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El próximo 10 de diciembre se cumplirán 25 años del discurso que el presidente Raúl Alfonsín pronunciara ante la Honorable Asamblea Legislativa. Es el primer discurso oficial de la democracia y es, en este sentido, un acto fundacional que marca un sentido, un rumbo. En este trabajo nos proponemos recuperar algunas de las marcas de esas palabras fundantes que colaboraron en construir una concepción unaria de la democracia articulada alrededor de las ideas de república y comunidad. Para ello nos centraremos en el carácter ético y procedimental como argumentos centrales para definir el sentido de la democracia alfonsinista. A partir de descifrar cómo ellos se articulan el discurso presidencia, intentaremos problematizar, y repensar, con la distancia que nos dan estos 25 años, si el desgaste del potencial político de la democracia alfonsinista estaba pre-anunciado en la construcción de un imaginario del orden, la unidad y la estabilidad institucional revelado ya en las líneas de aquel discurso. Un discurso que no deja de ser en sí mismo una práctica política que en su afán de pensar la comunidad política de nuevo y de otra manera, lo hace sobre una concepción de la democracia como garante última de sí misma.

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