INVESTIGADORES
MIOTTI Laura Lucia
capítulos de libros
Título:
EXPLORAR, CONOCER, POBLAR. LA HISTORIA DE LA OCUPACIÓN CAZADORA-RECOLECTORA DE LAS MESETAS PATAGÓNICAS
Autor/es:
LAURA MIOTTI
Libro:
Atlas histórico-geográfico de Argentina
Editorial:
Instituto de Estudios Históricos y Sociales (IEHS) Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (CONICET/UNCPBA)
Referencias:
Lugar: Tandil; Año: 2022; p. 87 - 112
Resumen:
A modo de introducción o como Telón de fondo Si alguien pregunta ¿qué es lo más difícil de encontrar en las mesetas patagónicas al este de Los Andes, la respuesta seguramente no será oro, fósiles o guanacos, que sin duda los hay, sino que será agua. Y allí donde la encontremos seguro también habrá gente y evidencias materiales que los humanos habitaron allí desde miles de años atrás. Así, con la vitalidad del agua en mente, deberíamos comenzar el relato de la historia del poblamiento de la Patagonia extra-andina o la meseta, como en general se conoce.Si como asumimos arriba el agua en un ambiente árido como el de Patagonia es el comienzo del habitar humano, debemos entender un poco la evolución continental del Cono Sur para percibir en mejor medida la relación entre primeros pobladores y el agua.En este sentido es interesante plantearse que hasta aproximadamente tres millones de años atrás América del Sur era un continente isla (Simpson 1964: 59). Esta insularidad es uno de los sellos biogeográficos que distinguirán hasta hoy a este hemicontinente. Después del evento tectónico que conectó América del Sur con América del Norte (ca 3 millones de años) nunca más se volvió a separar por causas naturales,si bien hubo una última separación física muy recientemente, a principios del siglo XX, la apertura del canal interoceánico de Panamá. Las razones esta vez fueron geopolíticas y económicas en general, , con lo cual América del Sur volvió a ser nuevamente una gran isla. Sin embargo, esta discontinuidad continental desconectó a Sudamérica de la historia humana de América. Otro rasgo que repercute diferencialmente entre Norte y Sudamérica es la maritimidad de esta última ya que su forma triangular (el Cono Sur) con la porción más estrecha hacia el sur hace que el efecto del mar llegue hasta bien adentro del mismo continente. Por tal razón, durante las glaciaciones pleistocénicas si bien el ambiente se tornó muy frío y continental, como en el resto del mundo, América del Sur, con una influencia oceánica mayor, tuvo unas condiciones climáticas menos severas que las de América del Norte, donde casi la mitad de esa masa terrestre se vio cubierta por glaciares. En América del Sur, aún en el momento del máximo pico glacial alcanzado hace aprox. 20000 años AP, los glaciares cubrieron solo los sectores de la cordillera de Los Andes, nunca alcanzaron la envergadura del gran manto de hielo lauréntico de la bahía Hudson, que junto con el manto cordillerano de las Rocallosas ocuparon todo el actual territorio de Canadá (Borrero 2001, Miotti [1990]1998, 2003, 2006, Miotti y Salemme 2004). En Patagonia lo podemos observar en la Figura 1 (tomada de Ponce y Rabassa 2012) Las condiciones del Pleistoceno final, aproximadamente hace 20.000 años, durante el Último Máximo Glacial, (UGM), fueron las más severas a escala mundial y para los humanos que comenzaban a explorar el último de los continentes que quedaba libre de humanidad, América. Sin embargo, una vez que los humanos pisaron suelo americano su expansión fue tan exitosa que hasta su desarrollo tuvo que ver con la desaparición de varias especies de mega, grandes y pequeños mamíferos que habitaron en el Nuevo Mundo durante toda la época glacial (Cione et al 2009).Poco importó el estrecho sector del istmo de América Central y si bien aún no se conoce con certeza cuando llegan los primeros sudamericanos, si podemos asegurar que hace unos 13000 años ya vivían en las cuevas y abrigos rocosos, en la región más austral del continente: la Patagonia.