BECAS
REINOSO Paula Daniela
congresos y reuniones científicas
Título:
Desescalar la mirada: una propuesta teórico metodológica para el análisis de los conflictos sociales
Autor/es:
REINOSO, PAULA DANIELA; AVALLE, GERARDO; CACCIA, ANA CLARA
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Congreso; III Encuentro Internacional de Etnografías Colaborativas y Comprometidas. Biopolíticas, movilidades, poscolonialismos; 2023
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Cuyo
Resumen:
La presente ponencia tiene como objetivo contribuir al debate de los estudios sobre los conflictos sociales contemporáneos a partir de una propuesta teórico-metodológica que hemos ido construyendo a lo largo de varios años en el marco del desarrollo de una tesis doctoral y de líneas de investigación colectivas particularmente en la provincia de Córdoba. La tesis mencionada tuvo como propósito indagar, analizar y comprender la configuración de territorialidades en disputa en el marco de la recuperación y defensa del territorio de Cochatalasacate en el Valle de Punilla, provincia de Córdoba, en la actualidad. Trabajamos particularmente lo que llamamos “la cuestión de la tierra” a partir de/con la experiencia de ocupación y defensa de uno de los territorios ancestrales de la comunidad Ticas del pueblo nación comechingón en un contexto de lo que algunos autores y autoras llamaron “reemergencia indígena” entrados los años 90’.Allí nos situamos en un escenario donde -sobre todo- a partir del 2015 el territorio se vio atravesado por conflictos con agentes inmobiliarios y gobiernos locales en el marco de un fuerte avance de la frontera urbana, la construcción, el desmonte, la invasión al territorio, la compra-venta de terrenos de manera ilegal, apertura de calles, entre otras cosas. En ese devenir se vienen tramando procesos organizativos donde confluyen integrantes de la comunidad, vecinos y vecinas del barrio y que resisten esos “embates”, a la vez que van construyendo nuevas formas de relacionarse con el territorio y resolviendo de manera colaborativa las problemáticas y necesidades que se presentan a través de diversas estrategias y formas, que llamamos r-existencias (Escobar, 2014; Porto-Gonçalves, 2015 y Porto-Goncalves, Hocsman y Arach, 2016).Con todo ello, y acorde a nuestros objetivos de investigación, nuestra apuesta fue la de contribuir a un conocimiento transdisciplinario desde enfoque de la teoría social que problematice o ponga en tensión las lógicas de demarcación disciplinarias, intentando articular elementos de la geografía, antropología, historia, sociología y ciencia política. Es decir, abordar la dimensión espacial de temas sociales, cuyo enfoque ha sido más común en ciencias sociales desde la dimensión temporal. Este énfasis en lo socioespacial ocurre en el marco de lo que algunos autores han llamado el giro espacial (Soja, 1997) o el giro territorial latinoamericano (Betancourt, 2015) a partir de las lecturas de Foucault y Lefebvre en las cuales las categorías tiempo y espacio se reconocen como “básicas de la existencia humana” (Harvey, 1990: 225). Particularmente tomamos algunos debates de la geografía crítica y el pensamiento político latinoamericano (Sack, 1983; Raffestin, 1987, 1993; Santos, 1990, 1996; Soja, 1997; Haesbaert, 1997, 2002, 2004; Porto-Gonçalves, 2015; Betancourt, Hurtado y Porto-Gonçalves, 2013; y otros) para pensar los territorios de manera procesual e integral en un sistema-mundo capitalista-colonial-patriarcal. Con estas reflexiones, intentamos problematizar o alejarnos de perspectivas que han congelado espacio o tiempo y, por el contrario, asumimos una comprensión de los procesos y conflictos territoriales en su historia de larga-mediana-corta duración. En este marco, el ejercicio epistémico de pensar desde/ con los sujetos y desde/en los territorios, implica un enfoque que propone una lectura transversal y estructural a la conflictividad local. En ese sentido, la noción de territorio nos abre una puerta para reflexionar sobre ese devenir y esa dinámica social en la dialéctica entre lo material y lo simbólico, y configurándose como una espacialidad que aparece como producto y en conflicto permanente. Esto implica pensar las relaciones que se establecen entre los planos objetivos y subjetivos de la realidad social, los cuales son constituyentes de la historicidad del movimiento de la realidad. Asimismo, significa terminar con cualquier visión determinista y lineal de la historia, y en cambio, proponer una visión en la cual la realidad se presenta como un campo abierto de condiciones de posibilidad en el cual la autonomía del sujeto se pone en juego en relación a las condiciones que lo conforman (Zemelman, 2011). Con todo ello, nuestro desafío fue pensar una propuesta teórico-metodológica para el análisis de los conflictos sociales contemporáneos en el marco de una dinámica global de producción del espacio, que nos obligó a desplazarnos teórica y empíricamente en diversas “escalas” espaciotemporales en periodos de conflictividad de corta-mediana y larga duración. Eso nos llevó a construir un abordaje del problema que, lejos de los purismos metodológicos, combine una estrategia predominantemente cualitativa, con algunas herramientas cuantitativas de análisis.En esa línea, nuestra investigación se enmarca en la perspectiva de diseños flexibles, lo que nos permitió reformular nuestras preguntas y ponerlas en diálogo y tensión con nuestros propios marcos conceptuales. De este modo, para lograr nuestro objetivo incorporamos un anudamiento de estrategias acordes a cada “escala” de análisis espacio temporal (pasado-presente-futuro y regional-nacional-local) que se fueron tejiendo y fuimos incorporando herramientas de construcción y análisis de los datos diferentes en cada escala acorde a los modos en que los datos se organizan, se presentan, o narran. Para reconstruir la “cuestión de la tierra” y las luchas por el territorio a nivel regional-nacional, construimos un marco analítico que nos ayude a mirar el