INVESTIGADORES
MANES Facundo Francisco
capítulos de libros
Título:
Vida en mínima conciencia
Autor/es:
FACUNDO MANES
Libro:
Diccionario Latinoamericano de Bioética
Editorial:
UNESCO
Referencias:
Lugar: Bogotá; Año: 2009; p. 614 - 614
Resumen:
Diagnóstico de muerte. Las definiciones de vida y muerte como tales exceden a la medicina y son más bien patrimonio de la filosofía. Platón definió el cuerpo vivo como aquel al cual su actividad “le proviene desde sí mismo y para sí mismo” (Fedón, 245e); Aristóteles a su vez escribió que por vida se entiende “nutrición, crecimiento, y envejecimiento” (De Anima, 412ª14), es decir, los movimientos que más esencialmente definen a un ser vivo. Las ciencias naturales por su parte “nunca han podido dar una definición satisfactoria” acerca de qué sea la vida (Nisbet y Sleep, 2001). Más allá de estas dificultades, las ciencias biológicas coinciden en que un organismo vivo es aquel capaz de crecer, replicarse y evolucionar (Rasmussen et ál, 2004). El concepto de muerte establece que “la muerte es la cesación permanente de las funciones críticas de un organismo como un todo” (Bernat, 1998), es decir que esta es, en la práctica, lo opuesto a la vida. Médicamente hablando, las funciones de un organismo como un todo son la respiración y la circulación, con sus mecanismos respectivos de control (Korein y Machado, 2004). Todas estas funciones son dependientes del sistema nervioso central. Recientemente se ha acelerado una discusión profunda acerca de los límites neurales de la vida, con la aparición de colaboraciones más estrechas entre neurólogos, abogados y filósofos (Fins, 2005). La práctica clínica es la única capaz de diagnosticar con fundamentos científicos la muerte del individuo puede establecerse mediante criterios cardiorrespiratorios o neurológicos. Desde el punto de vista neurológico, el paciente con muerte cerebral y no aquel en estado vegetativo o de conciencia mínima es quien muestra pérdida de las funciones vitales críticas para la existencia de vida orgánica.