BECAS
OLAZÁBAL Julia
congresos y reuniones científicas
Título:
Vivir a la “sombra” de un genio: el caso de Sofía Andréievna Behrs
Autor/es:
OLAZÁBAL, JULIA
Reunión:
Jornada; XV Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres/ X Congreso Iberoamericano de Estudios de Género; 2023
Resumen:
“Proclamó, como siempre, que estaba en contra de la emancipación femenina y de la llamada “igualdad de derechos”, pero fue más allá y afirmó que, al margen del trabajo al que una mujer pueda dedicarse- la enseñanza, la medicina, el arte-, ellas sólo servían realmente para una cosa, y esa cosa era el sexo. Así que, lucharan por lo que lucharan, todos sus esfuerzos quedarían reducidos a cenizas”. Sofía Andréievna Behrs- Diarios, 18 de febrero de 1898Es bien sabido que las relaciones entre hombres y mujeres, así como las formas en que se han concebido y entendido los roles de género, han variado en las sociedades de lo largo del tiempo. Si aún hoy- en muchos aspectos- es difícil ser mujer en varias partes del mundo, imaginemos lo que fue serlo en el siglo XIX, en una sociedad como la de la Rusia Imperial. Allí, hasta bien entrado el siglo XX (o al menos hasta la Revolución de 1917) pervivieron formas de relaciones maritales y paterno-filiales marcadas por un fuerte patriarcalismo, en el sentido tradicional del concepto: la autoridad del padre sobre los hijos y sobre la mujer. Para complejizar el retrato hasta aquí planteado, imaginemos a una mujer que no sólo pertenecía a una de las familias nobles más encumbradas de la época, sino que además estaba casada con uno de los escritores más reconocidos del momento, considerado como un verdadero genio de la literatura universal. Esa mujer era Sofía Andréievna Behrs. Tal vez su nombre de soltera no nos diga nada, pero si agregamos Tolstaya, ya sabremos que nos estamos refiriendo a la esposa de Lev Nicolaévich Tolstóy. Que las mujeres en Rusia tomaran (y tomen al día de hoy) el patronímico y el apellido de los hombres (primero el de su padre, luego el de sus esposos) en su forma femenina no es casual. Ello refleja y da cuenta de una cosmovisión, de siglos de ideas y formas de entender el mundo, de ordenarlo. En ese orden, no siempre justo, muchas de ellas han quedado relegadas (como en este caso) a la sombra de sus maridos, al mote de ser “la mujer de”. Sin embargo, en los últimos años, y en el caso particular que será analizado en este trabajo, son cada vez más importantes los estudios que proponen “descubrir” y reivindicar a aquellas mujeres que- hasta este momento- no habían podido contar su propia historia, ya sea porque en muchos casos no dejaron vestigios, o porque simplemente no eran un tema atractivo de investigación.Dar voz a quienes durante muchos años no la tuvieron es sin dudas una de las premisas dentro de la ciencia histórica de los últimos años. La renovación historiográfica ha permitido que, desde el campo de la Historia Cultural en general, y de la Historia de las Mujeres, de las Infancias, entre muchas otras especificidades, se abriera un mundo de posibilidades para estudios sumamente amplio y rico, que nos permite complejizar las formas de entender las sociedades pasadas, en definitiva, las formas en las que se relacionaron los sujetos. Una de las formas de llegar a ellas es a través de las historias de vida de estos personajes. En este sentido, adentrarnos en vidas particulares implica hacer uso del método biográfico, mediante el cual se intenta recuperar no sólo esas historias de vida de las personas o hechos específicos de las mismas, sino también la “trama de significados”- como proponía Clifford Geertz - en las que éstas se insertan por formar parte una determinada cultura. Relacionado con esta cuestión, deberemos entonces revisar someramente algunos aspectos de la “cultura rusa”, que nos permitirán comprender las formas en las que transcurría la vida marital y familiar de Sofía Behrs en un período de cambios sociales, políticos y económicos como los que se dieron a mediados del siglo XIX. Ello nos mostrará no sólo los cambios sino también las permanencias que en ella se suscitaron a partir del modo en que Rusia interactuó con la Modernidad europea. En conexión con la premisa anterior, diremos que ha habido un fuerte debate (aún no cerrado) entre lo que significa el concepto de “cultura rusa” y las formas en las que se pensó dicho país en relación a Europa. Ello no es menor si tenemos en cuenta que esas relaciones de centro y periferia marcaron indiscutiblemente a las personas y sus ideas, a las formas en las que se pensaron, y actuaron. A medida que se avance en el análisis, veremos que Sofía Andréievna Behrs (Prokóvskoie- Stréshnevo, 1844- Yasnaya Polyana, 1919) no fue sólo la mujer de Lev Tolstóy. Casada desde temprana edad (ella era una joven de dieciocho años y él un hombre de treinta y cuatro cuando se conocieron), fue madre y esposa, como lo dictaba la costumbre para las mujeres de su posición social, dedicada al cuidado de la casa y de sus trece hijos. Se encargaba, además, de realizar las transcripciones de las grandes novelas y de los diarios de su marido, lo cual la escandalizó más de una vez. Pero también fue una mujer con múltiples intereses e inquietudes que iban más allá de lo que se esperaba de ella: “Enamorarse y seguir adelante no ha sido difícil. Yo nunca me he quedado parada, siempre he mirado al frente, sin vacilar. Ahora, una vez casada, debería reconocer que todos mis sueños anteriores eran absurdos, tendría que renunciar a ellos. Pero no soy capaz”. Este pequeño fragmento, extraído de sus Diarios, nos deja entrever que se trataba de una mujer con fuertes convecciones, las que no dejaría tan fácilmente en su vida matrimonial. Aficionada a la escritura y la fotografía, muchos de los retratos de la vida cotidiana de la familia Tolstóy los conocemos por su mirada y su pluma. Por lo antes dicho, la presente ponencia tiene por objetivo principal adentrarnos en el mundo de Sofía, en su vida y su obra, en la complejidad de sus pensamientos y sentimientos, no sólo para conocer sobre ella, sino para darle la luz y salir de la penumbra en la que estuvo sumergida durante mucho tiempo. Paralelamente, se intentará dar respuesta a algunos de los siguientes interrogantes: ¿de qué modo se manifestaban los deseos particulares de esta mujer frente a los roles de género propios de su condición social? ¿Cómo era vivir a la “sombra” de un genio? ¿Cuáles fueron las impresiones que Sofía plasmó en sus escritos? ¿Cómo pensaba las relacionas entre hombres y mujeres? ¿Y sobre la familia y la crianza? Para buscar algunas respuestas, se recurrirán los diarios personales de la escritora, así como a su novela ¿De quién es la culpa?, la cual fue publicada de forma póstuma. En este sentido, la literatura constituye una de las fuentes más ricas y fascinantes para abordar esta temática. En principio, porque permite leer no sólo el contenido en sí, sino también una lectura “entre líneas” de todas aquellas cosas que -en un contexto de censura- sólo podían decirse a través de la ficción. Por otra parte, otro de los puntos interesantes es que se trata de uno de los textos que ha sido traducido al español recientemente (en el año 2019), por lo que se trata de una novela poco conocida en nuestra región. Finalmente, valga este pequeño intento de reivindicar, a través de estas breves páginas, el lugar que realmente ocupó Sofía Behrs como una mujer con muchas contradicciones, propias de ese mundo de ideas en transformación, con intereses y deseos, y no sólo como “la esposa de” en la vida de su marido.