memoria que lo evoca. Y es sobre este punto donde se despliega la pregunta que pretende suturar las distintas instancias de este trabajo: ¿Qué relación existe entre las formas de la memoria que el cine argentino configuró a lo largo de su historia y las características materiales con que ese cine operó cada vez? Más sencillamente: ¿cómo se entraman las formas de la memoria con las formas del cine?En virtud de nuestras preguntas, dos momentos de la historia del cine argentino resultan paradigmáticos: el período industrial y clásico (1933-1956) y el contemporáneo (1995-2010). Entre la posibilidad del sonido óptico y la tecnología digital, entre el surgimiento de los grandes estudios nacionales y el auge de la coproducción internacional, entre la política de las estrellas y la de las corporaciones multimediales, entre la sala de barrio y la Pc, entre la presunta solidez del relato sin fisuras del clasicismo y la supuesta fragmentación de los relatos contemporáneos, pero también entre la conformación del Estado Nación y los efectos de las políticas neoliberales de los 90´, las evocaciones del cine fueron diversas. También son diversos sus efectos en el espectador: algunas películas nos acercan más a la memoria; otras, al olvido.