BECAS
GOMARIZ TomÁs Manuel
congresos y reuniones científicas
Título:
El materialismo queer de Leo Bersani: divergencias con la propuesta de Judith Butler
Autor/es:
SUZZI, GUILLERMO; GOMARIZ, TOMÁS; ARÉVALO, LUCIANO; MARTÍNEZ, ARIEL
Lugar:
La Plata
Reunión:
Congreso; I Congreso Internacional de Psicología; 2023
Institución organizadora:
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de La Plata
Resumen:
El presente trabajo forma parte del desarrollo de una de las líneas de indagación contenidas en el proyecto de investigación ‘Nuevos materialismos feministas no fundacionalistas. Contribuciones no antropocéntricas para un enfoque renovado sobre el cuerpo, la naturaleza y la diferencia sexual’ (SeCyT, UNLP). Su propósito general consiste en profundizar los aportes de aquellos feminismos que esgrimen fuertes críticas contra aquellas propuestas que adoptan exclusivamente enfoques socio-discursivos o lingüísticos cuando se trata de pensar el cuerpo o la diferencia sexual. Los intentos de reflexionar en torno a estas categorías, sorteando la amenaza de viejos esencialismos, ha propiciado la emergencia de miradas creativas y renovadas sobre la materialidad que vuelven a la ontología. En este marco, el presente trabajo explora la mirada singular de Leo Bersani respecto de la identidad homosexual. Para ello, realizamos un análisis de contenido cualitativo de Homos (1998), obra capital del autor norteamericano que plasma una irreverente perturbación de ciertos preceptos ampliamente aceptados de aquella teoría queer que, de la mano de Judith Butler, y a caballo de la noción de performatividad de género, ha hegemonizado en el campo académico y político las claves para pensar el género y la sexualidad. Esta vertiente de la teoría queer prioriza las identidades y las corporalidades como efectos normativos. Ante el justificado temor teórico y político al esencialismo, esta mirada no admite la postulación de un registro no reductible al lenguaje. Frente a la pérdida de radicalidad de la crítica a la que esta perspectiva podría conducir, el tono contestatario de Bersani, junto a la postulación de la ‘homocidad’ como aquello inasimilable por los marcos discursivos, resulta un foco de interés en torno a las sexualidades capaz de ser pensado bajo las claves ontológicas de los nuevos materialismos contemporáneos.Bersani considera la identidad como una operación de poder, un proyecto disciplinario, una herramienta al servicio de la identificación y la inmovilización. Sin embargo, afirma que la crítica de la identidad en la teoría feminista y queer es, en última instancia, destructiva en lugar de liberadora. En la fuente de este rechazo de la identidad se ubica el temor de que la visibilidad social implique disciplina y castigo. De este modo, a contrapelo de la vía teórico-política impulsada por el canon teórico queer, cuyas estrategias principales apuntan a diluciones y desdibujamientos de las identidades sexo-genéricas, Bersani apuesta por la afirmación de la identidad homosexual. En esta dirección –y tal es el aporte original de nuestro autor– la perspectiva delineada en Homos no busca subvertir la norma oponiendo a la heterosexualidad la homosexualidad que prevén las políticas de visibilización gay y las identificaciones paródicas antinormativas queer. La homocidad, señala Bersani, alude a otra dimensión, próxima a las conceptualizaciones freudianas de la sexualidad en ‘Tres ensayos de teoría sexual’.De este modo, el recurso al psicoanálisis puesto en forma por Bersani recupera lo que bajo su mirada constituye el primer gran intento teórico de desexualizar el placer, estableciendo una genealogía alternativa para la Historia de la sexualidad de Foucault (1976). Bajo la lente de nuestro autor, con mucha antelación al pensador francés, Freud plantea la posibilidad de disolver toda la noción de sexo en una reorganización de los placeres corporales. La noción de sexualidad se ve asociada a una desgenitalización de intesidades eróticas, alejada de los fenómenos que se habían entendido como específicamente sexuales. La homocidad se aproxima así a lo que Freud atribuye no sólo a toda la superficie del cuerpo y todos los órganos internos, sino también a cualquier actividad y estado mental o proceso afectivo que produzcan cierto grado de intensidad en el organismo y al hacerlo perturben momentáneamente la organización psíquica. La homocidad, entonces, antes que a una identidad normativa o antinormativa, parece conducir a una movilidad capaz de perturbar cualquier organización psíquica. A modo de reflexiones finales, afirmamos que la potencia de Homos radica en que su propuesta asume el riesgo de transitar por la cornisa del esencialismo. Por un lado, esto le permite volver a nociones psicoanalíticas en torno a la sexualidad que hacen posible repensar la identidad desde una mordaz crítica que no elige la vía del desmantelamiento del género en las versiones de Butler (1990) y Wittig (1992). Por otro lado, este interés de Bersani por “explorar los vínculos entre una sexualidad específica, una movilidad psíquica y una política potencialmente radical” (Bersani, 1998: 69) nos permite tender puentes con nociones de sexualidad no reductibles al lenguaje y, así, con una perspectiva más general que entiende que la radicalidad de la crítica queer extrae su fuerza de un registro material que, al no ser reductible al poder normativo, ofrece un límite taxativo a la matriz heteronormativa.