CERZOS   05458
CENTRO DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES DE LA ZONA SEMIARIDA
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
El compostaje para el cultivo de hongos comestibles. Caso de estudio sobre la cáscara de girasol.
Autor/es:
GONZÁLEZ MATUTE, RAMIRO; CURVETTO, NÉSTOR
Libro:
Compostaje en Argentina: producción, calidad y uso
Editorial:
Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo
Referencias:
Año: 2009;
Resumen:
Los hongos del género Agaricus, entre ellos distintas variedades y especies
como ser el champiñón de París (A. bisporus var. blanca), portobello (A.
bisporus var. marrón) y champiñón brasileño (A. blazei), son
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
bisporus var. marrón) y champiñón brasileño (A. blazei), son
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
bisporus var. marrón) y champiñón brasileño (A. blazei), son
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
bisporus var. marrón) y champiñón brasileño (A. blazei), son
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
como ser el champiñón de París (A. bisporus var. blanca), portobello (A.
bisporus var. marrón) y champiñón brasileño (A. blazei), son
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
bisporus var. marrón) y champiñón brasileño (A. blazei), son
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
bisporus var. marrón) y champiñón brasileño (A. blazei), son
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
del material en compostaje y que fuera de fácil manejo para realizar los
volteos programados del mismo. A los efectos de seguir su evolución se
registró la temperatura, la humedad, el pH, la conductividad eléctrica y se
determinaron los porcentajes de materia orgánica, fibra total, contenido
celular, cenizas, celulosa, hemicelulosa, lignina, C y N. Al final del proceso, se
obtuvo un sustrato compostado adecuado para el cultivo de champiñones, en
tiempo y forma que resultaron similares a los empleados con sistemas
industriales, i.e. a mayor escala y además con las características óptimas
descriptas para el cultivo de Agaricus spp.
descomponedores secundarios y, por ello, su cultivo requiere una adecuación
por compostaje del material de partida (MP) para obtener un sustrato
selectivo para ellos. Este paso crítico se logra favoreciendo y controlando el
crecimiento en sucesión de los microorganismos presentes en el MP que
integra la formulación. Este compostaje para el cultivo de hongos consiste en
dos fases: la primera generalmente se realiza en el exterior, y la otra, en
ambientes internos controlados. Son muchos los materiales lignocelulósicos
empleados para el cultivo de hongos. Uno de ellos es la cáscara de girasol
(CG) que es un residuo abundante de la industria aceitera y de difícil
disposición. Es así que hemos usado este material con éxito para el cultivo de
diferentes hongos comestibles y medicinales que son descomponedores
primarios, es decir que no requieren esa selectividad que demandan los
champiñones, obtenible por compostaje. Por ello para este último caso
estudiamos la inclusión de la CG en el MP y desarrollamos para esa finalidad
un sistema a pequeña escala consistente en un tanque de plástico para
almacenamiento de agua adaptado, que permitiera una aireación adecuada
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