Borges y el cine

OUBIÑA, DAVID

Köln, Alemania

Congreso; Ficciones de los medios en la periferia. Técnicas de comunicación en la ficción hispanoamericana moderna; 2007

Universität zu Köln

Además de un padecimiento corporal, la miopía podría definir un modo de la visión. O mejor: puesto que es una enfermedad, define una forma de ver. Si se le quita, por un momento, el lastre de la minusvalía, la miopía no es tanto una afección de la vista sino una forma singular de observar el mundo. Borges ve poco porque su mirada está acotada por el estrecho marco de sus intereses. Ve los films sub especie literaria, no sólo porque utiliza un saber aprendido en los libros sino, ante todo, porque proyecta la literatura sobre ellos. El escritor-espectador ve todo el cine como si fuera un medio hecho de libros ilustrados. Es decir: lee lo literario en ellos. Por eso se refiere a las novelas cinematográficas de Josef von Sternberg; por eso declara que, cuando una película tiene un buen argumento, no importa tanto el director; y por eso, si rescata el hecho de que Hollywood preserva el espíritu de la épica, es para lamentarse porque los escritores han olvidado que ése era uno de sus deberes. El cine es, para Borges, lo otro de la literatura. Si aparece en sus textos, esa presencia se dibuja en la concavidad de las formas. Es decir, opera a partir de su radical negatividad. Esto no quiere decir, por supuesto, que le sea ajeno. Al contrario. Pero debe ser observado a contrapelo. Borges suele reaccionar como un espectador anticuado, un poco demodé. Cierta inactualidad parece propia de su temperamento. De una forma paradójica o contradictoria, esa inactualidad es, quizás, su forma de ser moderno. ¿Cómo constituirse en emblema de la literatura contemporánea con las armas del siglo XIX? Borges es un extranjero y la relación que entabla con el cine pone en evidencia su desarraigo. Un escritor del siglo pasado, pero que no pertenece al siglo pasado, se traba en un combate cuerpo a cuerpo con ese nuevo medio al que no termina de entender y cuya insistente ausencia resulta imprescindible para definir su propia poética. Esa paradoja es moderna. Esa paradoja es la modernidad. La constituye. Igual que el Angelus novus de Paul Klee descripto por Benjamin, Borges también entra en cuadro con el rostro vuelto hacia el pasado mientras observa las ruinas de una catástrofe y es arrastrado hacia el futuro por el huracán del progreso. En su inadecuación, en su desgarrada impertinencia, encuentra la fórmula para ser un escritor de su tiempo. Se trata de una ponencia que reproduce (con algunos recortes, agregados y modificaciones) la keynote lecture del mismo título que pronuncié en la University of Iowa (2007). La publicación de las actas del coloquio se realizó electrónicamente. Se puede acceder al main site en: http://www.uni-koeln.de/phil-fak/roman/home/ficciones/indice.html O bien, directamente al link que contiene la ponencia: http://kups.ub.uni-koeln.de/volltexte/2008/2585/pdf/15_David_Oubinia.pdf