INVESTIGADORES
MIÑO Carolina Isabel
congresos y reuniones científicas
Título:
Estructura de la vegetación de Selva de Campo San Juan, Misiones, Argentina
Autor/es:
MANUELA EDITH RODRÍGUEZ; ALICIA ELBA CARDOZO; MANUELA RUIZ-DIAZ; CAROLINA ISABEL MIÑO; ALBERTO MARTÍN GOCHEZ
Lugar:
Facultad de Ciencias Exactas, Quimicas y Naturales, Universidad Nacional de Misiones, Posadas, Misiones, Argentina
Reunión:
Jornada; II JORNADAS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICO-TECNOLÓGICAS DE LA SECRETARÍA GENERAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA; IV JORNADAS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICO-TECNOLÓGICAS; 2003
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Misiones
Resumen:
Dentro de Campo San Juan, el área estudiada representa fitogeográficamente al Distrito Fluvial (Martínez-Crovetto, 1963). Con exepción de los trabajos realizados por Martínez-Crovetto (1963) y Cabrera (1976), se desconoce la dinámica y composición actual de estas comunidades vegetales y la información existente sobre aspectos fitosociológicos, florísticos y de diversidad es fragmentaria (Fontana, 1996; Eskuche, 1984, 1986; Cardozo y Rodríguez, 2001). El objetivo del presente trabajo es determinar la estructura y composición florística de fragmentos de selva. En correspondencia con las particularidades del paisaje, se ubicaron cinco parcelas paralelas a las cotas del terreno (entre 75 y 164 m s.n.m.), abarcando una superficie total de 0,33 ha. En cada una de las parcelas se censaron los árboles con diámetros a la altura de pecho (DAP) > 5 cm, se registraron para cada individuo las siguientes variables: especie, ubicación relativa a la transecta, Diámetro a la Altura de la Base (DAB), Diámetro a la Altura de Pecho (DAP) y altura total. Se estimaron los índices de constancia, densidad, dominancia, frecuencia, valor de importancia y diversidad de Shannon. Los ordenamientos (análisis recíprocos o de correspondencia CA) y la clasificación (índice de Sorensen y grupos promedio) se realizaron con el software PC Ord 3.0. Se censaron 413 individuos, que representan una densidad de 1251 árboles/ha y un valor de diversidad total de 3,73. El análisis fitosociológico reveló la presencia de 76 especies pertenecientes a 23 familias botánicas. Las familias más representadas son Myrtaceae y Fabaceae. Las especies con mayor valor de importancia son Eugenia uniflora, Patagonula americana, Luehea divaricata y Plinia rivularis. Las especies con mayor densidad son Eugenia uniflora (96,97 árboles/ha), Sorocea bondplandii (87,88 árboles/ha) y Lonchocarpus muehlbergianus (84,85 árboles/ha). El 64% de los individuos alcanzaron los 10 m de altura y la distribución de frecuencias de DAP evidenció que el 72% de los individuos presentaron diámetros inferiores a 15 cm. El ordenamiento de las parcelas en base a la densidad de especies discriminó entre parcelas ubicadas en terrenos con depósitos aluviales, a unos 75 m s.n.m.) y aquellas de suelos pedregosos, con alturas cercanas a los 164 m s.n.m. Las primeras se codificaron arbitrariamente como BR (“Bosque Ribereño”, según Neiff, sine die) y las segundas como SM (“Selvas Marginales”). El análisis de agrupamiento basado en la densidad muestra dos núcleos correspondientes a BR y SM. Las especies de BR con mayor valor de importancia son Lonchocarpus muehlbergianus, Sorocea bondplandii, Nectandra megapotamica y Myrcianthes pungens. Por otra parte, las especies con mayor densidad son Sorocea bondplandii (170,6 árboles/ha), Lonchocarpus muehlbergianus (164,7 árboles/ha) y Cecropia pachystaquya (100 árboles/ha). En SM, las especies con mayor valor de importancia son Eugenia uniflora (31,05), Plinia rivularis (25,11), Patagonula americana (17,4) y Diatenopterix sorbifolia (13,63) y las de mayor densidad son Eugenia uniflora (15,71 árbole/ha) y Plinia rivularis (14,14 árboles/ha). En la tabla 1 se presentan las especies características del Bosque Ribereño y de la Selva Marginal. Los resultados indican que fisionómica y estructuralmente la vegetación se diferencia en dos componentes florísticos. El primero es propio de Bosques Ribereños, cuyas especies son características de suelos húmedos y bajos, y el segundo correspondiente a las Selvas Marginales, asociados a suelos pedregosos y altos. Estas diferencias apoyan lo propuesto por Neiff (sine die) acerca de la importancia de hallar una denominación particular para las comunidades vegetales que marginan los rios y cuya estructura está influenciada por factores tales como el suelo, la geomorfología y la hidrodinámica. Ello requerirá profundizar los conocimientos relacionados con la dinámica poblacional y fitogeográfica de la zona