Regulaciones e intervenciones de la tolerancia: la prostituta reglamentada como mujer pública

DAIN MARIANA Y OTERO ROMINA

Discurso social y construcción de identidades: mujer y género. 2004.

Ediciones del Programa de Discurso Social. Centro de Estudios Avanzados. U.N.C

Año: 2004; p. 165 - 179

Las regulaciones impuestas al ejercicio de la prostitución significaron un cambio fundamental en el tratamiento que las autoridades dieron al tema. En Córdoba, como en otras ciudades del país, la presencia de la prostitución no constituía en sí misma una novedad; aquélla era una entre las muchas actividades que ejercían, de modo alternativo o permanente, mujeres de los sectores populares. Sin embargo, la prostitución emergió a fines del siglo XIX como un objeto de intervención dentro del marco delineado por las problemáticas urbanas; objeto que fue definido por los distintos discursos de la época como un peligro -sea latente o presente- que afectaba las distintas esferas de la vida social. La construcción de la prostitución como un problema que revestía las características del peligro y que, por lo tanto, debía ser controlado, fue producto de la convergencia de ansiedades disímiles referidas tanto al presente como al futuro de la nación, tanto a la moral como a la salud de sus ciudadanos.La prostitución quedó configurada en sus diferentes facetas como un núcleo problemático de urgente solución. Las reglamentaciones del comercio sexual, que vinieron a atender aquellas urgencias, se recortaron sobre ese fondo común de representaciones del peligro engendrado por la prostitución. Las inquietudes morales, sociales, sanitarias y de género presentes en aquellos discursos penetraron la legislación, recibiendo así, además de la sanción social, la sanción jurídica. Pero las ordenanzas no fueron únicamente el resumen o la condensación de las preocupaciones que suscitaba en Córdoba el comercio sexual, sino que ellas marcaron también momentos de cristalización de las relaciones de fuerza en los cuales los sectores dirigentes de la sociedad acordaron un tratamiento para el problema en cuestión. La legalización de la prostitución fue, a partir de 1883, la forma escogida para neutralizar los efectos negativos de la actividad; sin embargo, su sanción no puede ser comprendida aisladamente. Durante el período analizado, el espacio municipal fue objeto de continuas regulaciones -plasmadas en un vasto conjunto de ordenanzas y decretos municipales, y edictos policiales- que pretendieron encauzar las transformaciones urbanas que estaban aconteciendo. En tal sentido, las reglamentaciones sobre el comercio sexual forman parte de un denso entramado normativo que apuntaba a regular desde las profesiones hasta las condiciones de vida, comprometiendo así no sólo el ámbito público sino también el ámbito privado de los sujetos.