INVESTIGADORES
AGUILAR Maria Jose
congresos y reuniones científicas
Título:
Importancia de la calidad de las interacciones tempranas en el desarrollo psicosocial de las mujeres con diagnóstico de Síndrome de Turner.
Autor/es:
GILLET, S., AGUILAR, M.J. & LÓPEZ, M.
Lugar:
La Plata
Reunión:
Congreso; 3er. Congreso Internacional de investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata; 2011
Institución organizadora:
Universidad Nacional de La Plata
Resumen:
El Síndrome de Turner (ST) es una alteración genética, no heredable, determinada por la deleción total o parcial del cromosoma X en el sexo femenino. Las investigaciones existentes refieren dificultades en las interacciones sociales en asociación directa con baja autoestima, inmadurez emocional y ansiedad social; destacando una mayor influencia biológica en la presencia de estas disfunciones. En este sentido, se han considerado los efectos negativos de la baja talla sobre la autoestima y el desarrollo social. También se ha asociado el retraso puberal incidiendo en el desempeño psicosocial a partir de dos corolarios importantes, como son la deficiencia hormonal por un lado y la pérdida de la fertilidad por el otro. Si bien, como se menciono anteriormente, las características biológicas pueden influir en la calidad de las relaciones sociales de las mujeres con diagnóstico de ST, otros factores de tipo social e individual podrían tener un impacto directo en su capacidad para interactuar con el entorno social. El interés del presente trabajo es destacar la importancia que reviste la calidad de las interacciones tempranas en el desarrollo psicosocial de las mujeres con este diagnóstico. Cabe considerar que el estilo que adopten los agentes socializadores será central en las posibilidades que de allí se deriven para las niñas con diagnóstico de ST, incidiendo directamente sobre sus posibilidades de autonomía y confianza en sí mismas. Sobre esta base, la capacidad de autorregulación afectiva cobra gran interés ya que refiere al manejo eficiente de la activación emocional con el fin de lograr un funcionamiento social efectivo. La autorregulación emocional es definida como la habilidad para responder a las demandas del medio de una manera socialmente aceptable y lo suficientemente flexible para permitir reacciones espontaneas, así como la habilidad para demorar estas reacciones cuando es necesario. En general, se han propuesto factores endógenos y exógenos en el desarrollo de la autorregulación emocional en la infancia. Entre los primeros cobra relevancia la maduración de las redes atencionales y entre los segundos se destacan los padres en su papel de guías. Cuanto más pequeño es el niño mas dependerá de sus padres para que lo ayuden a regularse. Se suponen dos momentos del desarrollo, el primero, relativo a la interiorización de los sucesos continuos y repetitivos de la relación con los otros y el segundo conformado por la regulación conductual que esos sucesos interiorizados producen. De este modo, las interacciones tempranas pasan a un primer plano en la regulación afectiva, destacándose el papel que tiene la díada primaria madre-hijo en el desarrollo de esta capacidad. Aquí se incluyen las creencias de las madres sobre el desarrollo de sus hijas. En el caso del ST el acceso a la información disponible a nivel del conocimiento de sentido común es escasa. El diagnóstico suele realizarse mediante estudios cromosómicos antes de tenerse noticia de la evolución conductual de la niña, generando mayor ansiedad ante lo desconocido, lo que se suma a la ausencia de información clara. El llamado conocimiento de sentido común expresado por medio de representaciones sociales, tiende a asociar a través del mecanismo del anclaje lo nuevo y desconocido con lo viejo conocido. Es así que las asociaciones del ST con otros trastornos, por ejemplo el síndrome de Down, tienda a operar en estos casos. Esto genera creencias deterministas que parten de lo biológico y contra las que poco puede hacerse. De lo anterior se deriva la necesidad de contar con información clara desde el diagnóstico, promoviendo en las madres conductas favorecedoras de la autorregulación de sus hijas, las cuales incidirán en un mejor desarrollo psicosocial de las mismas. Asimismo, una visión integral que tenga en cuenta la triada bio-psico-social en el abordaje de las mujeres con diagnóstico de ST, permitirá optimizar su calidad de vida.