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La amplia gama de signos clínicos de la enfermedad de Chagas puede explicarse en parte por la heterogeneidad genética de Trypanosoma cruzi y por la distribución de los diferentes clones de parásito en un mismo individuo. Una de las diferencias que presentan las distintas cepas es un marcado tropismo tisular diferencial a los órganos del huésped que puede variar a lo largo de la infección. En el presente trabajo se determinó la distribución y presencia de dos aislamientos de T. cruzi (ambos obtenidos a partir de pacientes con Chagas congénito) en sangre, corazón y músculo esquelético (ME) durante la etapa aguda de la infección experimental (35 días post infección). Se infectaron ratones albino suizos (n=30) con 50 parásitos de cada aislamiento del parásito o con una mezcla de ambos. Su presencia en los diferentes tejidos (sangre, corazón y ME) se determinó por PCR específica para T. cruzi. Se determinó además la cantidad de parásitos. Las alteraciones en corazón y ME se analizaron mediante estudios histopatológicos. Las PCRs específicas para T. cruzi fueron positivas en las muestras de sangre de los tres grupos analizados. El parásito se encontró presente en todas las muestras de músculo cardíaco del grupo infectado con ambas cepas, mientras que sólo en el 50% de los corazones de los ratones infectados con sólo una de ellas. Las muestras de ME, por otro lado, fueron positivas en todos los casos. Los cortes de corazón y ME de los grupos infectados con una cepa presentaron infiltrados inflamatorios leves a moderados. El grupo infectado con ambas cepas presentó intensos infiltrados inflamatorios tanto en corazón como en ME; se observó además la presencia de nidos de amastigotes en ME. Los presentes resultados muestran una distribución tisular del parásito aún en músculo cardíaco desde etapas tempranas de la infección, particularmente en aquellos individuos infectados con una mezcla de ambos aislamientos, lo que cobra importancia para aquellos pacientes de área endémica con alta probabilidad de infecciones mixtas. Por otro lado, la presencia de parásitos en los cortes de ME confirma la importancia de este órgano como reservorio de parásitos.

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