tema, siempre en diálogo con lo que nos iba mostrando el “campo”. En ese escenario pasamos a pensar a pensar el escenario provincial (Valle de Punilla, Córdoba), para lo cual nos propusimos indagar sobre la formación socioespacial (FSE) y sus transformaciones a lo largo del espaciotiempo, hasta la conformación del ordenamiento territorial (OT) actual. Luego nos propusimos detener la mirada allí y pensar la conflictividad que atraviesa esa FSE del presente y que identificamos en tres ejes o modos/momentos de manifestación: lo ambiental, habitacional y productivo y lo ancestral. Para ello recurrimos al análisis documental, sistematización y análisis de informes de gobierno, así como notas periodísticas, comunicados de las organizaciones en conflictos y datos estadísticos disponibles. Eso nos permitió reconstruir la trama de conflictividad que atraviesa el valle de Punilla en la cual la experiencia de recuperación y defensa de Cochatalasacate tiene lugar, llevando una “específica recolección documental” que da cuenta no tanto del tiempo como algo pasado, sino como la sucesión y condensación de eventos en el presente (OT). Es decir, nos permitió comprender esa experiencia en sus condiciones de posibilidad y no de manera aislada o individualizada. De esta manera, desescalamos hacia el proceso de ocupación y defensa del territorio de Cochatalasacate que nos ayuda a pensar la cuestión y la lucha por los territorios en contextos específicos a partir de los discursos y prácticas de los sujetos/colectivos en lucha. Así, indagamos sobre los modos de recuperación, apropiación y recuperación del territorio ancestral e hicimos el ejercicio de identificar cómo se desplegan y condensan los OT que identificamos anteriormente, a partir de la recuperación de la memoria territorial. A partir de esas reflexiones y teniendo en cuenta esa trama regional, pasamos a indagar en ese escenario más local cómo el par conflicto/conflictividad que atraviesa el OT actual y la trama dominación/r-existencias se hace presente en las prácticas y discursos de los sujetos y colectivos en lucha. Para “grafiar” situadamente las formas de apropiación territorial, los despojos y violencias, los conflictos y las experiencias y procesos de lucha desde abajo desde la perspectiva de los y las participantes en el proceso de defensa y recuperación de Cochatalasacate, implementamos estrategias etnográficas de construcción de datos como la entrevista en profundidad, la observación participante y el registro de campo, para dar cuenta de los múltiples sentidos que emergen de los discursos. Para su comprensión llevamos a cabo un análisis de contenido de los discursos y la escritura etnográfica que nos permitió poner a conversar una multiplicidad de documentos, entrevistas, observaciones e interpretaciones para producir narrativas etnográficas.El “trabajo de campo” que llevamos a cabo durante el periodo 2018-2021 en el territorio de Cochatalasacate nos llevó a generar una serie de reflexiones en línea con nuestro planteamiento teórico-metodológico. En ese sentido, consideramos importantes y necesarias algunas reflexiones epistémicas sobre los modos de construir conocimiento con comunidades/organizaciones en conflicto. Tal y como reflexiona Baschet (2014) “estamos embarrados en la realidad” y es esa nuestra primera advertencia como investigadoras. Uno de nuestros grandes desafíos, en el marco de una crisis del capitalismo global, advierte Tomadoni (2007), es plantear si el conocimiento científico generado en los centros académicos tiene un sentido crítico que sirva a la emancipación (Soja, 1997; Santos, 2006; Harvey, 2004) o si continuará siendo parte de una cultura caracterizada por el dominio de la naturaleza y la racionalidad tecnocientífica, como sostiene Echeverri (2014). Todo ello nos invita a problematizar y repensar nuestros modos de vincularnos con los sujetos en tanto investigadoras y, particularmente, las formas en las que “accedemos” al campo y reflexionamos junto a otros y otras en el marco de conflictos sociales. En ese sentido, trabajar con comunidades y organizaciones “en conflicto” nos sugiere ciertos desafíos en tanto nos plantea un compromiso y responsabilidad ético-política y el desafío de construir vínculos de reciprocidad, de modo de no reproducir lógicas jerárquicas o de poder en el relacionamiento ni de objetivar a las personas. La construcción de confianza, la reducción de incertidumbres y medios, la comprensión de históricos daños que atraviesan los cuerpos de las y los sujetos, la lectura de los tiempos y las urgencias de los territorios, la permanente comunicación, generación de acuerdos y negociación con los sujetos, etc. han sido prácticas inherentes a todo el proceso. Con todo ello, en un escenario donde “se multiplican las trampas que obligan a vivir en la urgencia permanente, sin más perspectiva que la adaptación ineluctable a unos procesos globalizados que nadie puede modificar” (Baschet, 2014: 9) creemos, que nuestra humilde tarea como investigadoras es preguntarnos -junto a otros y otras- por la posibilidad de reconstruir, formular y legitimar alternativas para una sociedad más justa y libre. Ello amerita reflexionar sobre el contexto intelectual en pos de construir nuevas formas de conocimiento que permitan colocar a las personas/grupos sociales en el centro de sus historias; dicho de otra forma, entenderlas como sujetos políticos e histórico-concretos, capaces de construir la realidad social en un marco de posibles.Lo que proponemos en definitiva es recuperar saberes y prácticas que se encuentran al margen de la sociedad, tratando de recobrar su fuerza creadora y autónoma (Zibechi, 2007) a partir de ponerlos en diálogo con sus condiciones de posibilidad. La apuesta implica a su vez, pensar en escalas – locales, nacionales y globales – y articular los diferentes proyectos en ellas, porque, así como “las relaciones de poder tienen múltiples espacialidades sociales y geográficas, de igual modo las emancipaciones” (Santos en Domínguez, 2009: 327).