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Nos proponemos analizar las dificultades que se presentan en el acceso a derechos sociales por parte de grupos migrantes de países limítrofes en Argentina, particularmente en lo que respecta a mujeres provenientes del mundo andino de Bolivia, en relación al campo de la justicia. A partir de diferentes situaciones problemáticas y de violencias hacia las mujeres, en la relación con organismos estatales y su propia comunidad, proponemos una reflexión situada en el campo de los estudios migratorios y el pluralismo jurídico, desde una perspectiva intercultural crítica. En términos generales, para las mujeres andinas que hablan el quechua como lengua materna el tránsito por las instituciones mencionadas suele ser una odisea un trayecto dificultoso por las barreras simbólicas e idiomáticas, lo cual se agrava en los casos que llegan a la justicia estatal. Si bien en el caso de Chubut existe la normativa que encuadra la figura de los traductores, no se cuenta con idóneos o profesionales en lengua quechua registrados como peritos. Asimismo debemos considerar el contexto social regional donde desarrollan las experiencias de vida las mujeres andinas provenientes de Bolivia: un contexto urbano en el que predomina el extractivismo petrolero con sus múltiples formas de desigualdades sociales. Ante cada boom petrolero se acrecienta la llegada de diversos grupos de migrantes atraídos por las posibilidades de trabajo. En la última expansión que tuvo la ciudad entre 2004-2014, se asentaron en las ciudades de la cuenca petrolera, grupos migrantes provenientes de distintas regiones de Bolivia, pero fundamentalmente andinos de zonas rurales de la región de Cochabamba. Nos interesa reparar en las distancias sociales entre ambos mundos: el petrolero y el andino, ya que considerarlas nos permite analizar las trayectorias de vida del grupo de mujeres andinas, con quienes venimos reconstruyendo sus itinerarios y dificultades en el ejercicio pleno de derechos.

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