Revelaciones mesméricas

MARIANO GARCÍA

Ursule Mirouet

La Compañía

Lugar: Buenos Aires; Año: 2011; p. 235 - 241

Ursule Mirouët, novela que sin ser de las más extensas o ambiciosas de Balzac sorprende por el breve tiempo de su escritura, entre junio y julio de 1841, sorprende además por la mezcla de dos vertientes características en el autor pero no habitualmente confundidas en un mismo título: la mística o fantástica y la realista. Como lo resume un diálogo cerca del final, todo gira en torno a los revenants (aparecidos) y los revenus (ingresos), sugiriendo casi despreocupadamente que los arrolladores efectos de esta escena de la vida de provincia podrían haber tenido su origen en un sencillo juego de palabras. Otro tanto puede decirse de la onomaturgia balzaciana, su fetichismo de los nombres y la ley de correspondencias o disonancias secretas entre el nombre y quien lo lleva, todo lo cual orquesta aquí Balzac en un vértigo que comienza al asignar el mismo nombre y apellido a la mujer y a la ahijada del protagonista –más esa e con diéresis que marca el suplemento de estas dos espirituales mujeres–, y que se sucede en el cognomonismo de los apellidos de las cuatro ramas principales de donde descienden las familias de Nemours, escenario del drama.