BECAS
TRECCO MarÍa BelÉn
congresos y reuniones científicas
Título:
La investigación como parte del proceso de intervención profesional. Estereotipos y requerimientos profesionales y sociales
Autor/es:
MARÍA BELÉN TRECCO
Lugar:
Córdoba Capital
Reunión:
Congreso; XXX Congreso Nacional y VI Encuentro Argentinoy Latinoamericano de Trabajo Social Resistencia y exigibilidad de derechos en la reconfiguración de escenarios sociales 9, 10 y 11 de noviembre de 2023 (Córdoba, Argentina); 2023
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba y el Colegio Profesional de Servicio Social
Resumen:
En la siguiente presentación se exponen los resultados alcanzados en la consulta realizada al universo de profesionales matriculados en el Colegio de Profesionales en Servicio Social de la delegación Villa María, respecto del lugar que ocupa la investigación en la práctica profesional. Mediante un cuestionario autoadministrado y anónimo se indaga en las prácticas investigativas inherentes al proceso de intervención profesional, necesarias para alcanzar un diagnóstico social fundado en los diferentes campos de problemas en los que actúa el trabajador social. Si no es que existe una mirada estereotipada desde los propios profesionales, una autoimagen que de alguna manera aleja la investigación de la intervención, quedando subsumida a ciertos grupos ̈de culto¨ de la academia, con intereses alejados de la población, cuyas necesidades y garantías ciudadanas dan sentido a la existencia profesional. De otro modo, si no fuera mediante la investigación, ¿cómo se apreciaría, distinguiría, describiría interpretaría la singularidad de las situaciones en la particularidad de los contextos? Luego, ¿cómo se articularían los conceptos y los datos en las orientaciones y decisiones profesionales? ¿Cómo se elaboraría la opinión profesional (lo que incluye aspectos metodológicos) y cuáles serían sus contenidos específicos? Para ello se retoma el diálogo y los contrastes en torno de la sinergia entre investigación e intervención, tanto en la formación como en los contextos locales prácticos, recuperando un tema clásico y central del Trabajo Social desde el movimiento de Reconceptualización a esta parte. Sí frente a aquella histórica pregunta respecto de nuestra identidad anclada en el arte, la técnica o la ciencia, consensuamos sobre aquella que nos vincula al campo de las disciplinas científicas, y al grupo de las ciencias sociales, entonces la cuestión quedaría zanjada. Sin embargo, siempre volvemos a ella: Bueno (2013) nos recuerda que la construcción disciplinar es un asunto que nos compromete como colectivo profesional en el Trabajo Social, dada su importancia para la legitimación y el fortalecimiento de la identidad profesional; que también el conocimiento del trabajador social se presenta analíticamente poco profundo y cada vez más orientado al rendimiento (Howe, 1996); que la desprofesionalización y la proletarización de los puestos de trabajo profesionales están atravesados por las tecnologías, la eventual automatización, estandarización, la performance repetitiva y por una salarización en detrimento del ejercicio de la actividad liberal; así como interrogantes en torno a las fuentes que utilizan los colegas en la toma de decisiones, ¿será la experiencia previa, los conceptos teóricos u otros saberes de raigambre no-occidental?Al considerar el perfil del ingresante universitario a la carrera de Trabajo Social, marcado por un predominante deseo de intervenir sobre la realidad social, podría guardar relación con el desarrollo tardío de la investigación en Trabajo Social con respecto a otras Ciencias Sociales. No obstante, resulta una contrariedad si nos detenemos en la propulsora de la institucionalización de la disciplina, Mary E. Richmond, quien desde su libro “Social Diagnosis” formuló una teoría de Trabajo Social apoyada en más de diecisiete años de investigación y experiencia directa de trabajo (Kisnerman, 1998), posibilitando una tendencia actual que considera la práctica del trabajo social basada en la evidencia como una relación virtuosa entre investigación e intervención (Pereñíguez Olmo, 2012).En concordancia con Acevedo y Peralta (2020), la construcción del campo disciplinar requiere que la investigación ocupe un lugar sustantivo y que la intervención se funde en teorías relativas a los objetos sobre los que interviene; Además, es una incumbencia profesional presente en la Ley Federal de Trabajo Social 27072, que alude a la investigación ligada a la producción de conocimientos en trabajo social y la profundización sobre la especificidad profesional y la teoría social (inciso a), la producción de conocimientos teórico-metodológicos para aportar a la intervención profesional en los diferentes campos de acción (inciso b), como para la identificación de factores que inciden en la generación y reproducción de las problemáticas sociales y posibles estrategias de modificación o superación (inciso c). En términos generales, la cuestión a problematizar está presente en los mismos orígenes de la profesionalización, regionalmente en los debates académicos ligados al movimiento de reconceptualización de la profesión, y retomada más recientemente, en el contexto de la reforma educativa de los 90’, con programas que enfatizaron y financiaron procesos de cualificación de recursos humanos docentes, concibiendo la tarea necesariamente articulada a la investigación científica. Por entonces fue influyente la posición de Aquin (1996) entre otros, quienes propusieron pensar en un objeto de intervención y un objeto de investigación diferenciados.En el ámbito académico universitario, y sólo a los fines de un contraste inicial, resulta interesante comparar los reglamentos de trabajo final de grado con eje en la investigación de la Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (Res. HCACETS 192/2013) de la cual egresé, y el de la Universidad Nacional de Villa María (Res. Nº 048/2000 que aprueba el “Reglamento de Trabajo Final de Grado” y las Res. Nº 005/2001; 139/2005 y 156/2008 que modifican y complementan algunos aspectos de la primera), mi actual lugar de trabajo, en los que inicialmente se observa el predominio del quehacer profesional a través de la intervención, y una vinculación más difusa con la investigación. Esta escisión explica en parte lo que señala Falla Ramirez (2014) respecto de una producción propia de conocimiento que resulta escasa, porque desde la misma academia existen concepciones que tienden a una profesionalización limitada, situación que después, en el ejercicio profesional, se perpetúa. En consecuencia, hacer investigación social que aporte conocimientos y permita un mejor abordaje de la realidad parece no considerarse un aspecto clave del espacio profesional.Sobre estos aspectos problemáticos ahondaremos en la trama profesional procurando una mejor comprensión del sentido de la investigación social en el Trabajo Social.