CERZOS   05458
CENTRO DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES DE LA ZONA SEMIARIDA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Rol de los β-glucanos en la prevención de la tumorigénesis mamaria
Autor/es:
OBIOL, D.J.; ALONSO, E.N.; BALOGH, G.A.
Lugar:
Bahía Blanca
Reunión:
Jornada; III Jornadas de Farmacia del Sudoeste Bonaerense; 2012
Institución organizadora:
Deparatamento de Biología Bioquímica y Farmacia - UNS
Resumen:
  Los hongos y el hombre guardan una estrecha relación desde el comienzo de los tiempos. El consumo de hongos en el continente asiático es tradicional debido a su interés gastronómico y medicinal [1]. Se estima que en la Tierra desarrollan más de 140.000 especies de hongos, de los cuales sólo se conocen un 10%. De éstas 14.000 especies alrededor del 5% poseen propiedades farmacológicas significativas [2]. La selección Etno-Médica, basada en la elección de aquellas plantas que son utilizadas tradicionalmente con fines terapéuticos, ha demostrado ser la más efectiva para la detección de nuevos principios activos [3]. El hongo Grifola frondosa (Maitake), ha sido recolectado por miles de años en Japón, Corea, China y el este de Rusia  [2]. En 1984 Namba identificó una fracción obtenida tanto del micelio como del cuerpo fructífero de Maitake con habilidad de estimular los macrófagos. La fracción resultante es una forma estandarizada de compuestos polisacáridos aislados (β-1,6-glucanos y β-1,3-glucanos) y proteínas con un peso molecular de aproximadamente 1.000.000 daltons [4]. Los β –glucanos pertenecen a un grupo de polisacáridos caracterizados por su localización en la pared celular, adyacentes a la membrana plasmática, responsables de la rigidez y la forma celular [5]. Estos compuestos consisten tanto en una columna lineal de D-glucosa elongada por la posición β-1,3 con ramificaciones laterales β-1,6 como en una columna lineal β-1,6 con ramificaciones laterales β-1,3. Se cree que el mayor grado de ramificación elevaría la probabilidad de activar un mayor número de células inmunes [4] [6]. Se ha reportado que la dosis mínima eficaz de (1→3),(1→6)-β-D-glucano es de 0,5 mg /kg de peso corporal [7]. La concentración máxima en sangre se alcanza a las 4 hs, cuando la administración es oral, siendo el tiempo de vida media de los glucanos en el sistema sanguíneo de 3.8hs +/- 0.8hs. No obstante, cuando la administración es intravenosa, los beta-glucanos derivados de Grifola frondosa, presentan una vida media de 5,4 h a 6,4 hs depositándose cerca del 70% de en hígado y bazo [8]. Se administraron β-glucanos marcados a conejos por vía intravenosa que revelaron que las variaciones de tamaño, ramificación y estructura conformacional, influyen en parámetros farmacocinéticos tales como la vida media de eliminación, volumen de distribución y clearence [9]. La mayor parte del β-glucano radiomarcado se asociaba con células plasmáticas libres. En principio la radiación se hallaba en plaquetas y, posteriormente se detectó en eritrocitos y PMN [9]. El Volumen de distribución, por su parte, es influenciado por la incorporación de los β-glucanos a monocitos, macrófagos, plaquetas, bazo, células hepáticas y renales. En general se reporta una vida media de distribución inferior a los 5 min; es decir, existe una rápida fase de distribución seguida de una prolongada fase de eliminación de varias horas PMN [9]. Los polisacáridos participan de varios procesos tales como el reconocimiento molecular, la interacción célula-célula y la diferenciación y desarrollo celulares. La inducción de tales eventos celulares están regidos por receptores de superficie presentes en macrófagos, neutrófilos y en células NK (Natural Killer) [10] [11] [12]. En general estos polisacáridos son bien tolerados. Varias publicaciones científicas hablan de su escasísima toxicidad, pero son pocas las que le pusieron un valor concreto. Se determinó que la DL50 > 1,600mg/kg. Como reacciones adversas de la dosis óptima se reportaron casos de alergia [13] [14] [15]. Estudios epidemiológicos realizados en Asia a comienzos de este siglo han demostrado que el consumo de hongos protege específicamente contra el cáncer de mama y gastrointestinal [16].