INVESTIGADORES
FERNANDEZ Nancy Patricia
artículos
Título:
Experiencia y cosmos: la narrativa de César Aira y la poesía de Arturo Carrera
Autor/es:
NANCY FERNÁNDEZ
Revista:
Nadja. Lo inquietante de la cultura.
Editorial:
Ediciones de las 47 picas
Referencias:
Lugar: Rosario; Año: 2006 p. 31 - 39
Resumen:
Los Misterios de Rosario es una novela que expone toda una elaboración a partir de las formas populares de la cultura, tomando los géneros de masas como el marco más adecuado para armar una narración. De este modo se introduce el folletín con los vaivenes de una trama amorosa, del Sabio loco y del Héroe desesperado. Si el nombre propio de Alberto Giordano encamina el oxymoron de la ficción verídica, el mismo funciona como senda de doble mano al jugar con la confusión desopilante del verosímil: un cataclismo meteorológico, de magnitud apocalíptica, amenaza con destruir a Rosario. Cuanto más experimenta con el realismo, Aira más apela a sus convenciones para exasperarlas y finalmente demolerlas; si bien es indudable que la sintaxis narrativa produce un verosímil también es evidente su ruptura, lo que se produce en un punto de inflexión: la biografía. Así, la generalidad, como atributo y propiedad necesaria de la representación, queda aquí descartada; para que el Giordano de Aira sea una singularidad, debe quedar expuesto y hueco al devenir de la metamorfosis, ajeno a la perplejidad del reconocimiento y al ajuste de cuentas con la eventual precisión de datos. La novela de Aira cuenta con la noción textual del lector, esto es, un nombre conocido para algunos, como nexo "familiar" entre un personaje verídico y un círculo limitado de receptores, en condiciones de atribuirle a dicha figura, el carácter de una referencialidad más o menos pública. César Aira pone a prueba la potestad del nombre propio (condición básica del referente), el espacio jurídico entre la predicación de una persona real y los rasgos alterados por la hilarante creación. Escrito con un nictógrafo, el primer texto de Arturo Carrera, recupera el espacio de un lenguaje que estalla en palabras e imágenes de caos y vacío. La página insomne, noctámbula en negro es atravesada por la letra blanca, dando forma a una escritura quiasmática que hace indiscernible el punto de origen o la regulación de un centro ontológico.Su cosmología vuelve a presentar los ecos de una retórica que sabe de la muerte pero abjura de ella con un walpurgis barroco donde los muertos también llaman y ríen: templo y orfandad diseminan sus ruinas escritas. Escrito... recupera el sentido elegíaco que si bien se puede ver a contraluz del barroco del siglo XVII, aquí habría que mirarlo con la paradoja del eterno retorno que repone la experiencia tardía (la muerte de la abuela) para elaborar la destrucción inminente en el lugar que al poeta le fue anticipado. es una novela que expone toda una elaboración a partir de las formas populares de la cultura, tomando los géneros de masas como el marco más adecuado para armar una narración. De este modo se introduce el folletín con los vaivenes de una trama amorosa, del Sabio loco y del Héroe desesperado. Si el nombre propio de Alberto Giordano encamina el oxymoron de la ficción verídica, el mismo funciona como senda de doble mano al jugar con la confusión desopilante del verosímil: un cataclismo meteorológico, de magnitud apocalíptica, amenaza con destruir a Rosario. Cuanto más experimenta con el realismo, Aira más apela a sus convenciones para exasperarlas y finalmente demolerlas; si bien es indudable que la sintaxis narrativa produce un verosímil también es evidente su ruptura, lo que se produce en un punto de inflexión: la biografía. Así, la generalidad, como atributo y propiedad necesaria de la representación, queda aquí descartada; para que el Giordano de Aira sea una singularidad, debe quedar expuesto y hueco al devenir de la metamorfosis, ajeno a la perplejidad del reconocimiento y al ajuste de cuentas con la eventual precisión de datos. La novela de Aira cuenta con la noción textual del lector, esto es, un nombre conocido para algunos, como nexo "familiar" entre un personaje verídico y un círculo limitado de receptores, en condiciones de atribuirle a dicha figura, el carácter de una referencialidad más o menos pública. César Aira pone a prueba la potestad del nombre propio (condición básica del referente), el espacio jurídico entre la predicación de una persona real y los rasgos alterados por la hilarante creación. Escrito con un nictógrafo, el primer texto de Arturo Carrera, recupera el espacio de un lenguaje que estalla en palabras e imágenes de caos y vacío. La página insomne, noctámbula en negro es atravesada por la letra blanca, dando forma a una escritura quiasmática que hace indiscernible el punto de origen o la regulación de un centro ontológico.Su cosmología vuelve a presentar los ecos de una retórica que sabe de la muerte pero abjura de ella con un walpurgis barroco donde los muertos también llaman y ríen: templo y orfandad diseminan sus ruinas escritas. Escrito... recupera el sentido elegíaco que si bien se puede ver a contraluz del barroco del siglo XVII, aquí habría que mirarlo con la paradoja del eterno retorno que repone la experiencia tardía (la muerte de la abuela) para elaborar la destrucción inminente en el lugar que al poeta le fue anticipado.