BECAS
GOMEZ SANCHEZ Jessica Carolina
congresos y reuniones científicas
Título:
CONSIDERACIONES SOBRE LA EVOLUCIÓN TECTO-SEDIMENTARIA DE LA SUCESIÓN HIRNANTIANO-SILÚRICO DE LA PRECORDILLERA CENTRAL DE SAN JUAN. SU RELACIÓN CON EL DENOMINADO ALTO DEL TAMBOLAR.
Autor/es:
PERALTA SILVIO; JESSICA GOMEZ
Lugar:
Chubut
Reunión:
Congreso; XXI CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO; 2022
Resumen:
En la Precordillera Central de San Juan, la sucesión del Hirnantiano-Silúrico esta representada por depósitos marinos de plataforma del Grupo Tucunuco, su equivalente Formación Tambolar y Formación Los Bretes como equivalente de la Formación La Chilca. Grupo está integrado por las Formaciones La Chilca (Hirnantiano-Wenlockiano temprano) y Los Espejos (Wenlokiano medio-Pridoliano) (Cuerda, 1969), cuya edad se extiende desde el Hirnantinano hasta el Pridoliano. Esta sucesión yace en discordancia erosiva paraconcordante sobre depósitos marinos ordovícicos de diversa naturaleza y litología. A su vez el Grupo Tucunuco es cubierto en paraconcordancia por depósitos transgresivos de plataforma del Grupo Gualilán, del Devónico. La propuesta del Alto del Tambolar como elemento de control tecto-sedimentario para la cuenca “silúrica” de la Precordillera Central, fue instituida por Bracaccini (1949), y algunos autores han seguido esta idea en diversos estudios sobre la evolución de dicha sucesión. Desde el punto de vista secuencial, las formaciones La Chilca y Los Espejos constituyen pares regresivos asimétricos con carácter de parasecuencias, limitadas por superficies transgresivas (“flooding surface”) evidenciadas por marcados saltos lito-biofaciales, y con frecuencia por niveles condesados ferro-fosfáticos. En el contexto de la cuenca del Silúrico-Devónico de Precordillera (Cuerda y Baldis, 1975) interpretan el duplo depositacional integrado por los Grupos Tucunuco y Gualilán como un ciclo sedimentario (Ciclo 3), limitado por discontinuidades estratigráficas de carácter regional.La cuenca silúrica de Precordillera es interpretada por Ramos et al. (1986) como cuenca de Antepaís, en posición de retroarco, mientras que Astini y Maretto (1996) considera como cuenca de Antepaís periférico. Estos últimos autores, al analizar la evolución tecto-sedimenaria y geotectónica del Paleozoico Medio de Precordillera, concluyen que la discordancia entre las unidades del Silúrico y Devónico, se relaciona con el hiato erosivo asociado al levantamiento del Alto del Tambolar. Los mencionados autores interpretan estos movimientos como de naturaleza distensiva, que afectaron al margen oriental de la Precordillera, generando la mélange sedimentaria Rinconada/Mogotes Negros, para los que proponen el nombre de fase Tucunuco, al considerarlos responsables de la paleogeografía del grupo homónimo. Este autor reconoce dos eventos diastróficos, separados por el Grupo Gualilán (Devónico); el primero de carácter contraccional acaecido en el Silúrico tardío-Devónico basal, al que denomina Fase Precordillerana; al segundo lo asocia con la fase Chánica, acaecida en el Devónico medio-superior. Estudios realizados en la última década han permitido nuevos datos en la evolución tecto-sedimentaria de la sucesión del Hirnantiano-Silúrico en consideración, lo que ha conducido a un conocimiento más preciso de sus aspectos lito y bioestratigráficos, sedimentológicos, tecto-sedimentarios y paleogeográficos. En este contexto, Peralta et al. (1997) destacan en la Precordillera Central, el marcado cambio de facies hacia el sur de la Formación La Chilca, a la pelitas basales de la Formación Tambolar en el área del Río San Juan (Peralta et al., 1997); y hacia el sur y oeste, a la sucesión de pelitas verdes y moradas de la Formación Los Bretes (Peralta, 2007). Peralta (2006) interpreta el arreglo regresivo de las dos formaciones que integran el Grupo Tucunuco, y su relación con sucesivos eventos de regresiones forzadas en un contexto de un modelo de tectónica extensional. Posteriormente, Peralta (2013) destaca e interpreta en el ámbito de la Precordillera Central, los procesos de acuñamiento lateral hacia el sur, de las Formaciones La Chilca y Los Espejos, desde el área del río Jáchal, al norte, hasta el área del Río San Juan, al sur. El acuñamiento hacia el sur de la Formación La Chilca está reflejado en espesores de 100 a 150 m en el área de Jáchal-Cerro La Chilca, 20-40 m en el área de Talacasto-Gualilán, 1-2 m con sus equivalentes basales de la Formación Tambolar, y 25 m de su correlativa Formación Los Bretes, en el área de Pachaco en el Río San Juan. Igualmente ocurre para la Formación Los Espejos, cuyos espesor varían desde más de 350 m en el área de Gualilán y Cerro La Chilca, a unos 70 m en la sección del Tambolar, área del Río San Juan (Peralta y Carter, 1990; Peralta et al., 1997). Ello sería el resultado del basculamiento hacia el norte, del denominado arco del Tambolar, lo cual encuentra sustento en el mayor espesor de la sucesión Hirnantiano-Silúrico en el sector norte (Jáchal) de la cuenca, respecto al sector sur de la misma. También el carácter más somero de la aludida sucesión en el sector sur (Tambolar-Pachaco) respecto al sector norte, es consistente con la presencia de estructuras sedimentarias, físicas y paleobiológicas, como es el caso de asociaciones de icnofacies registradas en la Formación Tambolar Peralta y Carter (1990), y con la asociación de braquiópodos de la Fauna de Leangella descripta por Benedetto y Franciosi (1998).